Hasta que estés a mi lado. [Katsudeku]

XXV; Hogar. Parte 5.

Fele here! Última parte de este arco, al fin sjjsdj Primero que nada, perdón por tardar tanto en actualizar ¡No me odien! Si fuera por mi dejaría la vida adulta y me dedicaría a mis hobbys, pero bueno, wattpad no me da ni un peso :(

Bueno, gracias de nuevo por el aguante y todo lo que hacen por esta historia para que pueda tener más reconocimiento. Les quiero <3

Suele pasar que a veces me confundo con mi propia historia, pido perdón si a veces me equivoco con alguna cosita. Prometo releer todo una vez que la termine y corregir lo que deba corregir.

¡Una última cosa! Estaba pensando en dejar una casilla de consultas sobre la historia, por si tienen alguna duda o quieran comentar algo. Si les parece bien, pueden poner acá mismo esas dudas, o en el próximo cap dejo la casilla.

Ahora sí, enjoy <3
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Para cuando la tarde finalmente cayó, los dos viajeros se encontraron con la entrada a un pueblo. Pinos decoraban los lados y algunas linternas iluminaban como pequeñas estrellas en el suelo. No había nadie quien las haya encendido tan pronto, por lo que Izuku intuyó fue obra de alguna criatura mágica que vivia por allí. Agradeció en silencio, ya que la oscuridad de la noche no era algo que fuera de su agrado.

Izuku acomodó mejor su ropa, ya que el ocaso no solo traía la noche sino también un descenso de
temperatura que comenzaba a enfriar sus mejillas. Al tiempo que se acurrucaba consigo mismo, sintió algo extraño en el aire.
- Kacchan ¿Estás nervioso? -
Katsuki ignoró la pregunta. En su lugar, comenzó a guardar el mapa y, al igual que Izuku, acomodó mejor sus ropas. Y su cabello. Era imposible ocultar sus emociones si Izuku estaba cerca.
- Ha pasado tiempo. - Dijo finalmente. - No va a reconocerme.-
- ¿Quién sabe? Tal vez también haya estado buscándote durante todos estos años. Aunque debe ser alguien muy tonto si no te conoce, digo, eres la persona más importante de aquí ¿No? -
El príncipe rodó los ojos.
- No sabe mi nombre. Ni mucho menos que soy un príncipe. Dudo que haya pensado en mi. -

Katsuki soltó una gran bocanada de aire mientras salía del sendero y se recostaba contra un árbol, del cual colgaba una linterna. La tenue luz bañaba al príncipe y, aunque ahora mismo tuviera una apariencia totalmente distinta, igualmente la amarillenta iluminación combinaba muy bien con él. O por lo menos era lo que Izuku pensaba mientras lo estudiaba en silencio.

- Ni siquiera sé qué le diré. ¿Debería presentarme como el príncipe, o como Katsuki? ¿Sonará muy rara la historia? ¿Y si ya tiene a alguien más? ¿Hijos? Dios, debería haber traído a Sero. -
Aquello último había traído a Izuku a la tierra.
- ¡¿Disculpa!? -Su tono de voz había salido más indignado de lo que había planeado. - Kacchan ¿Acaso no confías en mis dotes para el amor? Soy literalmente tu mejor consejero en este momento ¡Tenme un poco de confianza! -
Katsuki lo miró confundido.
- ¿Alguna vez te has confesado con alguien? -

No. Claro que no. Aunque sí se le había confesado uno que otro borracho en alguna taberna en los pueblos donde se quedaba por un par de días, pero jamás nada serio.

- He leído muchos libros.-Respondió finalmente.- Deberías practicar qué le dirás, así te sientes menos nervioso. Ven, yo seré él y tu serás tu. -

Katsuki suspiró pero al final se acercó hasta el centro del camino donde Izuku lo esperaba. Cuando estuvo frente a él lo quedó mirando unos segundos, a lo cual Izuku se sintió empequeñecer.

- ¿Qué debería decir? -
- No lo sé. ¿Hola? -
- Hola. -

Izuku no pudo evitar reír ante la seriedad del príncipe para interactuar con alguien más. A eso sumándole que el pobre estaba completamente en pánico, la escena era digna de una dramatización. Le parecía sumamente gracioso el simple hecho de ver a una persona tan intimidante como el príncipe siendo tan vergonzoso, tan patéticamente enamorado. Había visto a muchos estar así, pero nunca fue tan gracioso como verlo al príncipe con la punta de las orejas rojas e intentando no reír por los nervios.