Cap 24: Amor mutuo

1K 127 46
                                    

Maratón 2/3

¿Qué es el amor? Según algunos estudiosos el amor en la Antigüedad, es esa esfera partida en dos que sueña con recomponerse en la fusión de dos almas y dos cuerpos. "La búsqueda de la otra mitad" esta mitad nos complementa totalmente y hace la mejor versión de nosotros mismos.

Pero ¿Cómo sabremos que hemos encontrado a nuestra mitad? ¿A ese ser tan importante en nuestras vidas a la que nos dedicaremos en cuerpo y alma?

Los grandes pensadores creían que esto dependía de Eros, ese dios zalamero, travieso y loco que era amante del amor. Este engañaba a diestra y siniestra conectándote con tu persona amada. Por otra parte, otras personas consideraban que esto solo no sucedía, que el amor era solo un sentimiento creado por otras personas para controlar a su antojo a su supuesta "otra mitad". Un engaño, para cegar a las personas y justificar la dependencia de alguien hacia otra persona.

Cada perspectiva cambia, según el tiempo y la zona geográfica. Pero para Zhan la respuesta era muy clara. Amor es: entregar tu ser a esa persona que te complementa. ¿Y cómo sabía que ese joven berrinchudo era su otra mitad? Fácil, Yibo le hacía perder la mente, viajar al cielo y hacerlo sentir único. Zhan no era el único en perder la mente, Yibo también lo hacía con frecuencia.
Su amor por Zhan era difícil de cuantificar, porque era tan grande, tan extenso que no existían palabras para describirlo. Y como prueba de su amor, es que el menor cambia drásticamente su personalidad solo por Zhan.

—¿Me amas? ¿Zhan-ge corresponde a mis sentimientos? — indagó con voz quebrada, con un tono entre alegría e incredulidad.

¿Lo ven? Solo Zhan podía convertir al usualmente frío, narcisista seguro de sí mismo y cínico Yibo. En un joven temeroso a ilusionarse, modesto y sencillo que lo único que busca es ser correspondido con la misma intensidad con la que ama.

Así como Zhan se pierde en Yibo, volviéndose egoísta al no querer dejarlo, siendo permisivo y lujurioso por unos simples toques del menor, Yibo se vuelve un dulce cachorro a su disposición.

Ambos se complementan, y aunque tienen un largo camino por el cual caminar para que ambos se entiendan y sanen sus heridas. Zhan está dispuesto a tomar la mano de Yibo y caminar por ese angosto sendero.

—¿Qué es tan difícil de creer? ¿No crees en las palabras de tu ge? — cuestionó con un tono burlón. Yibo negó con su cabeza. Y embozó una gran sonrisa.

—Creo en las palabras de Ge. Pero quiero oírtelo decir hasta el cansancio. —

—Pues entonces oye bien, te amo. Me di cuenta tarde de esto, pero mis sentimientos son sinceros. Te amo más de lo que podría y es correcto hacerlo. Te amo solo a ti, con y sin defectos. Te amo Yibo. —

Sin soportarlo más el castaño se paró, y soltó del agarre de su gege. Para luego buscar los lindos, tercios y cálidos labios de su Zhan-ge. El contacto no fue ligero, sin embargo, no fue brusco. El beso fue delicado, transmitiendo ese desbordante y loco amor que siente de sobremanera por el pelinegro.

Zhan lo aceptó, correspondió al beso y se dejó llevar por la sensación de un amor correspondido. De un amor tan puro y alocado. Sintiéndose emocionado y feliz por, por fin tener todo claro entre ambos.

Teniendo en cuenta que el pelinegro aún estaba mal de salud, Yibo no hizo nada más. Solo compartió besos fugaces con su persona amada, sintiéndose en las nubes. En el nirvana y agradeciendo a cada dios existente, la creación de un ser tan perfecto como Xiao Zhan.

—Mi padre sabe sobre lo nuestro— Yibo estaba jugando con los finos dedos de su gege, y al escuchar esto embozó una sonrisa ladina. Ascendió su mirada hacia el mayor, sin dejar de jugar con los dedos de Zhan.

Dìdì Ài Nǐ (YiZhan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora