𝗶𝗶. 𝗍𝗁𝖾 𝖼𝗈𝗐𝖻𝗈𝗒

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     Ramé llegó al cuarto cerca de la entrada y suspiró por última vez antes de golpear la puerta tres veces, esperó un rato y, al no recibir respuesta se giró para irse

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     Ramé llegó al cuarto cerca de la entrada y suspiró por última vez antes de golpear la puerta tres veces, esperó un rato y, al no recibir respuesta se giró para irse.

—Adelante. —escucho desde el otro lado de la puerta.

Se giró nuevamente y lentamente abrió la gran puerta.

—Hola, te traje la comida... —dijo mientras cerraba la puerta detrás de ella y comenzaba a acercarse lentamente hasta la cama donde se encontraba el chico.

El niño, no parecía ser mucho más grande que Ramé, a lo mejor unos meses o un año como le había indicado Lori hace un rato. Tenía cabello castaño oscuro, corto y algo revuelto, labios finos, el inferior era ligeramente más grande, y de un tierno rosita bebe y los ojos de un color azul que, desde el punto de vista de Ramé, era muy hermoso.

No podía ver el resto de su cuerpo, estaba sentado en la cama y solo se le veía el torso, pero este estaba todo vendado por la parte de debajo de los brazos. El chico la miraba fijamente pero con una ceja alzada, a modo de demostrar que no sabía quién era ella.

—¿Quién eres? —pregunto. —¿E-eres la otra hija del señor Hershel?

—Si, al parecer mi padre te dijo algunas cosas de mi. —la niña que se encontraba parada a un lado de la cama dejó la bandeja en una mesita de noche que había al costado de la cama y luego metió las manos en los bolsillos de sus jeans.

—Si, c-creo. —se encogió los hombros

—Tu eres el hijo de Rick y Lori, ¿verdad?.

—Si. —dijo mientras agarraba la bandeja con comida y se la ponía sobre su regazo, pero seguía sin comer. —¿Cu-cuántos años tienes? Pareces de mi edad.

—¡Wow! Alto ahí vaquero, no vayamos tan rápido, recién te conozco. —él se sonrojo mientras bajaba un poco la cabeza y ella soltó una risita. —Pero respondiendo a tu pregunta, tengo once.

A lo mejor Ramé no era buena haciendo amigos, pero este chico tiene algo y es algo que los demás a su edad no suelen ser: es directo. Y eso le llamaba la atención. O a lo mejor era solo porque hacía ya un tiempo que no veía a alguien de su edad; quién sabe.

—Yo tengo doce. —dijo levantando su cabeza, el sonrojo aun seguía ahí, "tierno" pensó la niña. —Hace tiempo no veía a chicas de mi edad y la amiga tenia desapareció hace unos días...

Ramé frunció el ceño, nunca le habían dicho o mencionado nada sobre una niña desaparecida. Pero si se lo dijeran, a lo mejor ella podría ayudar en algo, luego le preguntaría a alguien.

—¿Cómo se llama ella?.

—Sophia, —respondió. —es de nuestro grupo y la hija de Carol, la conocí cuando todo esto empezó. —finalizó mirándola mientras ella soltaba un pequeño suspiro y se balanceaba de adelante hacia atrás sobre sus pies lentamente.

𝗿𝗮𝗺𝗲́, 𝖼𝖺𝗋𝗅 𝗀𝗋𝗂𝗆𝖾𝗌.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora