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Ramé se llevó una sorpresa al ver a las cuatro personas completamente desconocidas sentadas en una de las mesas. Tres hombres y una mujer. Carl le explicó minutos después como habían llegado ellos allí, claramente Ramé le dijo que fue peligroso pero aun así estaba feliz por lo que había hecho.
Luego de su reencuentro con todos, ambos niños estaban sentados sobre una mesa, mirando fijamente a los desconocidos. Ramé volvía a tener su arco en mano.
—Tú debes ser Ramé. —habló uno de los hombres, era de tez oscura y llevaba un gorro de lana azul oscuro. —Este chico nos ha hablado un poco de ti. Soy Tyresse, ella es mi hermana Sasha, —apuntó a la mujer a su lado. —y ellos...
Antes de que siguiera, Rick entró por la puerta, seguido del padre de la menor. Les dio una mirada rápida a los desconocidos y los pasó de largo. Ambos niños se pararon y lo siguieron. Carl cerró la reja que los separaba luego de que Hershel la atravesara.
Beth se acercó a ellos con la bebe en brazos y Rick la tomó, mirándola fijamente.
—Tiene los ojos de Lori, ¿no crees?. —Ramé se paró a un lado de Beth, viendo a Rick y a la bebe, Judith. Beth la abrazo por los hombros.
Sin decir nada, la bebe empezó a llorar y Rick la acercó a él para abrazarla, el corazón de Ramé se ablando un poquito al verlo. El hombre no había estado en sus mejores días luego del nacimiento de la pequeña, luego pasó lo del Gobernador, no había tenido mucho tiempo con ella.
Rick se quedó mirando a la bebe, escuchando su llanto. Luego miró para todos lados, parecía desconcertado. Segundos después le devolvió la bebe a Beth, diciendo que tenía que hablar con Hershel. La mayor subió las escaleras, donde Carol estaba. Carl y Ramé la siguieron, pero con la intención de ir a la celda de la chica.
—Eres buena con los niños. —habló Carol a sus espaldas.
—Yo solía cuidar mucho a Ramé. Mis padres trabajaban y Maggie y Shawn estaban ocupados con la universidad. —Beth sonrió al recordar a su hermana de bebe. —Era muy... inquieta, cuando quería.
—¡Te escuche!. —contestó Ramé, sin dejar de caminar hacia su celda, sacandole unas risas a los que escucharon.
Cuando entraron, la chica dejó su arco y carcaj apoyados en la esquina al lado de la entrada y se tiró a la cama panza arriba, soltando un suspiro. Carl la siguió, pero él se sentó a los pies de la cama. Greene se apoyó en sus codos para poder verlo.
—Enserio me asuste cuando no te encontrábamos... —le dijo Grimes, él la miraba mientras jugaba con sus dedos. Ramé bufó. —Y ni hablar de Beth o de tu padre. Podrías haberme dicho lo que planeabas.
—¿Me hubieras dejado ir si te lo decía?. —el chico no contestó y se mordió el interior de su mejilla. —Exacto. Me hubieras parado o me hubieras obligado a llevarte conmigo. —el niño no dijo nada, sabiendo que tenía razón.
