Inesperado | Marc Márquez

Capítulo 5

Mientras ambos caminaban por el centro, cada vez sus sentimientos hacia el otro eran más fuertes o al menos de parte de Martina.

—¿vas ha hacer como no hubiera ocurrido nada antes?— Soltó dentro de una conversación que estábamos teniendo.

—Marc..yo...no podemos, tienes novia y yo si estoy contigo puedo perder mi trabajo...— me puse medio a llorar, me dolía no poder estar con él.

—Yo a ella no la quiero— dijo y quedé sorprendida

—¿y porque sales con ella?—

—su padre es el dueño, de una de las empresas que me patrocinan más poderosas de todas y si hay malos royos...— ya entendía.

—tu solamente utilizas a ella para el dinero, mientras te follas a otras...— dije

—dicho así...— lo corté

—¿sabes que? Me vuelvo a mi casa— me di la vuelta y empecé a caminar deprisa, no quería ser un jueguecito más de los suyos.

Cuando llegué, no podía quitarme de la cabeza a Marc, esa preciosa esencia que deja en mi, cada vez que nos separamos. Su mirada atenta mientras le hablas, pero pensé que era diferente.

Martina, empapada en pros y contras sobre Marc, mientras él, solamente sabía y pensaba que ella finalmente acabaría siendo suya. Como bien ella dijo ya, solo utilizaba a otras mujeres para follar y es exactamente lo que en realidad quería con Martina.
Él recordaba la primera vez que la vio, pensó que era amor lo que sentía por ella, pero hace muchos años que Marc no se enamora y ella no iba a ser la excepción, pensó por dentro.

—¿porque mierda tiene que ser él así? Joder— dije cabreada mientras mi amiga trataba de entender la situación.

—¿puedes explicarme que coño te pasa? Por favor?— dijo haciendo que me sentase en el sofá.

—Me pasa, Marc, eso es lo que me pasa— seguí gritando y fui hasta la cocina a coger una botella de sangría.

—Deja la botella, no vas a ahogar tus problemas en ella— me la quitó de la mano y la puso detrás suya.

—es que me confunde, hace realmente poco tiempo que nos conocemos y me enamoré de él...— lágrimas cayeron de ambos ojos —y él mismo hoy me confesó que solamente me quería para un polvo de una noche y ya— mi amiga me abrazó, me sentía hecha polvo.

—menudo gilipollas, no debí decirte que fueras a trabajar allí con él—

—no pasa nada, si total estoy con mi primo, a parte algo que no te conté es que Sandra, la novia de Marc, me amenazó con echarme del trabajo y no ver ni un puto duro— la cara de mi amiga cada vez iba a peor.

—no me jodas, Martina debes dejarlo—

—pero quiero estar cerca de Marc, estoy ¿enamorada? Hoy nos besamos y aunque fuera por otra cosa, sigo queriendo estar con él—

—déjate de royos Martina, te tiene embobada, lo mejor será que te centres solamente en tu trabajo y en ti, no en él— tenía razón, pero estoy enamorada y los sentimientos no se cambian de un día para otro.

Después de hacerme entrar en razón, de que debía de olvidar lo que sentía por Marc, cenamos y se fue a su casa.
Mañana era sábado, tocaba cronos. Todos esos días había estado partiéndome el lomo para que hicieran buenos tiempos tanto, Marc, como Dani. Así que tardé en dormirme, pero lo logré.