Capítulo Once

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―Nos llevará algún tiempo ―dijo Winn en el escucha bebés― pero lo encontraremos. Cambio.

―No es un walkie-talkie, y tú no eres un camionero ―dije exasperada― ¿Y cuánto podría llevar? Empezaste anoche.

―Hey, la próxima vez buscas tú a Damián. Cuyo nombre es Waverly, por cierto.

Estábamos en la cocina... todo el mundo excepto Imra, y me estaba hartando de mi hermana perdida y encontrada. Los otros tres eran unánimes en su aversión a lo de gritar a la puerta cerrada de Imra, así que Winn había cogido un juego de escucha bebés. Había dejado uno en el cuarto de Imra esa mañana, mientras ella estaba fuera y el resto de nosotras noqueadas. No debía haberle molestado... no encontramos trocitos de él en la basura de la cocina, al menos. Espera un minuto.

―¿Waverly? ¿La hija de Satán se llama Waverly?

―Waverly Earp ―dijo Nia .

―Eso es bastante estúpido.

―Un nombre casi tan ridículo como Kara para una reina vampiro ―comentó Lena. ¿Eso era un comentario desagradable o un comentario desagradable-agradable? ¿Se estaba cansando de estar enfadada? ¿Y por qué me importaba tanto?

Normalmente estaba en mi lista negra. Tenía que admitirlo, no me gustaba mucho el cambio de rol. ¿Pero qué podía hacer? Tenía la inconfundible impresión de que disculparme por acostarme con ella solo empeoraría la cosa. Y las cosas ya estaban bastante mal, gracias.

―¿Y qué más averiguaron?

-Mucho, al parecer.

Waverly había sido adoptada alrededor de diez segundos después de que Cat se hubiera deshecho de ella, gracias a dios, por los Earp, que se establecieron con ella en Farmington, donde había crecido. Incluso mejor, Waverly era estudiante en U de M y tenía un apartamento en Dinkyntown. Probablemente mi madre podría ayudarme un poco ahí.

―Ni siquiera fue difícil averiguar todo esto ―añadió Winn. Se giró hacía Nia―. Mi evaluación es mañana. ¿Te gustaría venir a trabajar conmigo?

Ella puso los ojos en blanco y rió de nuevo.

―Oh, Winn.

―Bueno, supongo que eso es un no ―dijo. Yo sentía gran respeto por los poderes siniestros de Nia. ¡Hey, intentar matarla podría verse como un cumplido!. Un cumplido triste e insatisfactorio.

―Si existe alguien que se resista al mojo vampírico de Nia, aún no le conozco.

―Se necesitó menos mojo de lo que crees. Todo el mundo fue muy abierto sobre... bueno, sobre todo. La adopción y donde estaba y qué estaba haciendo. Hasta conseguimos su número de teléfono.

―Vale, bien ―suponía. Eso era bueno, ¿no? ¡Vale! Hora de recuperar el control de esta reunión. Asumiendo que alguna vez lo tuviera― Así que supongo que... ¿qué? ¿Vamos a verla? ¿Seguirle la pista en la raíz de todo mal... Dinkyntown, verdad? Decirle que la estamos vigilando, y que será mejor que no cumpla con su destino o nosotros... ¿qué?

― Cada cosa a su tiempo ― dijo Lena. Desde que estos días tenía tan poca cosa que decir, me alegraba de oírle participar― Primero debemos encontrarla.

―¿Juntas? - Me atravesó con la mirada. Lo que fue tan incómodo como suena.

―No deberías hablar con la parentela de Satán tú sola. Por supuesto, iré contigo.

Vampira & No Apreciada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora