Tropecé con Winn de camino a mi cuarto a por los zapatos y las llaves del coche. Iba desaliñado y su uniforme era un desastre.
―¿Por qué estás aquí? ―le pregunté.
―Tengo un turno doble mañana, así que el Doctor Abrams me dejó salir antes. ―Me miraba fijamente―. Tienes sangre en la...
―No ―dije―, quería decir que ¿por qué estás aquí? ¿Chupando de mí como una sanguijuela gigante? Solo tienes a tu padre, está enfermo, pero en vez de atender tus asuntos estás por aquí metiéndote en los míos, pagando... ¿qué?... ¿dos cientos dólares al mes por vivir en una mansión? Odias tu trabajo, odias tu vida, no has tenido una cita desde que te conozco, nunca prestas atención a ninguna relación, y la única forma en que puedes sentir que algo vale la pena es meterte en asuntos de vampiros. Patético, Doctor Schott. Realmente, realmente jodido. - Me estaba mirando boquiabierto, lo cual era bastante divertido. Finalmente dijo;
―No odio mi trabajo. - Buena réplica...
―Múdate, Doctor Sanguijuela ―dije, y le empujé al pasar. Por suerte para él estaba llena.
Tome nota mental de echar a la calle su culo mañana, después de haberle dado un día para reconsiderar todas y cada una de las veraces observaciones que le había hecho. Quizás Imra y él se reunieran y lloraran juntos. Eso podría ser divertido. Llegué a mi habitación y pateé mis Manolos fuera del camino. ¡Ridículos! Tacones altos Teetery... ¿cuándo iba a ponerme mis zapatillas púrpuras? Había pensado llevarlos cuando casara a Camila y Lauren, pero no solo eran unos zapatos totalmente estúpidos para vestir en mi posición, sino que seguro como la mierda que no iba a dejar que un vampiro se casara con su oveja. Eran comida, no compañeros. ¿En qué estaba pensando cuando les felicité? ¿Felicitarlas? Decidí resolverlo por mí misma. Vale, no lo había pensado.
De hecho, había estado huyendo de mi destino. No lo sabía entonces, pero ahora podía con ello. Esa era la diferencia entre ser una joven vampiro y ser una reina.
Abrí la puerta de mi armario y rebusqué a través de las pilas ordenadas de zapatos. Sandalias de cuero amarillo... estúpidas. Botas rojas de hasta la rodilla... llamativas. Medios tacones Roger Vivier de noche de piel con turquesas. ¡Turquesas! Yo odiaba las turquesas, pero había malgastado casi mil dólares en unos zapatos decorados con esa ridícula piedra. Tacones Fontenau amarillo meado... que solo podría llevar con algo negro. Medios tacones Manolo Blahnick en negro clásico... ¡podría haber conseguido zapatos de medio tacón negros en el Walmart por veinte dólares! Botas Marobou. Chanclas Emma Hope. Bambas con caras sonrientes japonesas... ¡caras sonrientes! Zapatos de golf beige y blanco... yo no jugaba al golf. Botas de vaquera... ¡no tenía caballo! Ni siquiera me gustaba salir al jardín. ¿Pero qué pasaba conmigo? Había desperdiciado miles de dólares en cosas para los pies. Mis problemas de dinero se habrían resuelto hace años si no lo malgastara en tonterías. Finalmente encontré un par de viejas botas verdes impermeables. No me molesté en mirar dentro y me las puse, después cerré la puerta en busca de mi bolso. La mansión era digna de mi posición, pero siempre llevaba un buen rato organizarse y salir por la puerta. Quizás haría que instalaran ascensores. Y esos espejos cóncavos que había en las tiendas. Estaría bien ver quién venía por el pasillo.
Hablando de sorpresas, rodeé una esquina y ahí estaba Su Majestad, mi segunda Reina, la Princesa de los vampiros viniendo hacía mí. Iba impecablemente vestida con un traje de marca de color negro, tenía recogido el cabello en una coleta alta y ningún cabello caía por su linda cara, y sus ojos... sus ojos verdes eran realmente hermosos. Había algo de color en sus mejillas... no de estar fuera como esperarías de una chica normal, sino porque se había alimentado recientemente. Me pregunté a quién habría mordido. Normalmente intentaba no pensar en ello, pero desde que se había librado del harén -en un intento necesario por conseguir mi favor- tenía que ser duro para ella conseguir sangre. Quizás se cebara en asaltantes y violadores, como hacía yo. Por supuesto, después de los esclarecedores acontecimientos recientes, era algo más abierta de mente sobre la calidad de las víctimas. De hecho, si estaban en la calle, eran un buen blanco. No es como si murieran o algo así. Bueno, ahora podía ser. Pero yo tenía otras cosas de las que preocuparme.

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Vampira & No Apreciada
FanfictionLa reacia reina de los vampiros Kara Danvers puede gobernar el mundo desordenado de los no muertos, pero ahora Kara ha descubierto que ella tiene una hermanastra perdida hace mucho que es la hija del diablo - y que...