"El dos es nuestro número, como los sueños y los sofás. Supongamos que andar a la deriva no es perderse, que pensarse de vez en cuando no es caer en un hoyo negro. "
-Suposiciones; Paola Klug.
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1. Los...
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— Sifón —
LOS OJOS CASTAÑOS DE ELIZABETH REPARARON EN SU GRIMORIO, había estado preparando algo para buscar las respuestas que Jeremiah y Jerome necesitaban.
—Bien, tengo un hechizo sencillo, algo que podría hacer hasta el más novato. —dijo la Bennett— Es un hechizo que mi abuela me enseñó a los nueve.
—Eso no me hace sentir mejor. —replicó Miah, sus ojos verde esmeralda estaban plantados en en relicario que Elizabeth había dejado sobre la cama— Se supone que esto debió suceder desde que nací.
—Pero no estuviste en contacto con lo sobrenatural jamás... Bueno, hasta los Argent...
—Pero tú o Bastian... Estuve en contacto muchas veces, y nunca...
—Quizá sea algo del aquelarre... No tengo mucha información sobre los sifones... —dijo la morena.
—¿Entonces qué tengo qué hacer?
—Absorber o desviar la magia, para, realizar, éste hechizo. —la morena le mostró la página desgastada del grimorio, Jeremiah tragó duro y luego hizo una mueca— Te voy a enseñar a pronunciarlo... Si lo dices mal, podría salir otra cosa.
—De acuerdo... —el pelirrojo miró la habitación, su cuarto estaba lleno de velas y su gato miraba desde su árbol para gatos.
—Las velas, el fuego alimenta nuestro poder, así que bueno... Escondí un objeto mío, obviamente sé dónde está, pero yo voy a ser la fuente para encontrarlo. —explicó.
—¿Y por qué no uso tu magia? —preguntó.
—Eso podría confundirte, así que vas a concentrar la magia en el relicario y el objeto en mí, ¿si? —el pelirrojo asintió poco convencido, sus labios se aplanaron en una fina línea recta y sus ojos repararon en el relicario— Ahora, repite conmigo... Anta Cotis Syrum.
—Anta Cotis Syrum —dijo tratando de imitar el acento de su amiga— Esto te sale en automático... Tu familia viene entera de Salem. —respondió desanimado.
—Inténtalo, déjalo fluir. Toma el relicario.
—¿Qué voy a buscar?
—Mi tarjeta de crédito.
—¿Qué? —el Argent miró a su amiga con los ojos bien abiertos, la morena sonrió y en cambio señaló con una mirada el relicario.
—De acuerdo... Humm... —Jeremiah tomó la mano la bruja y luego el relicario, memorizó una última vez el hechizo y luego cerró los ojos— Anta Cotis Syrum...
La morena miró con sorpresa cómo la mano que sostenía el relicario brillaba suavemente.
—Anta Cotis Syrum... —dijo por segunda vez para luego soltar un suspiro, abrió los ojos y su palma dejó de brillar— No veo nada. —entonces encogió los hombros.
