VII; Libertad.

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Hola :) Acá empieza a arrancar lo bueno así que si llegaste hasta acá gracias y espero que disfrutes lo que se viene.

Denki iba camino hacia la habitación del príncipe, a su lado iba un muchacho malhumorado envuelto en una túnica murmurando maldiciones hacia el rubio, intentaba ignorarlo, pero se volvía cada vez más irritante.

-Oi, brujo.-

-Llámame Kaminari, por favor. Soy tu superior aquí. -Intentaba fingir un tono más grave al de su voz normal para "imponer respeto", pero eso a Izuku le daba más gracia que miedo.-

-Brujo.-Denki suspiró, derrotado- ¿Cuánto falta? Estuvimos caminando por horas, mis pies duelen.-

-Pasaron minutos y tus pies duelen porque no llevas zapatos. Falta poco, sólo debemos cruzar ese puente para llegar.-

Denki señaló el puente cubierto que conectaba el ala norte con el ala sur del castillo donde se encontraba la alcoba del príncipe y las salas que utilizaba para sus labores. Le explicó a Izuku que Katsuki había elegido el lado sur del castillo porque se encontraba sobre una pequeña colina que conectaba con el bosque y sólo le tomaba salir por uno de los grandes ventanales para adentrarse en él. Rara vez se lo veía en la entrada principal del castillo porque siempre utilizaba una ventana para entrar o salir. Izuku envidiaba la libertad con la que vivía el príncipe; ir a donde quiera sin restricciones y las veces que quisiese era uno de sus mayores sueños, pero su realidad era muy distinta, debía esconderse constantemente y había temporadas donde se la pasaba escondido en cuevas para no ser raptado. No conocía aquella libertad con la que vivía el príncipe y tenia por seguro que jamás iba a conocerla.

Cuando terminaron de cruzar el puente llegaron a un pasillo y Denki lo hizo detenerse en una enorme puerta de madera con figuras talladas en ella: árboles, pájaros, un río, montañas. Era un muy lindo paisaje, pero antes de que pudiera preguntarle algo al brujo éste abrió la puerta y se adentró en la alcoba pidiéndole que entrara él también, pero sin hacer ningún ruido. Cuando dio unos pasos dentro se encontró con la habitación más grande y espaciosa que jamás había visto; el lugar estaba iluminado por un enorme ventanal con vista hacia el bosque, del techo colgaban plantas que habían crecido allí naturalmente, algunas partes del suelo estaban adornadas con alfombras y las paredes decoradas con pinturas y tapices, algunas con un paisaje parecido al de la puerta. Cerca del ventanal se encontraba un escritorio lleno de papeles, velas y libros, también había una mesa con un mapa sobre ella. Había otra puerta -más pequeña que la de la entrada- del otro lado de la habitación, pero se encontraba cerrada, aunque también se podía ver otro tallado. Una chimenea encendida y decorada con figuras de animales ocupaba gran parte de una de las paredes. Aunque parecía un tanto desordenada -pues había ropa y otros objetos tirados por ahí- Izuku sintió que era un lugar muy acogedor y sin duda envidió el estilo de vida del príncipe. De repente se sintió un poco desanimado al saber que luego tendría que volver a ese cuartucho con humedad y sin luz natural.

Al final dirigió su vista hacia la cama que tenía una especie de velo alrededor y estaba cubierta de pieles y almohadas y en el medio se podía notar un pequeño bulto.

-Príncipe. -Susurró Denki.- Príncipe...-Siguió intentando aumentando un poco el tono de voz- ¡Príncipe!-

El último grito hizo que el pequeño bulto en la cama se moviera un poco y haciendo pequeños ruidos de molestia.

- ¿Qué quieres? -La voz adormilada y molesta del príncipe hizo que Izuku largara una pequeña risa, pero la ocultó inmediatamente cuando Denki le dio una mirada fulminante.-

-Traje lo que me pidió, príncipe. -

- ¿De qué mierda hablas Denki? Te die que no quería hacer nada hoy.-

Hasta que estés a mi lado. [Katsudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora