Pasaron varios días desde el desastroso viaje a Termas y la grandiosa carrera de Marc. Todavía seguíamos algo raros y yo no podía continuar así, me costaba no estar al cien por cien con él, así que pensé en organizar una cena romántica en casa. Lo sé, normalmente esto en aquellos tiempos lo hacían los hombres, pero estamos en el siglo XXI, es hora de que las mujeres también demos el paso.
Fui corriendo hacia la habitación de mi hermano menor con una gran sonrisa en la cara y sentándome como pude en la cama, ya que la barriga no me daba mucha movilidad tampoco.
-¿Qué quieres ahora?- preguntó mi hermano al verme la cara y reímos a la vez.
-He pensado en organizar una cena con Marc en casa y necesito que pases la noche en casa de algún amigo tuyo- le expliqué y me miró con una mirada que me sonaba de hace tiempo, iba a pedirme pasta para chantagearme -¿Cuánto quieres?- le pregunté rodando los ojos y este sonrió como cuando a un niño pequeño le regalan una piruleta.
-Cincuenta pavos y no vuelvo hasta mañana por la tarde- asentí y nos dimos la mano para sellar el pacto.
-Dile a Mirko si puedes ir a su casa a dormir y os vais de fiesta o lo que sea- le propuse.
-Ya lo había pensado y creo que es lo que haré- asentí con la cabeza y me levanté de la cama con su ayuda.
-Avísame cuando te vayas y así te doy el dinero- afirmó con la cabeza -Ah y por favor, no bebáis mucho, lo único que te pido- rodó los ojos y suspiró -Por favor hermanito, que después soy yo la que te tiene que aguantar vomitando y a la mañana siguiente de resaca- sonrió y solamente asintió.
Salí de su cuarto pensando en qué ir a comprar para decorar la cena y saqué mi móvil para hacer una lista en notas.
De repente mientras escribia en el teléfono, uno de los bebés o los dos a la vez, me doy una buena patada que me hizo sentarme en el suelo. Pegué un chillido que salió mi hermano de golpe de su cuarto y Marc subió las escaleras demasiado deprisa.-¿Qué ha pasado?- preguntó Marc y negué. -¿Estás bien?- asentí suspirando y sujetándome la barriga para levantarme del suelo.
-Van fuertes estos campeones- dije -Creo que iré al médico para que nos digan el sexo de los bebés- les informé a ambos una vez me levanté del suelo. -Estoy deseando saber el sexo para ponerles nombre, porque debería haber ido hace meses y no fui por el campeonato, así que tal vez pida hora a ver si tienen para la semana que viene-
-Yo te acompaño, llevo meses queriendo saberlo y casi no puedo aguantar más- dijo mi hermano y reí.
-Yo también iré cariño- dijo Marc y le di la mano.
-Bueno tortolitos, haré la mochila y me iré ya a casa de mirko, así que Martina ves soltando la pasta- negué con la cabeza por lo directo y caradura que es mi hermano y le hice una transferéncia a una tarjeta que tiene él para no tener que ir al banco a sacar dinero.
-Ahí tienes, ya te he hecho la transferencia- me dio las gracias y se metió en su cuarto.
Bajé las escaleras y Marc detrás mio, me dirigí hacia la entrada para coger mis llaves tanto del coche como de casa y noté el aliento de marc en mi cuello, lo que provocó que todo mi cuerpo se estremeciera. Me giré y me mordí el labio, mientras él tenía sus manos rodeando mi cintura.
-¿A dónde vas, guapa?- me preguntó de manera seductora.
-Voy al centro a comprar unas decoraciones- respondí como pude intentando controlarme.
-¿Y no quieres que te lleve yo?- preguntó susurrándome al oído y jadeé en voz baja.
-N..no- respondí y me puso el pelo por detrás de la oreja, lo que provocó que lo mirase a los ojos y dios mío, esa miraba ya sabía qué era lo que quería, pero aunque me muriera de ganas de hacerlo, tenía que organizar la cena que iba a hacer que todo vuelva a la normalidad.
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Inesperado | Marc Márquez
Teen FictionUna chica, cuyo primo es mecánico de Repsol, Honda, le ofrece, un puesto de trabajo para trabajar con ellos. Mientras que el famoso Marc Márquez, disfruta de tenerla con él.