Skyler:
No supe luego de qué cantidad de copas las cosas pasaron de verse nítidas a borrosas, sólo sabía que de un momento a otro me había subido sobre la barra y ahora me dejaba llevar por el ritmo de la música.
Hacía tanto que no bailaba.
Amaba la sensación de tener todo mi cuerpo sincronizado, descargando tensiones.
Pocas cosas podían hacerme sentir tan libre, tan liviana, tan contenta... Sentía la sonrisa intacta sobre mi rostro desde el momento en que me subí.
Cuando estuve cansada decidí bajar en busca de otro trago, estaba muerta de sed. Bebí rápidamente del vasito que me entregaron y me encaminé hacia Chase, ¿dónde se había metido ese chico?
Tuve que entrecerrar mis ojos para darme cuenta de que solo estaba a unos pocos metros mío, aunque no me gustó nada ver de quiénes estaba acompañado.
En frente de mi amigo enrulado se encontraban Dylan y Max, ambos se veían enfadados.
¿Por qué se habían cabreado ahora? ¿siempre debían estar de mal humor?
Maldije en voz baja, acercándome a ellos. Seguro que venían a regañarme. No me gustaba que la gente que me regañara.
- ¿Qué hacen aquí? - Pude decir, aunque sentí como me costaba un poco pronunciar las palabras.
- Skyler, ¿no puedes estar dos minutos sin ser impulsiva? Tu madre va a ponerse como loca, vámonos, por favor. - Me pidió el... ¿castaño? Sí, creo que fue él.
- Chase, no quiero ir con ellos. - Murmuré, berrinchuda, arropándome en su espalda.
- Ya se los dije, pero parece que no lo entienden a menos que seas tú quien se los diga.
Vi una cabellera rubia azomándose entre el pelinegro y el castaño.
¡Cole!
Me puse contenta de verlo.
- Skyler, anda, no lo hagas más difícil.
Tuve que controlarme para no saltarle al cuello y abrazarle. ¡Que alegría de verlo allí! Pasaron solo un par de horas y ya comenzaba a extrañarlo. Borracha Skyler, ¿qué cosas estás diciendo? Reí para mis adentros.
Apoyé mi barbilla sobre el hombro de mi amigo, pensando. Sí quería ir con él.
- Contigo sí voy, pero sólo contigo. - Terminé diciendo, intentando que la lengua no se me trabara.
- ¿Qué? - Soltaron un par de voces masculinas que no pude identificar con precisión.
Los chicos a mi alrededor tenían expresiones de sorpresa e incredulidad en sus rostros. ¿Acaso había dicho algo malo? ¿por qué me miraban de aquella forma tan extraña?
- ¿Estás segura Sky? - Me dijo el barman, girándome un poco hacia él.
- Sí, confío en él. - Dije como si fuera una gran obviedad y se diera por sobre- entendido.
Comencé a caminar con tranquilidad, a mi ritmo. De vez en cuando miraba hacia el suelo para no caerme. Cuando vi que el rubio se quedaba atrás me di vuelta para decirle un "Vamos".
Vi una pequeña puertecita negra a unos metros nuestro, pude identificarla como la salida trasera del club donde nos encontrábamos, por lo que me dirigí allí para abrirla.
Una vez afuera respiré profundamente, el aire se sentía tan fresco y puro, me gustó esa sensación fría sobre mi rostro.
Pude darme cuenta, vagamente, sin distinguir todos los detalles, que nos encontrábamos en una pequeña callecita, iluminada por un farol.
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Olvídate de mi.
Teen FictionElla no es una santa, no es dulce, no es delicada, ella es... una zorra. Esta no es una historia de amor, esta es una historia de olvido y del olvido no se puede pasar al amor ¿o sí? La zorra de los tres chicos más ardientes del instituto. Cuando se...