Capítulo Seis

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―Wow ―dijo Imra, sacudiendo la cabeza―. Lo he oído con mis propios oídos, y todavía no me creo que lo hiciera. Que frialdad. Incluso para ella.

―De lo más desagradable ―estuvo desacuerdo Lena.

―Bueno... ―Winn dudó, después mojó su galleta en su té hasta que la mitad se cayó en la taza con un pequeño ruido sordo. ¡Yech! Nunca entenderé porqué ahoga sus galletas en vez de comérselas―. No soy el mayor fan del padre y la madrastra de Kara, pero si Cat tiene un historial familiar con esa clase de cosas... lagunas o lo que sea... piensen en como debe haberse sentido. En un minuto embarazada, y al siguiente ha perdido casi un año entero. - Sacudió la cabeza. ―Debe haber sido jodidamente aterrador.

―Lo habría sido para cualquiera ―añadí― pero para ella especialmente por la historia de su familia. ―Noté que todos me estaban mirando―. ¿Qué? Puedo ponerme en sus zapatos. Sus pegajosos y plásticos zapatos. No me gusta, y definitivamente no creo que haya debido deshacerse de mi hermana pequeña en el vestíbulo de un hospital, pero aún así me siento algo mal por ella.

―Humph ―dijo Imra. No estaba comiendo ni bebiendo nada, solo estaba sentada a la mesa como el resto de nosotros, con sus brazos cruzados sobre el pecho―. Escucha, Nia, ¿estabas diciendo que creías que sabías lo que había ocurrido en los diez meses que Cat estuvo non compos mentis? - Nia no decía nada. Después de un momento, fue embarazoso. ―¿Uh, Nia? ¿Hola?

Lena suspiró.

―Uh... oh ―dijo Winn a su té.

―Melissa ―empezó Lena― hay algo que debes saber.

Bajé cuidadosamente mi taza. Esto nunca, ni una sola vez, había sido de buen agüero Nunca era "Te he comprado seis docenas de flores y olvidé que no te gusta el amarillo". Siempre eran cosas como "Por cierto, ahora eres la reina" o "Hey, me mudo".

―Dispara ―dije. Habría tomado un profundo aliento para darme valor, pero eso solo habría hecho que me mareara.

―Esto es... un asunto privado.

―Claro ―dijo Winn, poniéndose en pie y sacando a Imra de su silla de un tirón―. Nos iremos.

―Claro ―dijo Imra, captándolo―. Bueno, uh, estaremos quitando el polvo a algo. En una de las habitaciones. ― Se apresuraron a salir, y la oí susurrar―. De todas formas nos lo contará luego.

―Posiblemente no ―dijo Nia.

―Tenía un motivo ulterior cuando fuimos a casa de tu madrastra.

―¿De veras? ¿En serio? ¿Un motivo ulterior? ¿Tú? ¡Que va!

―El Libro de la Muerte habla de tu hermana.

―¿Cómo lo sabes? Creía que si leías mucho rato esa cosa, perdías la cabeza.

―He estado leyendo trozos a lo largo de las últimas décadas. - Digerí eso.

―De aaacuerdo. Así que el Libro sabía que yo tenía una hermana rondando por ahí donde sea―. Entonces me golpeó, lo que me estaba diciendo―. Tú sabías que tenía una hermana.

―Si.

―Sabías que tenía una hermana. ―¿Es que suponía que si lo decía en voz alta suficientes veces, sería menos doloroso?― Sabías que tenía una hermana.

Vampira & No Apreciada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora