Capítulo 34: Fiasco.

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Solo estuvo bajo las sabanas el fin de semana

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Solo estuvo bajo las sabanas el fin de semana.   

Estuvo sumergido en tristeza, abrazando la melancolía y besando con fuerza la soledad.

Necesitaba estar solo porque era un momento destructivo y no quería lastimar a sus amigos. Los quería tanto, que mientras se caía a pedazos, los mantuvo lejos para que ninguna roca cayera sobre ellos.

Mingyan lo entendía. Hablaban todos los días, pero jamás sobre las cosas importantes, ella lo sostuvo para que no perdiera la noción del tiempo. Y cuando el lunes llegó, se levantó y fue trabajar, porque la vida sigue.

¿La vida siguió o solo están pasando los días?

El primer día fue una tortura. Durmió solo tres horas. Estaba cansado pero no podía dormir. Se sentó durante una hora viendo la rama de un árbol en su ventana, y después de varios intentos fallidos, finalmente logro sostener la bolsa de papel que contenía el tomo de Macbeth. Al abrir las páginas descubrió que estaba en el inglés original. No podía leerlo, se le hizo un nudo en la garganta y dejó el libro sobre la mesa.

Mo Bei no era fanático de las traducciones, a él le gustaba leer el libro en el idioma original, cortarse con las páginas y sumergirse en la tinta. Él no era indiferente, simplemente era discreto. Discreto y receloso con las cosas que le gustan.

La mañana en Heaven's era tranquila, únicamente habían dos mesas ocupadas, en una había una pareja de ancianos jugando a las damas chinas y bebiendo café, y en la otra había una niña de trece años comiendo Waffles con crema batida, ella probablemente acababa de salir de la escuela, usando sus vacaciones para comer waffles y no para ir a la playa.

De vez en cuando entraban clientes a comprar café para llevar. Shang Qinghua era mesero, no atendía en la barra frecuentemente, a veces solo miraba a la distancia. El trabajo de mesero no era el más conveniente, precisamente él no puede estar mucho tiempo de pie. Pero la señorita He era comprensiva, le daba un descanso de diez minutos cada dos horas, y solo hacia un turno de cuatro.

La paga no era mucha, pero hizo el trabajo de logística con Mingyan y ambos lograron que su presupuesto rindiera.

—Qinghua —llamó He Lian, la joven mujer estaba recostada en la barra, con su usual delantal naranja— el día está tranquilo, ve a casa a descansar.

—Estoy bien —dijo Qinghua.

—No te vez muy bien, chico.

Era consciente de ello, de los círculos negros alrededor de sus ojos y de la palidez opaca de su rostro. He Lian no acepto un no como respuesta.

Odiaba estar en casa. Allí, donde más tiempo había pasado con Mo Bei.

Cambio las sabanas, movió los muebles, sacudió las paredes... pero de ninguna manera logro perturbar los recuerdos. No quería volver a ver el ukelele, no quería escribir nada, ni leer ni escuchar. Estaba desplomado, como ido, marchito, sin ganas de nada.

I: Make it Right ✔|| MoshangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora