Hora de partir

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Después del jutsu quedaron realmente cansados, por lo que al segundo cayeron cansados en el suelo, rápidamente todos se acercaron.

- ¿Estás bien amor? Dattebayo. - Pregunto preocupado el rubio mayor, mientras los otros dos estaban igual de preocupados.

- Vamos Naru, estoy bien. No es la primera vez que lo hago. - Sonrió débilmente, mientras se paraba, y miraba a su amiga pelirrosa. - Sakura, curalos. - Hablo señalando a su gente aún en el suelo.

- ¡De inmediato! - sin más la pelirrosa se paró donde estaba Naruto*. Volteo a ver a los presentes, que estaban sorprendidos por la rapidez en la que actuó. - ¡Atrás, no se acerquen, no tardare! - Ante esto, pararon sus pasos en seco, mientras Sakura* se sorprendía, a ella le lleva mucho curar a 10 personas, incluso con el sello en su frente. - ¡Byakugou expansión! - Grito, para que luego su marca se esparciera por todo su cuerpo, y después de eso exparcirla por los cuerpos heridos. De inmediato todo se envolvió en un capa verde, mientras a la pelirrosa le escurrían gotas de sudor, era todo un show para los presentes, la pelirrosa había dejado a todos con la boca en el suelo.

- E-Es mejor que tú Sakura-chan* - Hablo Naruto* impactado.

- No han visto nada dattebayo. - Dijo con orgullo el rubio, mientras los menores asentian.

- ¿E-En serio? ¿Cómo así? - Pregunto el Nara sorprendido.

- Bueno... Sakura-chan, siempre fue buena controlando el chakra, estudiar con la abuela solo desarrollo su don, pero ella a los 24 años evolucionó la técnica, haciéndola suya. La llamo... Byakugou expansión. - Todos escuchaban atentamente, unos más sorprendidos que otros. - Consiste en abandonar la marca por un tiempo para curar a los guerreros, mientras que el usuario original se esfuerza para controlar el chakra en cada uno de sus cuerpos, ya que cada quien tiene su cuerpo diferente y tienen diferentes capacidades. - Acabo con una enorme sonrisa orgullosa. Se alegraron cuando los Uchiha que estaban en el suelo comenzaban a levantarse. - Oh parece que ya acabo, dattebayo. - Sonrió de lado al ver a su azabache mejor.

- ¡Byakugou extracción! - Sin más las marcas que tenían los Uchiha empezaron a bajar por sus cuerpos hasta ser atraídas como un imán hacia la pelirrosa, estás subían por sus piernas como si ya supieran en donde pertenecían, pasaron por sus muslos, espalda baja, pecho, brazos, cuello, orejas, cara, hasta finalmente terminar en su frente formando así su marca en forma de diamante. - Uff. - Suspiro aliviada, limpiando sus gotas de sudor que todavía bajaban.

- ¡Gracias Saku! ¡Te amo! - Sin previo aviso un azabache ojiazul se acercó a ella abrazandola, alzandola de dónde estaba, pues el ojiazul era más alto que la pelirrosa, mientras esta estaba sonrojada hasta las orejas.

- ¡M-Menma! - Grito con la esperanza de que la bajase. Pero este solo alzo su cara quedando a milímetros de distancia, hasta que está acortó la distancia, juntandolos en un tierno beso, lento y lleno de amor. Mientras todos veían conmovidos la escena, bueno casi todos, pues Sakura* tuvo envidia de su otra gemela, no solo en ninjutsu médico, si no en su felicidad personal, no es que no fuera feliz con lo que tenía, pero quería ser aún más.

- ¿Amor, estás bien? - Pregunto el rubio dirigiéndose al azabache.

- Claro cariño. Estoy mucho mejor. - Hablo sonriendo el azabache. Lentamente juntaron sus labios, en un beso que les decía lo mucho que se amaban. Sasuke* supo que no podía tener la misma felicidad que ellos, eso era ovbio, pero quería tener a alguien que lo amara tanto que llegara a ser tedioso. Sintió una mirada penetrante, giro y se encontró con el rubio de sus problemas, este estaba sonriendo, estaba por corresponder cuando una peliazul salto a sus brazos, tal vez no era a el a quien miraba tan profundamente. Esto hizo que sonriera amargamente, luego de unos segundos apartó la vista, no era asunto suyo, fue lo que pensó.

- ¡Papá, cuidado! - Grito una azabache con advertencia, este giro inmediatamente esperando una shuriken o algo así pero lo único que vio fue a un peliplata, de unos 20 años, que iba directo a el, lo único que pudo hacer fue esperar a que lo derribara no tenía porque defenderse, este no tenía armas, y algo le decía que no era de por ahí.

- Agh maldición. - Hablo el peliplata ya encima de Sasuke*, este ni siquiera se había dado cuenta de cuando fue que lo derribó. Mientras todos al rededor miraban la escena sorprendidos, no entendían el porque no se había defendido, Naruto* solo fulminaba al chico.

- Yo debería ser el que se quejara, no? - Dijo Sasuke*con una sonrisa ladeada, le había parecido gracioso los despistado que era.

- O-Oh lo siento muc... - Se quedó mudo, en frente de el estaba el azabache más hermoso que haya visto, era igual que su tío, no, no era para nada igual, este no tenía los rasgos tan definidos, pero ahí estaban, su cuerpo era pequeño pero no tanto, su cuello era estrecho, y mantenía oculto un ojo bajo un mechón de cabello, sin darse cuenta estaba apartando este con suavidad, los demás se mantenían expectantes, no era normal que el azabache se dejará tocar tanto, no sabían que esté también estaba sorprendido de lo guapo que era el peliplata y de como se dejaba tocar. Esto acabo con una voz chillona y infantil.

- ¡Oye, bajate de mi Papá! - Se escuchó decir a la azabache, y de un empujón lo apartó, después ayudo a parar al azabache. - ¿Por qué no lo apartaste, papá? - Pregunto con sutileza.

- De hecho yo también tengo esa pregunta, dattebayo. - Hablo Naruto* con una sonrisa forzada.

- Hmp, no lo sé. - Hablo girando su cabeza al peliplata. - No parece alguien de temer, y se me hace extrañamente familiar. - Dijo sonriendo, aún mirando al peliplata.

- Eso es porque es de nuestra dimensión. - Dijo el azabache con los brazos cruzados, el peliplata solo tembló de miedo. - ¿Que haces aquí Hōki? - Hablo extendiendole una mano para levantarlo.

- Mmm bueno, vi cuando Menma fue por los Uchiha, dijo que iban a hacer una misión arriesgada, así que vine a ver, fue algo impresionante Sasuke-san. - Hablo con una enorme sonrisa, luego miro a la pelirrosa, quien también estaba ahí. - Quede asombrado con su ninjutsu Sakura-san, fue maravilloso. - Esto hizo sonrojar a la pelirrosa.

- ¡¿Hōki?! - Grito otro peliplata, un poco mayor que esté. La azabache de lentes se sonrojo de inmediato, era más guapo de cerca. Este peliplata no era un Uchiha, pero el azabache lo acepto como ambu de protección, por recomendación de su amigo pálido.

- Hola Hoka... - Hablo con nerviosismo saludándolo con un ademán de manos.

- Nada de "hola Hoka" escúchame bien, si haces preocupar a mamá... Te las verás conmigo. ¡¿Bien?! - Pregunto con una sonrisa sinica, este solo asintio rápidamente. - Bien~ ¡Uchiha-sama! ¡Hokage-sama! - Hablo rápidamente haciendo reverencias, después volvió a colocar su máscara, paso justo en frente de la azabache y está pudo sentir una ligera brisa, haciendo que se sonrojara aún más. Su hermano lo siguió rápidamente, y desaparecieron en el bosque.

- ¿Y quienes son sus padres? - Pregunto con curiosidad Sakura*.

- Son Kakashi-sensei y Iruka-sensei, dattebayo. - Aclaro con una sonrisa ladeada.

- Eso no me sorprende, aquí si están juntos. - Hablo Sasuke* con una sonrisa perfecta, los presentes a excepción del azabache y rubio, quedaron impresionados, ¿El azabache se había hecho más atractivo? Fue lo que todos se preguntaron en ese momento. - ¿Que sucede? - Hablo girando su cabeza en señal de no entender sus miradas sorprendidas. Esto solo lo hizo ver más tierno y atractivo, luego se dieron cuenta, el mechón que cubría su ojo ya no estaba, este estaba sostenido con un broche, ante esto el azabache se sonrojo un poco, causando un enojo en el rubio.























Bueno eso es todo por hoy, mañana actualizaré a la misma hora, mientras tanto iré a mis otras historias. Los quiero, gracias por comentar y votar.

- Wine fuera 💕



¡Esta vez no!   (OMEGAVERSE) •Narusasu•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora