Desperté sobresaltado, había tenido muchas pesadillas esa noche. Afuera había una masa de caminantes, bastante grande. Vi a Jula y a Abi llenando nuestras valijas con ropa.
-Dale, apurate. ¡Ayudanos, reaccioná!- gritó Jula.
-¿Qué? ¿No vamos a la zombie walk?- pregunté.
-No es una zombie walk, son caminantes. Caminantes de verdad.- respondió Abi.
-What?
-Si, un virus raro. Ahora te explicamos.
Bajamos. Vi que todos ya estaban listos para irse, pero... ¿Cómo nos íbamos? Quiero decir, teníamos el jeep, pero nos iba a servir de poco contra los caminantes. Conclusión: necesitábamos armas. Pero... ¿De dónde las sacábamos?
-Mónica, ¿tenés conservas?- pregunté.
-Tengo algunas, ¿por qué?- dijo.
-Metelas en el jeep. También meté todas las botellas de agua y latas de sopa. Bárbara, ayudala. Nosotros vamos a buscar algo que podamos usar como armas.
En la casa, encontramos todas las cosas (además de la comida) que íbamos a necesitar: armas, si es que a esas cosas se las podía llamar así. Jula tomó un palo de amasar, Abi una sartén, Cindy un cuchillo de cocina, Azul un bate de béisbol, y yo encontré atrás de un par de cacharros una 9mm con 10 balas. Aixa estaba en estado de shock, y no podía matar ni una mosca, así que no agarró nada.
Yo por suerte sé Taekwondo, lo cual me ayudaba bastante en lucha cuerpo a cuerpo contra esos engendros, pero aún así necesitaba algún arma.
En el garage había una cadena bastante ancha, de un metro de largo. Supuse que la podría usar como un látigo de metal contra esas cosas. Me la até en la muñeca, y si movía bruscamente el brazo, la cadena se desenrredaba, y un extremo quedaba atado en mi muñeca, mientras que el otro lo usaba para golpear. Dentro de todo, quedaba camuflado como una pulsera.
Nos subimos al jeep, y Mónica aceleró. Salimos disparados, y atropellamos todo lo que se nos cruzó. Un caminante se quedó agarrado de la camioneta y, por suerte, tuve la reacción suficiente para partirle el cráneo con la cadena. Pensé que partir un cráneo era más fácil, pero sinceramente era muy difícil. Creo que eso era prueba suficiente de que necesitaba ir a un gimnasio.
-¿A dónde vamos?- preguntó Azul.
-Creo que nos convendría ir a algún pueblo chico, o algo así.- dijo Abi.
-Creo que hay uno cerca.- dijo Mónica.
Salimos a la ruta. Adivinen: el peor embotellamiento de la historia. Tuvimos que salir al campo, y estuvimos una hora para llegar al pueblito. Estaba desierto.
-Bueno, yo recomendaría que elijamos una casa, y que nos instalemos ahí.- dije.
En el pueblo no encontramos a nadie, ni vivo ni muerto. Encontramos una casa bastante grande, y las llaves estaban en la puerta. Entramos, y había un Rottwiller durmiendo. Me le acerqué, y miré la identificación del collar.
-Max. Se llama Max.- dije, y el perro reaccionó al escuchar su nombre. Me saltó encima, y me empezó a lamer la cara.
-Bueno, bueno, ¡salí!- dije riendo.
-¿Encontraron algo?- preguntó Azul.
-Caminantes nada, pero la cocina está llena de conservas.- dijo Cindy.
-Bien, guardalas en el jeep- dije.
-¿Por qué? Si nos vamos a quedar a vivir acá- dijo Aixa.
-Por si nos tenemos que ir rápido.- dijo Abi.
Me asomé a la ventana. Había un gimnasio en frente. No le di importancia, hasta que vi una sombra cruzar bastante rápido por la ventana.
-Ya vuelvo.- dije, y salí.
La puerta del gimnasio estaba trabada, así que tuve atravesar una ventana para entrar. De repente las vi...
-¿Vicki?¿Posi?- dije y sonreí.
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Survivors
Mystery / Thriller"Era sólo un viaje a Estados Unidos. Iban a ser sólo unas vacaciones con amigos..." Mis amigos y yo fuimos rodeados, en un abrir y cerrar de ojos, por los muertos caminantes, con un insaciable apetito por la carne. Nos vimos obligados a dejar la ado...