Cap 23: Necesitamos hablar

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Maratón 1/3

Muchas cosas sucedieron ese día en el que los detectives llegaron. Yibo después de hablar con su suegro trató de ir a ver a su gege. Pero los detectives no le permitieron hacerlo. Debido a que ellos tenían que tomar la declaración de Zhan. No obstante, el pelinegro seguía estando en un estado de confusión, por lo que los hechos que Zhan relatase no serían exactos.

Con ello Yibo sonrió, pensó que podría ver a su gege ya que los detectives no habían podido llegar hablar con su Ge. Pero no fue así. Los doctores habían llevado a Zhan a hacer una tomografía. Debían de asegurarse que no hubiera coágulos en el cerebro, porque de ser así. Tendrían que actuar con rapidez.

Yibo suspiró de alivio cuando más tarde el doctor les informó que el estado de Zhan era estable. Y que posiblemente para el día siguiente, después de descansar. Los recuerdos paulatinamente comenzarían a tomar el lugar indicado en sus memorias.

El castaño estaba ansioso, quería ver a su gege aunque sea por un instante. Pero su madre no le dejaba, y debido a que el señor Xiao le dedicaba miradas inquisitivas, de vez en cuando. Yibo tuvo que comportarse como un adulto, apretar los dientes y esperar a que su gege estuviera bien.

Lastimosamente, ya habían pasado dos días desde que el doctor, designó a Zhan a otra habitación. Como ya no estaba bajo peligro y solo necesitaba de descanso con observaciones ya no tan rigurosas. El cambio de habitación fue solo para que Zhan pudiera recibir más visitas. Pero nadie dejó que Yibo entrara, no sabían que reacción tendría Zhan al verlo y no querían que se repitiera lo de la anterior situación. Así que esperó y esperó hasta que se le otorgara permiso.

"Toda acción tiene una reacción" se repitió hasta el cansancio. Había asustado a su Ge mostrando una parte nada bonita de él, era de esperar que Zhan estuviera asustado. Esperar era lo único que en este momento podía hacer.

Por otro lado, Zhan que ya estaba despierto y con la mente más clara. Por fin había dado su declaración a los detectives.

-¿Wen Chao cómo está?- preguntó Zhan. Debido a que ya recordaba todo con claridad, también recordó la paliza que había recibido su secuestrador, por parte del castaño. Para Zhan la mirada de ambos detectives fue demasiado ambigua y desconcertante.

-El señor Wen, se encuentra bien. Pronto será transferido a una cárcel de máxima seguridad. No tiene de que preocuparse joven Xiao-. Respondió con amabilidad Ji Li, el pelinegro asintió. Y dejó ir a los detectives, quedándose por fin solo. Miró hacia el techo y pensó, pensó detenidamente las posibilidades que tenía su didi para manipular todo. Los detectives solo habían hecho preguntas vagas, nada sobre por qué Wen Chao estaba tan lastimado.

Ahora que recordaba todo y que sus recuerdos no estaban mezclados. La duda que Wen Chao había sembrado en él. Estaba naciendo y creciendo dentro de su pecho. No quería creer que su lindo didi pudiera ser ese que dijo Wen Chao. Sin embargo, todo estaba demasiado calmado para como había sido la situación.

También pensó en su reacción al despertar, inconscientemente sintió miedo al ver a Yibo, quizás por la barbaridad con la que golpeó a Wen Chao. Se siente mal porque seguramente Yibo estaría lastimado por su actuar. Por lo que había pedido a la señora Wang que no le permitiese a Yibo entrar, no sabe si volvería actuar de esa manera frente a él. Y solo hasta que se sintiera seguro de que podrá controlarse frente al menor, llamaría por él.

Absorto en sus pensamientos, no se percató de la intrusión de su padre dentro de su habitación. Fue hasta que su padre le tomó la mano que Zhan salió de su ensimismamiento, sonriendo con sincera alegría y ternura a su padre.

Dìdì Ài Nǐ (YiZhan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora