Capítulo Cinco

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El convertible de Lena estaba ridículamente abarrotado. Ella conducía, yo iba a su lado, - finalmente un beneficio de nuestra "relación" -, y Winn, Imra y Nia estaban en el asiento trasero.

Nia había venido porque ... bueno, ella siempre venía con Lena cuando hacíamos cosas de vampiros. Siempre iban juntas, de hecho... ella le había convertido. Era una combinación de mejor amiga/secretaria/refuerzo/confidente. Lo que a mí me iba bien, porque seguro como la mierda que no quería ser ninguna de aquellas cosas. Habíamos decidido que Winn debía venir porque planeamos arrancarle a Cat todos los detalles sangrientos y una nunca sabía cuando podía necesitar un médico. Imra, sin embargo, nos había chantajeado. Lena tenía un montón de cualidades detestables, yo sería la primera en decirlo - una y otra vez -; pero algo bueno que tenía es que le gustaba mantener a mis amigos apartados de los asuntos de vampiros. Y en realidad no podía culparle... una nunca sabía cuando un asunto vampírico totalmente normal terminaría en una matanza con pérdida de miembros. Imra no aceptó estas excusas. Plantó su pie
y ese fue el fin de la discusión. El argumento decisivo fue que le dijo a Lena que sería una lástima que les pasara algo a sus trajes europeos mientras estaban en la tintorería.

―En los viejos días, ―replicó Lena―, los recaderos eran realmente útiles―. Pero fue todo que dijo al respecto; Lena siempre iba impecablemente vestida y todos sus trajes eran hechos a medida. Sólo podía imaginarme el valor de su guardarropa. Tenía la sensación de que habría dejado que Imra montara en el asiento del pasajero si hubiera amenazado a su mejor Gucci. Así que se estaba apretado, pero casi agradable. Si no fuera por adónde íbamos.

Aparcamos frente a la casa Tudor de mi padre -¡mil doscientos metros cuadrados para dos personas!- y salimos del coche. Había oscurecido completamente, era alrededor de las nueve de la noche. Mi padre había salido de la ciudad esa tarde para un viaje de negocios y Cat estaría sola. Esta información había sido amablemente proporcionada por mi madre, que apoyaba mis asuntos vampíricos y me echaba una mano siempre que podía. A veces parece que, lo he notado... un padre es casi demasiado genial y el otro una mierda. Yo tenía a mi madre tan alta en un pedestal que la pobre probablemente estaba privada de oxígeno.

Golpeé dos veces, luego abrí la puerta principal. Abierto, por supuesto... era un vecindario bastante agradable. Muy baja tasa de criminalidad. Mi padre no cerraba con llave su BMW cuando lo dejaba en el camino de entrada. Por lo que yo sabía, nunca les habían robado. Por supuesto, si mis fondos alguna vez corrieran bajo, eso podría cambiar.

―¿Holaaa? ―Llamé―. ¿Cat? Soy yo, tu hijastra favorita.

―Y con favorita, ―añadió Winn, entrando en el vestíbulo tras de mí―, quiere decir odiada.

―Tú aún no la has conocido, ―dijo Imra mientras nos apiñamos en el pequeño pasillo.

―No, pero he oído la leyenda. Francamente, soy escéptico. ¿Puede cumplir con las expectativas?

―Tengo que confesar, ―dijo Nia―, que yo también siento curiosidad.

―Sabe que eres un vampiro, pero la puerta principal esta abierta. ―Lena olisqueó―. O es increíblemente arrogante o increíblemente tonta.

―¡Tú no puedes estar aquí! ―dijo mi madrastra a modo de saludo, bajando a la carrera la escalera como Escarlata O'Hara con una peluca rubia y el ceño fruncido―. ¡No te invité a entrar!

Vampira & No Apreciada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora