Capítulo Tres

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Lauren y Camila me estaban esperando en una de las salas, y me alegré de verlas. No solo por la distracción. Realmente me gustaban. Lauren era un vampiro, como yo, y joven, también como yo. La habían matado en su veintiún cumpleaños, hacía más o menos seis años, y estaba empezando a controlar la sed. Camila era su novia, una chica estupenda y una coqueta escandalosa, y me gustaba pasar el rato con ellas. Eran totalmente opuestas: Lauren era seria y sombría, y Mila era divertida e irreverente. Pero podías ver que realmente se amaban. Yo creía que eso era bastante genial.

―Su Majestad ―dijo Lauren, poniéndose en pie en el momento en que me vio. Le indiqué con la mano que se volviera a sentar y me senté yo misma. Camila bostezó y se recargo en el sofá. Era una chica linda, se le notaba su sangre Latina, guapa, tenia su cara delicada, y un trasero que... No se puso de pie cuando entre, lo que resultó refrescante.

―Kara, linda. ¿Tus chicos no pueden dar citas a una hora decente?

―Perra, perra, perra ―dije de buen humor―. ¿Qué pasa, chicas?

―Gracias por recibirnos ―dijo Lauren.

―No, gracias a ustedes ―mascullé yo. Si no hubiera sido por ellas todavía estaría sonriendo torpemente a Lena e intentando pensar donde meter la gargantilla.

―Iremos al grano, madame. Camila me ha pedido que me case con ella.

―¿Qué? ¿En serio? ¡Eso es genial! ¡Enhorabuena!

―Gracias. ―Lauren sonrió y miró al suelo, después volvió a mirarme―. Y la cuestión es, que nos gustaría que lo hicieras tú.

―¿Hacer qué? ¿Casarme? Según algunos, ya estoy casada. Pero no según yo. - Por contenta que estuviera por Lauren, de repente me sentí tan celosa que estuve realmente a punto de escupir sobre sus pies vestidos de saldo (Payless―clab). ¿Por qué, por qué, por qué no podía haberme pedido Lena que me casara con ella? ¿Por qué había tenido que engañarme? ¿Por qué me traía regalos en vez de disculparse e intentar arreglar las cosas? Si me amaba, tenía una curiosa forma de demostrarlo. Y si no, ¿Por qué tenía esa fijación por que estuviéramos juntas durante los siguientes mil años?

―Casarnos ―estaba diciendo Lauren. Oops, mejor prestar atención―. Realizar la ceremonia.

―Oh. ―Eso era nuevo. Como reina, podía hacer todo tipo de cosas que otros vampiros no podían. Sostener cruces, beber agua bendita, vestir accesorios. ¿Pero realizar ceremonias de bodas vampiro?―. Uh... me siento halagada pero... ¿puedo hacer eso?

―Si ―dijo Lena a dos pasos tras de mí. Casi me caí del sofá. La chica no podía hacer ruido cuando caminaba como todo el mundo, oh, no, tan ruidosa como una bola de algodón―. Como soberana, puedes llevar a cabo cualquier ceremonia que desees, incluyendo bodas.

―Oh, Jesús, chicos, no sé que decir...

―Di que si ―dijo Camila―. Porque no podemos tener un cura. Y Lern ha puesto su corazón en que lo hagas tú, no me preguntes por qué. -Lern (no es que ningún otro pudiera librarse después de llamarla así) asintió.

―Eso es cierto.

―¿Qué parte? ―me burlé.

―Todo. ¿Nos ayudarás?

―Pero... ―Pero no sé como. Pero no sabría que decir. Porque sería realmente deprimente para mí casar a otra pareja, sabiendo que yo nunca tendré una boda apropiada. Pero esto era ridículo, una secretaria llevando a cabo una ceremonia de boda―. ¿Cuándo es el gran día? ―pregunté, rindiéndome. Se miraron entre ellas, después volvieron a mirarme a mí.

Vampira & No Apreciada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora