Skyler:
No podía parar. No sabía cómo frenarme. Sentía que no tenía control sobre mi propio cuerpo, mis propias reacciones y pensamientos. Tenía frío y calor al mismo tiempo, mientras sentía sacudones con escalofríos recorriéndome la columna vertebral. El corazón no paraba de latirme y no podía respirar bien aunque estuviéramos literalmente en un bosque, al aire libre. Sé que Cole me estaba gritando que parara, que desacelerara, que me detuviera, pero sintiendo que no tenía control sobre mi propio ser se oía como un eco que acontecía muy de fondo al ataque de miedo que estaba experimentando en ese momento. Estaba literalmente huyendo y ni siquiera sabía de qué. Cuando pasó lo que pareció como una hora, y que en realidad debieron ser sólo diez minutos, me apoyé con ambas manos sobre un tronco, echando mi cabeza hacia adelante, porque no podía más intentando acallar esa sensación de terror tan profunda. Mis temblores se volvieron más estrepitosos. Sentía sudar frío y ya estaba comenzando a perder el control, sentía que me estaba volviendo literalmente loca. Agua se acumuló en mis ojos de forma involuntaria.
- Skyler. Skyler, tranquila. Miráme, todo esta bien. No pasa nada. - Cole se situó a mi lado cuando por fin logró alcanzarme, luego de mi repentina y drástica huida, en un tono tan calmo que logró sorprenderme dentro de mi malestar.
Alcé mis ojos para mirarlo, mientras no podía parar de tomar bocanadas de aire desesperadas. Sentía como si unas manos estuvieran ahorcándome.
- ¿Qué es esto? - Murmuré, porque no me daba la voz, la energía, ni el aire para hablar con mi tono normal.
- Estás teniendo un ataque de pánico. - Sentí dos gotas de agua caerme de los ojos, me sentía a punto del colapso.
- Se siente como la mierda, quiero que pare. - Comencé a llorar, sintiéndome tan vulnerable e indefensa, y sin poder hacer nada para detenerlo. No podía hacer otra cosa más que concentrarme en las horrendas sensaciones e ideas trágicas que estaba teniendo, estaba siendo arrastrada a un lugar de tal malestar por mi cuerpo y mi cabeza que no podía prestarle atención a ninguna otra cosa.
- Lo sé, tranquila. Debes empezar a respirar calmadamente para intentar que vaya cediendo.
- No puedo. - Negué con la cabeza una y otra vez. - No logro hacerlo, quiero que se termine, no puedo concentrarme en otra cosa.
- Lo sé, pero necesito que intentes esto conmigo. Confía en mí cuando te digo que no te pasará nada grave. Se siente como el demonio, pero no vas a caerte al piso, ni va a pasarte nada trágico. ¿De acuerdo? Ahora, ¿puedo apoyar mi mano sobre tu panza? - Lo miré extrañada, y seguía oyéndose como el resonar dentro de una cueva.
- ¿Qué?
- Te quiero ayudar. - Asentí levemente, un tanto dudosa porque no sabía cómo él podía ser de ayuda, pero solamente me interesaba hacer que parara.
Estaba detrás mío y pude sentir su mano apoyada sobre mi estómago, de una forma muy delicada. Se sintió cálida como una pluma abrigadora y suave, sin embargo me dieron ganas de vomitar. No pude retener el moderme los labios, inquieta e impaciente, y preguntar.
- ¿Estás seguro de lo que estás haciendo? Se siente peor. - Su respiración en mi nuca era levemente distractora, pero el contacto me hacía temblar, y en este caso particular no era por el hecho de que fuera Cole.
Esto no estaba funcionando, iba a dejar el almuerzo en el suelo.
- ¿Quieres la verdad? - Eso me hizo reír por un leve segundo, no pude creer cómo es que hizo eso, y sentí su sonrisa detrás de mi oreja. - No sé qué tan ortodoxo sea el método, pero escuché que funciona en muchos casos. No tiene éxito el simplemente pensar en otra cosa cuando estás en esta situación, tiene que ser algo tangible, sé que a veces el contacto físico puede no ayudar, por eso te pregunté primero. Quiero que te concentres ahora es en tu mano apoyada sobre el tronco. ¿Qué se siente?
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Olvídate de mi.
Teen FictionElla no es una santa, no es dulce, no es delicada, ella es... una zorra. Esta no es una historia de amor, esta es una historia de olvido y del olvido no se puede pasar al amor ¿o sí? La zorra de los tres chicos más ardientes del instituto. Cuando se...