El vuelo fue tranquilo y agradable. Alec se dedicó la mayor parte del tiempo ha hablar para que la mente de Jacob se mantuviera ocupada, pidió unos snacks y una bebida que sabía que le encantaba a su amigo. Jacob, por su parte, estaba ilusionado con la idea de volver a casa, ver a su padre y estar de nuevo rodeado de árboles, agua y naturaleza. Pero no iba a negarlo, estaba nervioso por cómo podían suceder las cosas.
De camino al coche que habían alquilado los nervios se calmaron un poco, aún quedaban al menos tres o cuatro horas para reunirse con los Cullen, pero ellos no eran los que le preocupan.
Alec condujo hasta tomar la carretera que llevaba a la reserva, al introducirse en el asfalto rodeado de inmensos árboles a ambos lados Jacob bajó la ventanilla y aspiró todo el aire que pudo.
—De vuelta en casa —sonrió Alec al verle tan satisfecho.
—¿Dónde vamos a quedarnos?
—En un hotel a las afueras. Si hubiera venido solo no sería necesario, pero Aro quiere que estés cómodo. Por supuesto puedes visitar a tu padre, pero no debe saber nada.
—Sí, ¿cuándo vienen nuestros lacayos? —el sarcasmo en su voz hizo reír a Alec.
—En unas horas. Nos reuniremos antes de hacer la visita —Jacob asintió apartando la mirada del vampiro—. Primero iremos al hotel.
—¿Qué harás por las noches?
—Iré a cazar. No te preocupes, lo haré lejos de aquí —Jacob le alborotó el pelo en un gesto cariñoso, él era con el único que no había perdido su forma de ser. Alec fingió refunfuñar, pero en realidad le encantaba.
Esperó en el recibidor a los dos vampiros mientras Jacob se daba una ducha. Ante él fingía que todo estaba bien, pero le llevaban los celos al saber que en cuestión de minutos volverían a verse. Quizá podría decirle a Jacob lo que sentía antes de salir en dirección a casa de los Cullen. Podría besarle y hasta impedir ese encuentro, pero sabía que para el lobo él solo era su mejor amigo. Deseó que Edward se metiera en un lío y así él mismo podría despedazarle.
Cuando el chico bajó Alec ya estaba reunido con los otros vampiros. Uno era de aspecto hostil, siempre observaba a Jacob de soslayo y se colocaba lo más alejado de él. La otra era más osada y se inclinaba fácilmente a la acción. Desde que supo que iba a formar parte de ese pequeño grupo trataba de hacer planes y se empeñaba en llamarle líder a pesar de que su compañero lo detestaba. A Jacob le resultaba agradable por su aspecto risueño, su larga melena negra y su carácter animado. Incluso le parecía atractiva, pero estaba decidido a no fijarse en más vampiros.
—¿Estás listo? —preguntó Alec sin emoción, Jacob pasó a su lado y palmeó su hombro.
—Qué empiece la acción —la vampira lanzó un grito de entusiasmo y les siguió.
Atravesaron el bosque sin prisa. A lo lejos se escuchaban los aullidos de los lobos, sabían que habían captado el olor de todos los recién llegados.
Unos metros al frente se alzaba la casa repleta de cristaleras, pero no parecía haber movimiento alrededor. Jacob pidió a los vampiros que aguardasen junto a los árboles, entre tanto, Alec y él se acercarían sin mostrarse como una amenaza. Les separaban unos pasos de las escaleras de madera, entonces se abrió la puerta y Carlisle salió a su encuentro. Le miró sin ocultar su sorpresa, Jacob reconocía lo mucho que había cambiado.
—Bienvenido, Jacob —desvío la vista al costado del chico e hizo una modesta reverencia—. Alec.
Los recuerdos llegaron como una lluvia de dagas afiladas. El tiempo que pasó en el bosque cuidando de Bella, las veces que se sumó a la vigilancia cerca de la casa para protegerla a ella y cómo se enamoró de Edward al pasar tanto tiempo allí. La aceptación de la familia como la nueva pareja del vampiro y las innumerables horas que pasó en el interior de la casa.
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El Guerrero de los Vulturis // ¿Jacob x Edward? //
Hayran KurguPensaban que su historia era de esas que tras superar varios obstáculos estaban destinadas a durar toda la eternidad, pero al presentarse un obstáculo mayor iban a saber de qué estaba hecho su amor. Jacob había dado todo por Edward, sin embargo, e...