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Habían vuelto por Daryl, dejando a Ramé, Glenn y la mujer de tez oscura resguardados en el auto en medio de la carretera vacía. Un silencio incomodo invadió el ambiente, la menor se mordió el interior de su mejilla antes de hablar.
—Oye... —se dirigió a la mujer, la cual estaba recargada contra el auto al igual que ella, se giró a verla aun seria. —gracias, por ayudarlos a llegar a nosotros.
La mujer le dio una pequeña sonrisa cerrada y le respondió. —Era lo mínimo que podía hacer, ¿cómo es tu nombre?. —Glenn estaba atento a la conversación.
—Ramé.
—Michonne. —la pequeña le dio una sonrisita en respuesta.
Antes de que alguien dijera algo, las voces de Rick y el resto se escucharon en el bosque detrás de ellos. Glenn se levantó del piso y fue hacia allí, seguido de las mujeres.
Rick era seguido por Daryl, luego Maggie, y terminando la fila: Merle.
Michonne y Glenn desenfundaron sus armas al segundo de verlo, Rick estiró una mano en su dirección, Ramé miraba fijamente al hombre mientras estaba parada entre el asiatico y la morena. Maggie se acercó a ellos.
—¿Qué demonios hace aquí?. —dijo el asiatico claramente enojado.
Los tres que estaban con el hombre trataban de tranquilizar a los otros dos. Rick apuntaba a Michonne con su arma, amenazando con disparar si no bajaba la espada.
—Trato de matarme. —murmuró con odio.
—Baja la espada. —demandó Grimes.
—¡Nos ayudó a escapar! —Daryl le gritaba a Glenn, y él le devolvió el grito.
—¡De no ser por él, nada de esto hubiera pasado!.
La menor no sabia que hacer, estaban todos contra todos. Rick y Maggie apuntaban a Michonne, Daryl a Glenn y el asiatico y la morena a Merle.
—Haz lo que él dice. —Maggie estaba a su lado, tratando de que la mujer con katana se calmara.
—Oye, ambos recibimos golpes. —Merle habló por primera vez, respondiendo a algo que había dicho Glenn.
—Callate. —le reprendieron su hermano y la más pequeña.
—Hola, niña. —trato de hablarle, recibiendo una mala mirada por su parte.
—¡No le hables!. —grito Glenn.
Los gritos seguían, Daryl le gritó a Glenn que quitara el arma de su cara, Michonne no bajaba la espada. Todos estaban tan absortos en la pelea, nadie escuchaba a Ramé que intentaba pararlos, hasta que se escuchó un disparo no muy lejos de ellos. Los gritos cesaron y todos se dieron vuelta para ver de dónde había venido el disparo, todos se sorprendieron un poco cuando vieron a la más pequeña con un arma apuntando al cielo.
