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The Heart Wants What It Wants
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—¿NO CREES QUE ESTÁS TOMANDO DECISIONES PRECIPITADAS? —ELIZABETH LO MIRÓ DESDE SU LUGAR—.
—No, la verdad no... Además, ¿no fuiste tú la que se fue en menos de un día de Beacon Hills junto con Derek Hale? —el pelirrojo respondió a la forma astral de la bruja mientras comenzaba a guardar sus grimorios en un par de cajas.
—Pero es diferente —Jeremiah alzó una ceja para luego mirar el cristal sobre su mesita de noche.
—¿Sabes? Se supone que las personas normales hacen videollamadas.
—Pero esto es más realista —dijo la bruja Bennett mientras se sentaba en la cama del Argent— Un hechizo poderoso que nos comunica cuando queramos... ¿No es increíble? Pero el punto es... ¿De verdad te estás mudando a Virginia?
—Comenzaré de nuevo con mi labor de cazador... También voy a ayudar a Chris a encontrar a Kate.
—¿Y eso es todo? ¿Vas a dejar atrás lo demás? ¿Qué hay de Tabitha y Andrómeda?
—Tabitha se ha ido, Calisto va a llevarla con los crecientes para que le enseñen a controlar al fénix oscuro, y Andrómeda vendrá conmigo a La Armería... Con suerte correré la voz de que estoy disponible para algunos proyectos nuevos de ingeniería. —explicó observando el librero de su derecha medio vacío.
—¿Y Stiles? ¿No vas a decirle la verdad?
—¿Qué verdad? —ambos se miraron, la bruja morena alzó una ceja y luego negó con la cabeza.
—Que planeas matar a Theo Raeken. —Jeremiah suspiró, luego negó en respuesta—.
—Yo ya me encargué de eso. —el pelirrojo se dio la vuelta para luego tomar su botella de cerveza de uno de los estantes y luego darle un trago— Todo va de acuerdo al plan...
—¿Vas a matarlo?
—¿Por qué te importa demasiado? —el muchacho vio nuevamente a la Bennett— Yo sólo le pasé el dato a la persona correcta.
—¿La persona correcta es Diana Falcone? —el sifón se tensó— ¿Olvidas que ella asesinó a Bastian?
—Ella me debía al menos una cosa... —respondió aún con su botella de vidrio en la mano.
—¿Tan siquiera te escuchas? ¡Suenas como tu tía Kate!
—¡No me compares con ella! —Jeremiah alzó la voz mientras aventaba la botella contra la pared, esta se rompió mientras el líquido se esparcía por la pared, la bruja se agachó asustada— ¡No soy nada como ella!
El sifón de repente se echó a llorar con desesperación.
—Miah, ¿no has tomado tus medicamentos? —el pelirrojo tomó el cristal y luego lo lanzó contra el suelo, este se quebró y la imagen de Elizabeth desapareció.
Jeremiah se sintió desesperado, se derrumbó sobre el suelo mientras lloraba sin parar, cubrió su cabeza con sus manos y luego la escondió entre sus rodillas. Quería parar el eco de todas esas memorias en su cabeza repitiéndose una y otra vez.
[...]
Los ojos verdes de Jeremiah se entre abrieron en la oscuridad de su habitación, el sonido de su teléfono celular lo hizo reaccionar, la pantalla se iluminó mientras indicaba una llamada entrante de Stiles. El sifón estiró el brazo hasta alcanzarlo para luego responder mientras le daba una bocanada a su cigarro.
—¿Hola? —dijo con la voz ronca, y entonces la voz desesperada y temblorosa de Stiles lo regresó a su presente.
—Miah... —su respiración se escuchaba agitada— No te llamaría si no... Si no fuera importante... No tengo a quién recurrir, yo...
—¿Qué pasa? —cuestionó mientras se levantaba de la alfombra para poder encender la luz.
—Theo atacó... Mi papá está en el hospital yo...
—Stiles... —el pelirrojo llamó mientras dejaba el cigarrillo en su boca para prender la lámpara de noche— Cálmate... Yo... Voy para allá... —el Argent colgó la llamada, se puso sus botas y luego su chaqueta, apagó el cigarro en el cenicero de la mesa de noche y posteriormente tomó las llaves de su auto.
No tardó mucho en dirigirse al hospital, sintió un sentimiento de familiaridad recorrer su mente, corrió entre los pasillos hasta encontrar al Stilinski en la sala de espera, sus miradas colisionaron una vez más, castaño oscuro contra verde esmeralda. Entonces Jeremiah lo rodeó entre sus brazos sin dudarlo.
—Todo va a estar bien... —murmuró el sifón con la voz ronca, aunque no estaba seguro, sólo tenía clara una cosa, la forma en la que lo amaba lo había hecho levantarse de su propia miseria sólo para curar su dolor, el dolor de su Stiles.
Los minutos y las horas pasaron, el par se mantuvo al lado del otro en silencio, el castaño recargó su sien en el hombro del pelirrojo.
—Lo siento... No quería decir eso... Esa noche. —murmuró Stiles con lágrimas en los ojos.
—Lo sé. —respondió Jeremiah, sus ojos verdes estaban clavados en algún punto de la pared—.
—¿Entonces por qué no me llamaste? —cuestionó el castaño, su mirada reparó en la mano izquierda del sifón, tenía una venda en la palma.
—No lo sé... —dijo en un murmullo— Hubieron días en los que no sabía qué sentía, otros tampoco podía sentir nada... —mencionó antes de soltar un suspiro cansado.
—¿Qué te pasó en la mano? —preguntó.
—Me corté con un vaso roto... —mintió agachando la mirada hasta su palma, luego miró su anillo con el símbolo de los Argent—.
—¿Por qué no puedes dejar de mentir? —cuestionó el Stilinski, pero Jeremiah negó con la cabeza.
—Prefiero hacerte pensar que no me siento horrible. —replicó en un murmullo— Como si realmente valiera la pena... Existir... Me siento mucho mejor sabiendo que tú estás bien. —su voz sonó monótona, indiferente.
—¿Entonces por qué respondiste?
—La única razón que me mantiene aquí eres tú... —Jeremiah suspiró— Y sé que en cuanto tu padre esté de vuelta en la comisaría yo ya estaré en camino a Virginia.
Stiles de pronto se alejó del hombro del pelirrojo, su mirada se clavó en el rostro del Argent.
—¿Vas a irte de Beacon Hills? —cuestionó con la voz repentinamente temblorosa—.
—No puedo seguir aquí... —respondió— Ni siquiera me reconozco a mí mismo... —en ningún momento lo miró de vuelta.
—Entonces quédate, por mí... —dijo con un atisbo de dolor en la voz.
—No sé si pueda seguir aquí... Cada rincón me duele tanto como si fuera capaz de quemarme el corazón... —murmuró con un nudo en su garganta— Allison, Jerome... Bastian... Victoria... —entonces se atrevió a mirarlo—.
—¿Al menos podrías quedarte lo suficiente?
Pero Jeremiah no fue capaz de responder con claridad, quería ser feliz por una vez en su vida, pero estaba sufriendo, no se sentía vivo.
Ni siquiera junto a él.
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GÉMINIS¹ - STILES STILINSKI.
Fanfiction"El dos es nuestro número, como los sueños y los sofás. Supongamos que andar a la deriva no es perderse, que pensarse de vez en cuando no es caer en un hoyo negro. " -Suposiciones; Paola Klug. . . . [ℨ𝔬𝔡𝔦𝔞𝔠𝔞𝔩 𝔐𝔲𝔱𝔞𝔟𝔩𝔢𝔰 𝔖𝔞𝔤𝔞] 1. Los...