𝘅𝘃. 𝗐𝖾 𝖺𝗋𝖾 𝖺𝗅𝗅 𝘪𝘯𝘧𝘦𝘤𝘵𝘦𝘥

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     Ya había pasado ese horrible momento, Carl matando a Shane, Rick en un pequeño shock por lo que su hijo había hecho y Ramé sin saber que hacer, pero sorprendida

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     Ya había pasado ese horrible momento, Carl matando a Shane, Rick en un pequeño shock por lo que su hijo había hecho y Ramé sin saber que hacer, pero sorprendida.

Ahora los tres se encontraban caminando nuevamente hacia la casa, había un silencio un poco incómodo. Rick estaba en el medio y ambos niños a sus costados.

—No lo habían mordido, ¿cierto? —preguntó la niña en un susurro, no quería que Carl escuchara, sabía que le había afectado lo antes sucedido.

Rick se giró a verla y negó; no habían mordido a Shane.

—¿También te mordieron? —Carl volteó la cabeza y miró a su papá.

—No... —respondió su padre con pesadez.

—A Shane si. —la niña que los acompañaba trago en seco, aun se preguntaba cómo fue que... paso.

—Ese no era Shane. Lo sabes.

—Solía serlo...

Siguieron caminando un poco más, todavía el silencio incomodo habitaba el lugar, Ramé quería preguntar si habían visto al rehén fugitivo, pero arruinaría el momento y no era el lugar más adecuado para hablar de eso.

Mientras caminaban, de fondo se escuchaban grillos y sus pisadas en el húmedo césped por el leve rocío de la noche. Rick frenó y se volteó para mirar a Carl.

—Shane...

Antes de seguir, unos ruidos comenzaron a escucharse; opacando a los grillos, ahora ellos parecían los que trataban de hacerse conocer bajo ese ruido.

Rick volteo hacia los costados para ver de dónde provienen esos ruidos; no eran ruidos comunes, eran caminantes.

—Oh mi dios. Vamos, ya, ya, ya... —susurro el hombre agarrando a los niños por los hombros, alejándolos de allí.

Corrieron hacia el granero, antes de llegar se agacharon para evitar ser vistos.

—Tenemos que regresar a la casa y avisar al resto...

—Jamás lograríamos pasar ilesos los tres...

Rick tenía razón, si los tres pasaban: probablemente los verían y tratarían de comerlos.

—Tienes razón... —ambos Grimes la miraron —No los tres, pero yo sí. —sacó su cuchillo y miró a los costados.

—¿De qué hablas? —pregunto Carl.

—Deben esconderse, yo iré por el resto. Soy más pequeña y más rápida, es menos probable que me vean...

—Es muy peligroso, Ramé. —dijo Rick mirándola.

—Lo sé, pero no puedo dejar a mi familia ahí. Si llegan al granero, deben alguna señal para que yo sepa que ustedes están bien ¿okey?

Se quedaron callados, el mayor sabía muy en el fondo, que la niña tenía razón. Ella podía tratar de pasar y avisar al resto. Pero era demasiado arriesgado, había demasiados caminantes y no le alcanzarían solo sus flechas y cuchillos.

𝗿𝗮𝗺𝗲́, 𝖼𝖺𝗋𝗅 𝗀𝗋𝗂𝗆𝖾𝗌.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora