Capítulo Diecisiete

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Di una patada tan fuerte a la puerta de mi dormitorio, que mi pie la atravesó y pasé unos pocos segundos brincando en el pasillo, intentando liberar mi tobillo. Finalmente me tambaleé hasta el interior del cuarto, me saqué mis zapatos planos Beverly Feldman, y los tiré contra la pared opuesta. La piel podía arañarse, pero me importaba una mierda. Así era.

―¡Me importa una mierda! ―grité―. ¡No es justo! ¡No es justo! ¡Hice lo correcto, rechacé a Mike! Podría haber deshuesado al muy tonto, pero tome el jodido camino correcto ¿y para qué? ¿Para que esa idiota me haga sentir peor? ¿Para quedarme más sola?

Estaba arrancándome la ropa como una loca, buscando entre mis pijamas al mismo tiempo, y en general tambaleándome por mi habitación como una borracha. Recogí los Feldmans de esquinas opuestas y fui a ponerlos en su pequeño cubículo pero acabé derrumbándome bocabajo en el suelo de mi armario, sollozando.

Abracé los zapatos contra mi pecho -desnudo- y los acune. Probablemente estaba empapando de lágrimas mis Manolos, y sencillamente no me importaba.

―¿Kara? - Lo ignoré y lloré más fuerte.

No estaba de humor para el último infierno. ¿Nia, contándome que Lexa había tejido una escala de punto y otra vez había escapado? ¿Cat, diciéndome que eran gemelos? ¿La señora de las plantas, diciéndome que las plantas estaban tan muertas como yo?

―¿Cariñito, por qué estás desnuda y llorando en tu armario?

Abrí un ojo. Imra estaba asomada al armario, con una mirada de preocupación en su -magullada- cara.

―Vete ―lloré―. Vete, tú también me odias, lo sé.

―Oh, cállate, eso no es cierto. ―Entró en el armario, empujando los trajes a un lado, moviendo cuidadosamente los zapatos, y sentándose con las piernas cruzadas junto a mí―. Vamos, ¿qué pasa?

―¡Todo!

―Vale, pero siendo específicas.

―Lena ya no me ama. Apuesto a que ni siquiera quiere ser ya mi consorte. Apuesto a que lamenta haberme engañado para que me metiera en todo ese lío. Y le pone mi hermana. ¡Mi hermana! Que es la hija del diablo, pero esa ni siquiera es la peor parte.

―¿Cuál es la peor parte, cielo?

―A todo el mundo le gusta Waverly, esa es.

―Tú también le gustas a todo el mundo. Incluso antes de morir tenías ese tipo de carisma fresco.

―Si, pero Waverly lo tiene al máximo. Hace que yo parezca nadie. En serio, nadie puede resistirse a ella.

―Seguro que eso no...

―¡A Cat le gusta Waverly!

―Oh.

―Y ella y mi padre todavía me amargan la vida... fue la fiesta prenatal más larga que ha existido. Y tengo que archivar el Capítulo Once sobre el Scratch. Y ella... Waverly, quiero decir... es agradable, pero no eres tú. Y entonces pude haberme acostado con Mike y a él realmente le gusto, pero yo amo a Lena así que le rechacé, y a Lena ni siquiera le importó y... y... ¡Oh, Dios mío!

―Uh.... ―Obviamente Imra estaba intentando descifrar mi balbuceo.

―¡Oh, Dios mío! ¡Amo a Lena! ¡La amo! ¡A ella! Esa... esa serpiente arrogante, atractiva y engañosa...

―Claro, por supuesto que si.

―Ves, esta es la clase de información que podía haberme venido bien antes ―dije y lloré con más fuerza. Imra me estaba palmeando la espalda.

Vampira & No Apreciada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora