Todos esperaban la respuesta de los menores, estaban inquietos, emocionados por alguna razón, y sobre todo impresionados, mientras que los menores solo querían salir de ahí, era su familia pero se sentía completamente diferente, la falta de feromonas seguramente.
- Bien, cuando quieran, dattebayo. - El rubio estaba realmente nervioso, no sabía porque, pues era un interrogatorio normal.
- Esto si lo sabes explicar mejor Menma, sabes que yo me revuelvo. - Dijo suspirando pesadamente.
- Cierto... - Dijo mirando a su hermano. - Entonces... Yo también tengo mis reglas, pueden preguntar a medida que empiece, pero no todos a la vez es una molestia que no les entienda, y las más personales las puede hacer Shikadai. - Dijo con una enorme sonrisa zurrona.
- ¿Por qué Shikadai? - Pregunto el Nara.
- Es mi destinado. - Dijo de la misma forma. - Oh claro, hay que empezar ya, si no, no van a entender a qué me refiero. - Respiro, y luego empezó a hablar de una manera más seria. - Nosotros venimos de una dimensión, donde hay Alfas, Omegas, y betas. - Y como si estuvieran en una clase, el rubio alzo la mano.
- Si, Hokage-sama. - Respondió el azabache.
- ¿Cómo los identifican? Dattebayo. - Dijo el rubio, y el Nara le dio la razón. En realidad era una pregunta interesante.
- Los alfas y los omegas tenemos un olor distintivo, por ejemplo Minato es un Omega, yo puedo olerlo porque soy alfa, en cambio los betas no tienen olor o pueden oler a los alfas y betas. - Luego sorprendentemente levanto la mano la peliazul. - Tía Hina. -
- ¿Entonces, cómo se reproducen, los betas? - Todos quedaron sorprendidos, también era una buena pregunta.
- No pueden. Nosotros tenemos un ciclo de calor, o mejor conocido como "celo" este la mayor parte del tiempo se usa para reproducirse, o para ser marcado. - Está vez levantó la mano la pelirrosa. - Tía Sakura. -
- ¿Cómo así? - Pregunto con simpleza.
- Minato, date vuelta. - Dijo el azabache mirando a su hermano.
- Odio que me uses como maniquí de escuela. - Dijo el rubio menor con el ceño fruncido.
- Fue tu idea no te quejes. - Sin más se dio la vuelta, el azabache quitó ligeramente su sudadera y mostró su nuca. - ¿Ven esto? - Dijo señalando su nuca, un poco más grande. - La nuca de Minato y la mía son diferentes, la de el es así porque aquí cabe perfecto, la boca de un alfa, así. - Y sin más pozo su boca en la nuca del rubio, era cierto, cabía perfectamente.
- Quita tu boca babosa. - El rubio se apartó, mientras el azabache reía, ahora el que levanto la mano fue un castaño con colmillos pintados en los cachetes. - Tío Kiba. -
- ¿Por qué no te afecto a ti, el estar tan cerca de un Omega? - Pregunto sorprendido, al igual que los demás.
- Mi papá es un alfa, todos los días me ayuda a controlarme. Además de que Minato es mi hermano, mientras que el no esté enlazado con otro alfa, mi papá es el que lo "protege" con sus feromonas. - Ahora levantó la mano una castaña con chongos en su cabeza. - Oh, tía Tenten. - Dijo sorprendido, no la había visto.
- ¿Cómo que protegerlo? ¿No es seguro en su dimensión? - A esto los menores se miraron, ante esto el rubio menor asintio con una sonrisa.
- No... No es eso, allá es igual de seguro que aquí, pero... Los omegas son como tesoros para nosotros, cuando tenemos una relación amorosa con ellos nos volvemos posesivos, y cuando estamos enlazados es peor. Cuando estábamos en la academia, un chico se obsesionó con Minato por su belleza a los 5 años, el era alfa entonces cuando estaban solos el lo atacó, intento marcarlo, pero llegué en ese momento, el era dos años mayor que nosotros, entonces solo lo empuje y lleve a Minato a casa. - Hizo una pausa y siguió. - Después de eso, papá no podía hecharlo de la aldea entonces, impregnó a Minato con sus feromonas, no de forma amenazante, solo que supieran que si se acercaban a Minato con otro propósito de ser amigos o pareja amorosa, lo iba a lamentar. - Guardaron un poco de silencio cuando alzo la mano otro azabache con lentes. - Tío Shino. -
- ¿Para que sirve exactamente la marca? - Pregunto interesado.
- Es lo más romántico que puede aceptar un Omega, y lo más horrible que puede hacer un Alfa. - Su sonrisa se convirtió en una nostalgica. Entonces levantó la mano un pálido pelinegro. - Tío Sai. -
- ¿Te importaría explicarte? -
- Para nada... Verán cuando un Omega entra en celo, si no está en casa, y si está en la calle por ejemplo, atrae a los alfas, y no es porque todos los alfas estemos calientes... - En eso lo interrumpió su hermano rubio, con un codazo.
- Lenguaje. - Dijo con los ojos cerrados.
- Auch, si lo siento. Bien, nos atraen porque es nuestro instinto, no estoy diciendo que sea culpa de ellos, tampoco de nosotros, pero cuando un Omega está tan vulnerable es como una droga, y nos descontrolamos, hasta el punto de querer marcarlo. Cuando lo hacemos no estamos en nuestro sano juicio, algunos alfas toman la responsabilidad y se quedan con ellos, pero cuando no... Los omegas mueren. - Hizo una mueca y miro al piso. Luego alzo la mano un pelirrojo comiendo papas. - Tío Choiji. -
- ¿Por qué? ¿No pueden vivir, sin su alfa? - Ante esto el menor azabache negó con una amarga sonrisa.
- Ojalá pudieran, pero no... Las feromonas son muy importantes, más cuando están enlazados. - Hizo una pausa y continuo con una hermosa sonrisa. - Pero también es maravilloso, la marca los une de muchas maneras, emocional, mental, y físicamente. Es muy romántico si lo piensan bien, más cuando lo haces con tu destinado. - Ahora levantó la mano el azabache mayor. - Si, mamá. - El azabache aclaro su garganta con un pequeño sonrojo y hablo.
- ¿Cómo es eso del destinado? - Pregunto con simpleza.
- Son como ustedes allá, nuestros papás son destinados, son personas que están hechas para el otro, casi nunca se encuentran pero cuando lo hacen, lo saben, actúan como imanes, no pueden vivir sin el otro literalmente, su amor es tan grande que es imposible no amarse por completo hasta los defectos, mi mamá en el recuerdo lo decía, amaba por completo a mi papá que amaba que fuera despistado e hiperactivo. - Sonrió nostalgicamente al recordarlo.
- Bien, es todo por hoy dattebayo. - Dijo con una gran sonrisa.
- ¿Con quién se quedarán Naruto? - Hablo el Nara.
- ¿Con quién quieren quedarse? - Pregunto el rubio a los menores feliz.
- ¡Mamá/Papá! - Hablaron al unísono.
- Bien, yo me quedaré con Minato, y tú con Menma. - Extrañamente el azabache mayor estaba emocionado, cosa que no paso desapercibido por la pelirrosa y la azabache de lentes rojos. - ¿Nos vamos? - Hablo el azabache al rubio menor.
- ¡Claro! - Dijo irradiando felicidad, el azabache le contesto con una sonrisa tierna, cosa que no mostraba a diario. De camino a casa,el azabache estaba tan perdido con el rubio, que no noto que su esposa e hija venían atrás escuchando todo. Cuando llegaron, por fin habían notado su presencia.
- Ven por aquí Minato, aquí vas a dormir. - Dijo el azabache llevándolo a la habitación de huéspedes. - No se cuánto tiempo te vas a quedar pero, si quieres mañana podemos ir a comprar ropa... - Dijo dudando de la respuesta.
- Me encantaría mamá. - Dijo con una gran sonrisa, a este se le formó un pequeño sonrojo, y asintio.
- Bien, te dejo para que te acomodes. - Sin más se fue a la cocina, mientras su esposa e hija esperaban respuestas.
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¡Esta vez no! (OMEGAVERSE) •Narusasu•
FanficEn el pasado Sasuke había ocultado su género a todos sus conocidos, había rechazado al amor de su vida, y abandonar la aldea por la misma razón: Venganza. A pesar de todo, regreso a su aldea, el rubio ya estaba con alguien más, por asares del destin...