Iida estaba parado frente a la puerta de la habitación de Izuku, en guardia sin quitarle la mirada de encima a Eijiro quien se encontraba sentado en el suelo intentando no quedarse dormido. Ya era pasada la medianoche y todo el castillo estaba en silencio a excepción de la habitación donde los brujos estaban tratando a Izuku.
Katsuki iba y venía; entraba a su habitación, salía, caminaba, se dirigía al puente y volvía. Eijiro le gritó más de una vez que se quedara quieto o "le arrancaría una pierna con sus garras". Iida interfería inmediatamente antes de que el príncipe desenvainara su espada.
Sero era el único que podía entrar y salir de la alcoba sin problemas. Al parecer a él no le afectaba nada de la magia que allí había por lo que Denki lo había usado de "mensajero" entre él y el príncipe.
-Bakugo deberías ir a dormir un rato, yo te llamaré si algo sucede. -
Sero acompaña a Katsuki quien estaba recostado en una de las columnas del puente. El viento helado soplaba con algo de fuerza, aunque ya no caía nieve. El cuerpo de Katsuki estaba acostumbrado a aquellas bajas temperaturas, varias generaciones viviendo en el Sur habían hecho que la piel de los salvajes se convirtiera en una especie de escudo ante la nieve y el frío que solía caer durante casi todo el año. Pero Sero seguía insistiendo que usara, al menos, la capa de piel que su madre le había confeccionado.
-Dormiré cuando tenga que hacerlo ¿Cómo está Denki? -
-Cansado. - Suspiró Sero. - Luego de esto deberás darle un día libre para que se recupere. -
Había un límite de cuánta magia podía usar Denki en un día hasta que se cuerpo y mente le pidieran un descanso. Katsuki sabía que ese límite había sido sobrepasado hace rato. Aun así, Denki no había salido de la habitación desde que había entrado y sólo había pedido a Sero una taza de café y unos cigarros de lavanda para "engañar a su cuerpo". Katsuki casi entra para sacarlo de allí y que durmiera, pero Denki desde el otro lado de la puerta le gritó "¡Si entras te dormiré con un rayo!"
No entró.
-Tu también tendrás un día libre luego de que todo esto termine. - Habló Katsuki. -
-No puedo dejar solo al futuro rey. Quién sabe qué pasaría si me fuera más de 20 minutos. -
Bromeó Sero y acto seguido Katsuki le golpeó el hombro. Pero, aunque le costara admitirlo, tenía razón. Se había hecho dependiente a la ayuda de Sero y eso algún día repercutiría en su tarea de rey. Pensó que le vendría bien estar un día sin la ayuda de su consejero para eliminar esa costumbre de siempre recurrir a él para todo. Sero no iba a estar para siempre.
-Aunque si insistes... -Volvió a hablar Sero ahora con un tono un tanto avergonzado que tomó por sorpresa al príncipe. - Me gustaría ir al Norte un día. -
Katsuki alzó una ceja. Ya entendía a donde iba el asunto. Sero evadió la mirada.
-Al Norte eh... ¿A descansar? -
-Si, a descansar. Me vendría bien visitar las aguas termales. -
-Oh si, claro, las aguas termales. -
Un pequeño silencio incómodo se formó para Sero, a diferencia de Katsuki quien estaba disfrutando molestar a su mejor amigo.
-No sabía que Shoto tuviera aguas termales en su hogar. -
Sero con la sorpresa se ahogó con su saliva y comenzó a toser y carraspear. Katsuki golpeó su espalda mientras intentaba contener la risa, inmediatamente Sero se incorporó y un color carmesí apareció levemente en sus mejillas.
- ¡Dios hace frío aquí! Deberías ir a tu habitación, si si. Yo también iré a calentar un poco las manos. Volvamos. Andando, vamos, vamos. -
Sero hablaba nervioso mientras salía caminando con prisa del puente. Katsuki lo observaba desde atrás ya sin poder contener la risa.
ESTÁS LEYENDO
Hasta que estés a mi lado. [Katsudeku]
FanfictionEl príncipe Katsuki Bakugo pasó toda su vida buscando a la única persona de la cual se enamoró cuando era niño. Para su fortuna, la llegada de un miembro de la tribu de los gatos hará que su sueño se haga realidad. Pero las cosas no siempre resultan...