Con el sol apenas saliendo en el horizonte y la nieve cubriendo todo el terreno ambos se dirigieron al castillo. Katsuki se encontraba mucho mejor, según él sólo necesitaba dormir un poco, pero Izuku sabía que su té había hecho todo el trabajo. El príncipe no le agradeció en ningún momento, sólo cuando arregló aquella flor que ahora se encontraba resguardada otra vez en la libreta. A Izuku no le molestaba y ya se estaba acostumbrando a lo distante que podría llegar a ser el príncipe.
Ambos caminaban con calma intentando encontrar el camino correcto, aunque Katsuki conocía ese bosque como la palma de su mano muy pocas veces lo había visitado con tanta nieve y eso dificultaba el regreso. Por suerte Izuku tenía buen olfato y había dejado pequeñas "marcas" durante el camino "Solo por si eran necesarias" según él, así que ambos se ayudaban mutuamente. Mientras caminaban charlaban sobre cosas banales; Izuku le contó cuando conoció a Eijirou, cuando trabajó para un burgués que le regaló un collar que luego vendió, cuando coqueteó con un noble... entre otras anécdotas. Katsuki también le hablaba sobre algunos de sus viajes y cómo fue la primera vez que subió a un barco. A Izuku le encantaba hablar, podía pasarse horas hablando y aunque Katsuki no era una persona conversadora admitió para sí mismo que aquella charla le entretenía bastante e incluso se le escaparon algunas risas durante las anécdotas de Izuku que, aunque intentaba ocultarlas, el gato podía verlas "Tiene una sonrisa tierna, como un niño" pensó mientras observaba de reojo cómo el príncipe intentaba ponerse serio mientras hablaba.
Era la primera charla que tenían que no involucraba nada del trabajo de búsqueda.
Poco a poco se acercaban más al castillo y ya incluso podían verse las inmediaciones de éste.
- ¡Luego Eijirou tomó una rama y golpeó al hada que nos intentaba robar la comida! Esas criaturas pequeñas pueden desaparecer entonces Eijirou daba vueltas y vueltas intentando golpearla, fue muy gracioso. -
- Estoy seguro que tu amigo podría comerse miles de esas mierditas cuando se convierte en dragón.-
-Bueno...-Izuku rascó su cabeza dubitativo.- Nunca lo he visto cambiar de forma. Una vez le pedí hacerlo, pero me ignoró.-
- ¿Dolerá? Digo, parece doloroso-
-Espera.- Izuku paró de golpe y su expresión divertida cambió a una seria. Cuando se dio cuenta de lo que pasaba bajó las orejas y dio unos pasos hacia atrás.- Humanos.
Izuku sentía en sus pies las pisadas de varios humanos y a los lejos se escuchaban voces. Tenía un mal presentimiento y lo que hizo fue automático, como un mecanismo de defensa. Dio media vuelta y comenzó a correr de vuelta al bosque, se había olvidado por completo que el príncipe se encontraba allí y que lo estaba siguiendo desde atrás, no lo escuchaba llamándolo tampoco, solo se dedicaba a correr buscando un lugar donde esconderse. De repente sintió una mano tomar su muñeca haciéndolo parar.
- ¡Que te detengas! Debe ser mi familia buscándome. Vamos, debemos volver.-
A Katsuki esa escena se le hacía familiar: tomando la mano de alguien en el bosque para que no se vaya. Un nudo en el estómago se le formó por solo pensar en el recuerdo y viendo la expresión de pánico que tenía Izuku en el rostro, al igual que el niño aquella vez.
Izuku observó al príncipe y luego sus manos, pequeños puntazos dieron en su cabeza como anoche en la cueva ¿Qué le estaba sucediendo? ¿Por qué sentía que esto ya le había pasado? ¿Por qué se sentía así cuando el príncipe estaba cerca? No comprendía la situación, pero no tenía tiempo de hacerlo, las pisadas se oían más cerca y debía encontrar algún lugar donde no lo encuentren.
-Pensaran que te rapté.-Habló Izuku. Katsuki notó que le temblaba levemente la voz- Tengo que esconderme, suéltame.-
-No voy a soltarte idiota ¿De qué hablas? Mi madre sabe que no-
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Hasta que estés a mi lado. [Katsudeku]
FanfictionEl príncipe Katsuki Bakugo pasó toda su vida buscando a la única persona de la cual se enamoró cuando era niño. Para su fortuna, la llegada de un miembro de la tribu de los gatos hará que su sueño se haga realidad. Pero las cosas no siempre resultan...