Shang Qinghua esta secretamente enamorado del capitán del equipo de baloncesto, pero jamás se atrevió a dar un paso hacia él, hasta que una serie de eventos desafortunados lo envían directo a los pies de Mo Bei.
Ahora tiene que enfrentar la locura d...
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La siguiente semana tuvieron ensayos.
La graduación estaba a la vuelta de la esquina, en menos de tres semanas seria la entrega de diplomas y debido a la temporada deportiva las fechas se acumularon al final. La directora estaba un poco nerviosa cuando paso de salón en salón avisando que se reunieran en el teatro para el primer ensayo.
Los eventos grandes siempre se hacían en el teatro. MXTX contaba con un excelente espacio por lo que era innecesario gastar en una reservación.
Personalmente era la directora la que se encargaba de estos aspectos, seguida por el comité de profesores. El profesor Lan era el decano de la clase de tercero, por lo tanto el estaría a cargo de organizar el ensayo, sin embargo, la directora lo supervisaba estrictamente.
Mo Bei también estaba allí, atractivo y distante como era usual, a su lado estaba Sha Hualing, de vez en cuando la directora le llamaba la atención porque abrazaba mucho a Mo Bei.
—Señorita Sha, suelta a tu compañero, mira que no se ira a ningún lado —dijo la directora en un tono serio y cortante.
Se ordenaron en filas, desde el más pequeño hasta el más grande, de esa manera harían la entrada y de esa manera entregarían los diplomas. Perfectamente ordenados.
—El discurso de graduación correrá a cargo de Liu Mingyan —dijo el profesor Lan. La chica no se lo esperaba.
—Oh, ¿Por qué no Shang Qinghua? Él sí que sabe dar discursos —dijo Ming Fan con malas intenciones.
El profesor Lan lo ignoró.
—Señorita Liu, lamento avisarle con tan poca anticipación, pero pase por mi oficina y redactaremos el discurso en un santiamén.
—Sí, profesor Lan —asintió la chica.
El ensayo fue caótico al principio, perdieron toda una hora intentando que los alumnos se formaran en filas.
—Esto es tan sexista —dijo Sha Hualing cuando el profesor Lan dijo que los hombres y las mujeres formarían líneas paralelas.
—Bueno, entonces mézclense —dijo la directora acomodándose sus lentes— Usted y el señor Mo seguirán estando separados por treinta centímetros de altura.
Ella no estaba feliz, gruñó una maldición y se formó en la línea de chicas donde estaba en el medio con 166 de altura. Nadie se atrevió a decir nada al respecto porque se trataba de Sha Hualing, pero —silenciosamente— había quedado como estúpida y no lo soportaría por mucho tiempo.
Los graduandos harían una entrada significativa y memorial, caminarían por una alfombra roja mientras sonaba una canción melancólica sobre una triste despedida. Luego tomarían sus respectivos asientos, y se entonaría el himno nacional, después la entrega de diplomas y finalmente el discurso de graduación.
