Cap 11: Quiero castrar a Didi

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Cuando Xiao Zhan despertó al día siguiente, su cuerpo se sentía pesado. Sus piernas se sentían falsas, y su garganta ardía. Para su sorpresa se encontró solo en esa habitación. Acostado boca arriba y con los pensamientos confusos. Cuando los recuerdos del día anterior llegaron a él, se quitó con rapidez la sábana que le cubría.

Llevaba un pijama que reconocía pertenecía al menor. Subió su camisa y buscó indicios de su semilla, y no había nada más allá de las marcas de propiedad que el menor le había dejado por todo el cuerpo. Al parecer el menor se había encargado de limpiarlo y cambiarlo.

Cubrió sus ojos con su brazo derecho y suspiró cansado, acababa de despertarse y por lo que ve. Había dormido desde la tarde de ayer hasta la mañana siguiente, pero aun así se sentía cansado.

De pronto recordó que era el día siguiente y, que ese día debía de ir a clase. Tan rápido como un rayo se sentó y así mismo se volvió a acostar, cuando sus caderas le dieron miles de pinchazos de dolor. Extendiéndose en su espalda baja.

-¡Voy a castrar a Yibo!- gritó molesto.

Casi como si le hubiesen llamado, Yibo entró a la habitación con una bandeja que contenía un vaso de jugo y unas pastillas para el dolor.

- Buenos días Zhan-ge ¿Cómo te sientes?

El pelinegro le fulminó con la mirada, todavía tenía el descaro de preguntar cuando le había hecho lo que quería el día anterior.

- No me mires así, tu preguntaste que quería y yo respondí.

- Te dije que nunca lo había hecho y todavía así lo hiciste.

- Vamos Zhan-ge también eres hombre. Sabes lo difícil que es detenerte una vez que ya estás dentro.

Xiao Zhan le miró ofendido.

- Pues no, no lo sé- reveló y el menor frunció el ceño confundido.

- ¿Acaso Zhan-ge no lo ha hecho con su prometida?

- No nunca, ni con ella ni con nadie. Yo era virgen en muchos aspectos.

Yibo no pudo contener la alegría al oír aquello, la verdad nunca esperó aquello. Su gege era lindo, muy atractivo y masculino. Esperaba que hace mucho hubiese tomado a alguna mujer.
Pero no fue así, y saber que era el primero en verlo y oírlo gemir de esa manera. Lo llenaba de cierto orgullo.

- ¿Podrías no sonreír como estúpido solo por eso?

- No puedo Ge. Me gusta saber que fui tu primera experiencia. - Declaró mientras acariciaba la mejilla del mayor.

El mayor se molestó por la caricia, no sentía ánimos de que su didi le tocase. Eso solo le hacía recordar el dolor de sus caderas. Así que regresándole uno de los dos manotazos que le había dado. Apartó la mano del contrario.

El menor pareció sentirse lastimado, y Xiao Zhan se arrepintió al instante por su acción.

- Perdón yo solo...

- Está bien entiendo que ahora me odies. Te forcé a hacerlo y me merezco tu desprecio. - El menor bajó su mirada hacia el suelo, esta vez Zhan ya no sabía si el otro estaba fingiendo o no, pero no le gustaba verlo así. - Toma estos analgésicos para el dolor. Y el jugo. Puedes bajar a desayunar cuando te sientas mejor. Llamé al instituto y dije que habías cogido un resfriado. Así que no te preocupes por ir. Sé que debes de sentirte incómodo.

El menor se dirigió hacia su armario para sacar su uniforme, y luego se dirigió al baño de la habitación. Xiao Zhan se sintió verdaderamente mal. Tanto, como forzarlo. Tampoco, él pudo huir, pero decidió quedarse. Y tampoco es débil, si él hubiese querido apartarlo nada le costaba empujarlo y salir corriendo.

Dìdì Ài Nǐ (YiZhan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora