Humanos

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Me costaba creer que yo le había ofrecido a Sarah un abrazo, sin contar lo que había dicho. Quiero decir, si la misma situación se hubiese producido con cualquiera de mis amigas, probablemente hubiera hecho lo mismo, por pura "caballerosidad" o por el simple hecho de que existe confianza entre nosotros.

Pero yo sabía que no era lo mismo: con Sarah era distinto. No era amistad. Pero tampoco era un amor que yo deseaba. Era una especie de emoción instintiva e involuntaria que empezaba a romperme las pelotas, y sentía que iba a traer problemas serios.

Intenté sacar todos esos pensamientos de mi cabeza, y cerré lo ojos. A los pocos minutos, logré dormirme sin mayores problemas, por suerte. No soñé nada, absolutamente nada. Vale aclarar que eso es raro en mí.

Me despertó el ruido del motor de ómnibus, y me recordó que luego de mediodía me tocaba manejar a mí, luego de Posi.

Saqué lentamente mi brazo del hombro de Sarah, para no despertarla. Me acerqué a Posi.

-Buenos días. -me dijo.

-Buenas -respondí-. ¿Salimos hace mucho?

-Nah, hace cinco minutos.

-Oh, está bien.

Acomodé mi cadena y saqué mi M1911.45 de su funda. La miré, y me recordó todas esas horas jugando al Call Of Duty, las peleas con mis padres por terminar las tareas a último momento, las puteadas que intercambiábamos con mi hermano cuando jugábamos en equipos contrarios... Recordé.

-Estoy muy lejos de casa... -dije, en un susurro.

Escuché a alguien bostezar detrás de mí. Me di vuelta, y vi a Abii haciendo un intento por despertarse. Guardé rápidamente mi M1911.45, para que no hubiese problemas.

-¿Se duerme? -pregunté, en tono de burla.

-Ojalá -respondió, sin entender la broma-. Desde que empezó esta mierda no puedo pegar un ojo durante tres horas seguidas.

-Por lo menos podés cerrarlos.

No quiero decir que no podía dormir, eso nunca. Pero la cosa es que cada vez que me dormía soñaba con mi familia, y el recuerdo empezaba a destrozarme. Así que prefería morirme de sueño antes que sufrir como lo hacía. Claro, mi error era pensar que era el único que sufría...

-Empiezo a hartarme de esto. -pensé.

-Nahue...

Escuché la voz de Cindy detrás de mí. Me di la vuelta, y vi que señalaba por la ventanilla hacia un granero, rodeado de caminantes.

-Posi, da la vuelta. -dije.

-¿Lo viste? -respondí.

-Si, quizá podemos ayudar.

Mientras Posi daba la vuelta hacia el granero, Cindy se encargó de despertar a los demás y yo de cargar y preparar nuestras armas. Sabíamos que probablemente dentro había gente (era obvio, los caminantes necesitan un motivo para pegarse a un granero), y queríamos ayudarlos. Además, había demasiados de esos monstruos, y sabíamos íbamos a necesitar las armas.

-¿Qué... Qué pasa? -preguntó Jula, con voz de dormida.

-Vamos a recuperar nuestra humanidad por unos minutos. -respondí sonriendo, intentando ahogar el miedo que sentía.

-En español. -dijo.

-Vamos a ayudar a... Bueno, no se a quiénes. Pero creemos que en ese granero -dije, señalando hacia donde nos dirigíamos- puede haber personas atrapadas.

-Joder. Que buena forma de levantarse.

-Y eso que recién empieza el día. Además...

-Lo sé, lo sé. Hoy vamos a llegar a Cedar City. Solo espero que todos lleguemos.

La cosa no pintaba bien. Era más que obvio que había alguien adentro, ya que los caminantes seguían apelotonados contra el granero. El problema era que cada vez había más de ellos.

-Joder -pensé-... Espero que todas esas horas de mi vida que perdí jugando al Call Of Duty por fin sirvan de algo...

Estacionamos el ómnibus a unos 200 metros, del otro lado de la carretera, para no atraerlos a nosotros.

-Bueno -dije, cuando todos estuvieron preparados para bajar-. Es muy probable que ahí adentro haya personas atrapadas, así que tenemos que ver a que le disparamos... Y, hablando de eso, eviten disparar sus armas a menos que sea cuestión de vida o muerte.

-Pregunta -dijo Abii-: ¿no convendría que alguno se quede para encender el ómnibus en caso de tener que irnos cagando?

Entre todos escuché, de parte de algunos, frases como "tiene razón", "sería lo mejor" y "¿Quién se queda?". Los interrumpí.

-Azul -dije-. ¿Te podrías quedar vos? Tenés buena puntería, si te subís al techo nos podrías cubrir. Además, sabés manejar.

-Aggg -gruñó, de mal humor-, ¿por qué no puedo ir? Yo también quiero matar zombies...

-Y decime -respondí, mirándola fijamente-: ¿preferís matar zombies, o salvarle la vida a alguno de nosotros?

-... Supongo... Que salvar a alguno de ustedes.

-Bien. ¿Se puede quedar alguno más?

Nadie se presentó voluntario, pero la cara de terror de Aixa fue suficiente.

-¿Aixa...? -pregunté, sin necesidad de terminar la clase.

-Bueno... Me quedo. -dijo, sin oponer resistencia.

Ninguno de nosotros estaba exactamente emocionado por bajar, pero no quedaba otra...

Nos acercamos sigilosamente hacia los caminantes, aunque no los íbamos a atraer ni aunque nos pusiéramos a gritar en frente de sus jodidas narices: fuera lo que fuese lo que había adentro, estaba haciendo más ruido que un concierto de Skrillex con parlantes potenciados por energía nuclear.

Toqué el lado izquierdo de mis jeans, buscando, y no encontré.

-Ya vuelvo. -dije, mientras daba la vuelta.

Volví rápidamente al ómnibus, y Azul me estaba esperando con mi cuchillo de cocina en la mano.

-Toma -dijo, lanzándomelo-. Casi te lo olvidas, genio.

-Gracias. -dije, y volví corriendo hacia donde estaba el resto del grupo.

Estaban esperando a que llegara. Cindy comenzó con la cuenta regresiva.

-Una... Dos...

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NOTA DE AUTOR:

¡Hola, sobrevivientes!

Si, sigo vivo. No me morí. La cosa es que en el último mes...

¡ESTUVE EN LOLLAPALOOZA! ¡VI A SKRILLEX, A KILL THE NOISE, A NICKY ROMERO, A DILLON FRANCIS, Y A MUCHÍSIMOS MÁS! Les juró: fue ÉPICO

Eso, sumado a muchas pruebas y trabajos prácticos logró que no pudiera subir por casi un mes.

Sorry, los loveo por bancarme :)

Nahuee_Iglesias

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