Capítulo Quince

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-... y luego me gradué la primera de mi clase y di el discurso frente a todos los chicos, y luego conseguí un trabajo de voluntaria en Goodwill, además de mis empleos en Target y Super América, mientras esperaba para comenzar en la U en otoño. - Sofoqué un bostezo y cambié el auricular a mi otro oído. Si alguien me hubiera dicho alguna vez que la hija del diablo sería agradable, pero aburrida...

―Sí, ¿después qué pasó?

―Bueno, eso es todo. Quiero decir, todavía estoy en la escuela. No me ha pasado mucho más aún. - Dale tiempo, corazón. ―¿Y que hay de ti, qué has estado haciendo? ¿Tienes, qué? ¿Veinticinco? - Me reí.

―En realidad, pasé los treinta en abril. Y he tenido toda clase de empleos. Modelo, secretaria, camarera ...

─ ¿Y ahora mismo eres la dueña de un club nocturno?

─Ahora mismo, sí. ─De hecho acababa de revisar los libros la otra noche. Estábamos definitivamente en números rojos... era sorprendente el precio de la bebida, por no mencionar la utilería... pero hasta ahora había sido capaz de tomar prestado de Peter para pagar a Paul. Sin la ayuda de Imra, no aguantaría mucho más. Pero ya era bastante duro pedirle un préstamo cuando no estaba enfadada y aterrorizada―. Imagino que veremos como va eso.

─ Entonces, háblame de mis padres biológicos. - Esa era la última cosa que quería hacer.

Derramé mi leche caliente de la impresión y traté de no dejar caer el teléfono. Me había llamado aproximadamente un minuto después de que despertara esa tarde. ¡Tres treinta de la tarde! Un nuevo record. Tal vez algún día me las arreglara para despertar a la hora de comer.

─ Uh, bien ... caramba, tanto por contar. Por donde empezar. Ah ...

─¿Crees que podría conocerlos algún día? No quisiera meterme en su vida a empujones. Entiendo que me abandonaron porque creyeron que era lo mejor para mí. No querría entrometerme o hacerlos sentir incómodos de ninguna manera.

─No olvides que papá ni siquiera supo que existías hasta después de que fueras adoptada. ─¿ Por qué había dicho eso? ¿Quería que papá le cayera bien? Tal vez temía hablarle del diablo y quería que tuviera algo agradable a lo que aferrarse.

-Eso es cierto, Kara. Y sé que mi madre estaba sola.... la pobre, debe haber estado tan preocupada cuando se enteró. Sin nadie en quien apoyarse... tal vez su ministro fuera capaz de aconsejarla. -Su ministro, su corredor de apuestas, quien fuera.

─Sí, la... pobre ─De repente, me llegó una maravillosa -o terrible- idea─. ¡Escucha! ¿Quieres conocerlos a los dos? ¿Esta tarde? ―El show comenzaba en... comprobé mi reloj. Veinte minutos. Bien, llegaríamos elegantemente tarde. El chillido feliz de Waverly fue respuesta suficiente.

*

─¿Está embarazada otra vez? ─preguntó Waverly, contemplando la casa demasiado-grandepara-dos-personas de Cat─. ¿A su edad?

─No es tan vieja, recuerda.

Comprobé mi barra de labios en el espejo. Al lado de la belleza impresionantemente fresca de Waverly, no sé por qué me molestaba. Ella estaba maravillosa; hoy su pelo estaba peinado en dos trenzas, las puntas rozaban las cumbres de sus pechos, su flequillo estaba perfectamente nivelado con sus cejas. Llevaba puesta una blusa blanca limpia -debía tener un armario repleto de ellas- y una falda marinera de tablas. Sin pantis, y zapatos negros chatos. Isaac Michener, bien. La colección Target, mal. Parecía una extra de Tocado por un Ángel.

Vampira & No Apreciada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora