Narradora:
Skyler se quedó toda la noche acostada en la cama que solía ser de su abuelo. Recuerdos de todo tipo le llegaban a la mente. El primero que surgió entre todos fue aquella pelea que categorizaba como "sin importancia" pero bueno... para ser honestos ¿quién no consideraría cualquier riña una estupidez cuando pierdes a esa persona para siempre? Sin embargo aquel conflicto no fue precisamente menor, ni mucho menos ligero. Tocó temas verdaderamente profundos y reveló muchos enigmas de los cuales Arnold no estaba ni enterado sobre su nieta.
Ella iba caminando por el pasillo, llegó al tercer piso y sacó la llave de repuesto que el anciano tan querido le había otorgado como signo de confianza. Sus pasos resonaban en sus altísimos zapatos. Llevaba puesta una mini-falda, un top y encima una campera de abrigo, irónico cuando de nada serviría para cubrirla. Su cartera colgaba de su ante-brazo mientras se inclinaba ligeramente para abrir la puerta de caoba. Al entrar cerró esta, se alisó con las manos el cabello y aventó su bolso hacia el sofá.
- ¡Abuelo! -Resonó un eco por la casa. - oh... ahí estabas. -Lo encontró en una esquina del amplio salón, al lado de la estufa. Fumaba un cigarrillo, su cara se mostraba seria y dura. Podía jurar ver decepción en sus ojos. - ¿Qué sucede? ¿qué haces fumando? -No podía apartar la mirada del objeto entre sus dedos. Él hacía mucho tiempo había dejado de fumar e iba muy bien con aquello. Cada vez que ella sacaba uno junto con el encendedor le echaba un sermón grandísimo. Entonces decidió que, por lo menos el tiempo que esté con él, no fumaría.
- Lo necesitaba. -Se limita a responder. Suelta el humo por su boca formando un aro que se disipa por el aire.
- ¿Estás bien? -Se atreve a preguntar al notarlo extraño.
- Vino Francin a verme. -Con una palmadita leve tiró la ceniza en un jarrón.
- Oh... ya entiendo por qué el cigarrillo entonces. -Habló con gracia, sin embargo aquel no mostró signos de burla o risa. Ni siquiera una leve sonrisilla.- Y... ¿para qué te visitó mi madre?
- Me dijo un par de cosas que... no me gustaron mucho que digamos.
- ¿Qué cosas?
- Habló de ti.
- ¿De mi? ¿y qué te dijo?
- Bueno, verás... no solamente de ti. También de Cole. -El corazón en el pecho de la muchacha comenzó a latir con rapidez.
- Oh... -Fue todo lo que pudo decir, de repente se sentía nerviosa.
- Y realmente me gustaría que todo aquello que contó fuese mentira. No me agradaría enterarme que mi nieta jamás pudo decirme aquello. Además Francin vive para tirar cizaña contra las personas, en especial sobre ti, así que aún mantengo la esperanza.
- Se más específico.
- Bien... -Dio una prolongada calada a su cigarrillo para proseguir.- ¿estás en un ping-pong con tres chicos?
- Un... ¿qué?
- ¿Vas a hacérmelo decir explicitamente Skyler? -Reclamó con enfado. - Tu madre vino aquí para decirme que estás con tres chicos, entre ellos Cole, ¿eso es cierto?
- ¿Y ella por qué mierda debe entrometerse en mis asuntos? con todo respeto abuelo no hablare de sexo contigo.
- ¿Osea que es cierto? -Prosiguió, ignorando por completo su comentario. Aquella como respuesta brindó un bufido y volteo sus ojos. - Lo tomare como un sí. -Su expresión ahora era indescriptible. Sentía todas emociones incorrectas, frustración, enojo, ira. Arnold estaba verdaderamente furioso, más consigo mismo que con Skyler para ser sinceros. Se culpaba por no notarlo, por no haberse dado cuenta.- ¿es por eso que comenzaste a vestirte de esa forma? -Los tonos comenzaban a ser levemente más altos, e iban a seguir subiendo a lo largo del conflicto.
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Olvídate de mi.
Teen FictionElla no es una santa, no es dulce, no es delicada, ella es... una zorra. Esta no es una historia de amor, esta es una historia de olvido y del olvido no se puede pasar al amor ¿o sí? La zorra de los tres chicos más ardientes del instituto. Cuando se...