𝟏𝟔-. 𝐑𝐞𝐮𝐧𝐢𝐝𝐨𝐬 𝐨𝐭𝐫𝐚 𝐯𝐞𝐳.

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Habían pasado unos dos días desde aquella broma, Dumbledore trataba de encontrar a los responsables, o al menos eso fue lo que le dijo a Lucius cuando este fue a Hogwarts muy enfadado abogando por su hijo, pero en realidad, Cassandra no veía que e...

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Habían pasado unos dos días desde aquella broma, Dumbledore trataba de encontrar a los responsables, o al menos eso fue lo que le dijo a Lucius cuando este fue a Hogwarts muy enfadado abogando por su hijo, pero en realidad, Cassandra no veía que el director estuviera desesperado e interrogando a los estudiantes ni mucho menos, incluso corría el chisme de que el director había sonreído levemente cuando la profesora McGonagall llevó a Draco a su oficina, pero eran sólo rumores ya que no había nadie que lo comprobara.

Y por lo qué Cassandra sabía, el rubio había salido de la enfermería un día después en la mañana, sin embargo no había tenido contacto con él.

Ahora la castaña estaba en la biblioteca, o más bien, afuera de ella. Había quedado con sus amigos para verse ahí y platicar un rato antes de entrar para hacer sus deberes.

Pero comenzó a creer que se había equivocado de hora o lugar cuando sus amigos no aparecieron después de seis minutos, todos ellos solían ser muy puntuales.

—Es muy silencioso aquí ¿no crees? —una voz detrás de ella la hizo sobresaltar.

—Draco... —dijo cuando dio la vuelta y se encontró con el rostro del chico, ahora sin ronchas, bueno, tenía una o dos manchas rojas, pero muy pequeñas, si Cassandra no hubiera puesto demasiada atención, ni siquiera lo hubiera notado.

—Cassie... —dijo pasando una mano por su nuca—. Tenemos que hablar.

—Yo no tengo nada que hablar contigo —dijo decidida a marcharse e irse lo más lejos posible de él.

—Cassandra por favor —escuchó y no pudo evitar detenerse, odiaba seguir siendo tan vulnerable ante él—. Solo escúchame.

—No quiero ha-

—Perdón —interrumpió el chico—. Escúchame —ella abrió la comisura de sus labios para decir algo, pero el rubio no la dejo y continuó hablando—. Sabes que no soy bueno para las disculpas... pero creo que mereces una.

—¿Crees? Definitivamente lo hago.

—Sí —asintió—. Pero también quiero que me escuches, y sepas que fue lo qué pasó.

Quería escucharlo, pero su orgullo le gritaba que ese idiota no se lo merecía, y como la mayoría del tiempo, su lado orgulloso ganaba.

—Mira, quede de encontrarme con los chicos así que no-

—Lo sé —aseguró el interrumpiéndola de nuevo.

—¿Lo sabes?

—Bueno... sí, pero en realidad, es conmigo con quien ibas a verte desde un principio.

𝐌𝐀𝐍𝐈𝐀𝐂// Fred WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora