Shang Qinghua esta secretamente enamorado del capitán del equipo de baloncesto, pero jamás se atrevió a dar un paso hacia él, hasta que una serie de eventos desafortunados lo envían directo a los pies de Mo Bei.
Ahora tiene que enfrentar la locura d...
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Lo de los croissants no se repitió hasta esa mañana cuando Qinghua entro al pasillo y la hilera roja de casilleros le dio la bienvenida a la escuela. No estaba teniendo un buen día. La tarjeta del autobús se quedó vacía y tuvo que pedir prestado a un extraño de la preparatoria TGCF, no fue lo más agradable, pero el tipo era amable.
Mo Bei se detuvo a su lado y le dio sus libros para que los cargara, Qinghua lo hizo, lo acompaño hasta su clase. Cuando estaba por irse Mo Bei le entrego una bolsa de papel como la que le había dado la otra vez.
No, pensó Qinghua, no comeré esto.
Pero al final si los comió porque olían delicioso y cuando probo uno entonces ya no pudo detenerse.
En la cafetería sirvieron pollo frito... tieso...
Mo Bei estaba al otro lado de la habitación, con Sha Hualing al lado. La chica le daba de comer en la boca y de vez en cuando lo besaría fugazmente. Él parecía complacido con la atención. Shang Qinghua apuñalo el muslo de pollo en su plato y observo con los ojos contaminados.
En medio del almuerzo su teléfono sonó. Esta vez ya no retumbo la canción de Butterfly, sino un tono por defecto. Se ganó una mirada inquisitiva de Mingyan, pero nada más.
El número era desconocido.
Por lo general no atendía llamadas desconocidas, pero decidió responder de todos modos. Solo en caso de que se haya ganado la lotería.
— ¿Estas en la escuela?
Ni siquiera tuvo tiempo de saludar, la voz lo golpeó con sequedad. Una voz fuerte y clara, un poco profunda. ¿Cómo no iba reconocer la voz de su padre?
—Sí —respondió.
—Ven a la dirección.
Y colgó.
En la mesa todos -menos Binghe- lo veían expectantes, pero Qinghua no tenía tiempo para explicarles nada, solo tomo sus cosas con prisa y se despidió vagamente.
Su padre estaba en la escuela y no estaba feliz. Él jamás estaba feliz.
El profesor Lan logró comunicarse con su padre y no solo eso, sino que lo hizo venir a la escuela para una muy interesante conversación sobre su hijo. El señor Shang fue sacado de su oficina con astucia.
Cuando Qinghua llego a la dirección, su padre estaba saliendo de la oficina del profesor Lan, no tenía una buena expresión en el rostro.
¿Hace cuánto no veía a su padre?
Es un padre joven, a los treinta y siete tiene pocas canas y un buen porte. No es tan alto pero el traje elegante lo hace ver estilizado. Lleva una corbata roja y un pañuelo a juego. Cuando ve a Shang Qinghua su mal humor se acentúa en la esquina de sus labios.
— ¿Estuviste en el hospital? ¿Escribiste un libro? ¿Qué más hiciste? —dijo su padre en un tono completo de reproche.
—Dijiste que serias bueno ¿Qué hago entonces aquí? —continuo el hombre.
