Inesperado | Marc Márquez

Capítulo 12

Narra Marc:

Después de ganar la carrera en Montmeló, fui corriendo hacia donde estaban todos, encontrándome con todos y también con Martina, saltando de la felicidad. Fui a abrazarla y sin saber porque me correspondió el abrazo, se sentó de puta madre tenerla pegada a mi cuerpo.

—¡Felicidades campeón! - dijo dándome un beso en la mejilla y de nuevo otro abrazo

Después fui con los demás y lo celebramos a lo grande, subí al podio y hicimos la celebración.
Al rato, bajé y me cambié en el motorhome y fui directo al box de nuevo.

—Menudo carrerón nos has dado enano— dijo Estaban dándome una palmada en la espalda.

—¿Y los demás? - pregunté

—Martina se ha ido ya— reí, que capullo es.

—Pero si no tiene llaves de mi casa— dije en voz alta confundido

—¿Vivís juntos? - preguntó asombrado

—Una larga historia, pero si, vive conmigo en Cervera, así que tiene para rato de camino, al igual que yo— cogí todo y me fui a buscar mi bmw para subirme en él y ir a casa.

Mientras iba en el coche, me llamó y le atendí con él manos libres.

—Marc— dijo ella

-¿si?-

—No sabía que lo habías dejado con Sandra, esta mañana os vi tan bien— me reí

—Si, sólo estaba con ella por negocios, ¿recuerdas? -

—Cambiando de tema, porque me pone verde la tía esa— me reí —¿tienes como en las pelis, llave de recambio abajo de la alfombra o algo así? Es que me estoy cagando de frio

—No— volví a reír, es tan, transparente.

—Marc no me jodas, al menos dime que estás cerca—

—Diez minutos— escuché como reía en voz baja y colgué con una sonrisa de oreja a oreja.

Esta noche va a ser mia, por fin.
Al llegar aparqué y me la encontré apoyada en su moto, el pelo le empujaba su pelo moreno hacia atrás y dejaba ver su precioso rostro.

—Hombre, mira quien ha llegado, el de los 10 minutos y han pasado 20– me dijo metiendo su móvil en el bolsillo del pantalón y cruzando sus brazos.

—Bueeee, ya estoy aquí ¿no? - rodó sus ojos y fuimos hasta la entrada, para abrir la puerta.

—¿Vas a abrirla? - preguntó Martina impaciente por entrar

—¿Te espera alguien o algo? - me preguntó riendo y ahí se me encendió mi bombilla.

- si, he quedado en ir a cenar con un chico- a Marc le cambió la cara de golpe y la puerta la abrió de mala leche, dejándome afuera, sin poder entrar dentro. Me estaba cagando de frío.

--¡MARC MÁRQUEZ! Abréme o te juro que te arrepentirás- dije gritando.

--Abrígate que hace frío- me gritó él muy subnormal desde el otro lado de la puerta.

--te odio- dije, arranqué mi moto y subí en ella, Marc enseguida abrió la puerta y salió a ver que hacía. Cuando me suelo enfadar siempre me voy a mi lugar favorito con mi moto, la última vez que iba a ir ahí, tuve un accidente en moto y mi hermana murió, por eso no tengo mucha relación con mis padres.

-¿Dónde vas? - preguntó Marc poniéndose delante de mi moto. Empecé a acelerar con la moto ya hacer mucho ruido, hasta provocar humo en el tubo de escape. Y ahí fue cuando aceleré, solté los frenos y me fui a ese lugar-

narra Marc:

Subí rápidamente de nuevo a mi coche y la seguí hasta donde llegamos, era un bosque precioso, tuve que dejar el coche un poco más atrás y ir andando hasta donde estaba ella, ya que mi coche no pasaba entre los árboles.

—mi lugar favorito— me dijo dándome la espalda.

Me acerqué a ella, pero empezó a caminar más adelante, hasta un puente pequeño que había para tirarse al río. Comenzó a quitarse la ropa y quedó en ropa interior, de un momento a otro, mi mirada, se perdió en sus hermosas curvas, en sus preciosas pequeñas estrías y en la bonita y perfecta forma que tiene su cuerpo.
Se giró mirándome y me fui hasta donde estaba ella.

—metete— dijo desde el agua ya

—no tengo bañador— dije

—yo tampoco— sonreí y me quede en calzoncillos, para tirarme al agua. Estaba helada y Martina se reía de mi.

—¿porque me has mentido antes?— dije algo molesto

—solo fue una broma y te lo tomaste muy mal, sigo sin saber porqué— ni yo sabía porque me había puesto así, ¿celoso? Ni idea.

—como sea— metí la cabeza bajo el agua

—¿alguien está celoso?— preguntó chinchándome

—más quisieras— respondí

—he estado pensando en lo de el beso...— dijo de la nada y me quedé de piedra

—¿si?— dije asustado

—que no se que hacía realmente en ese momento, y bueno, quería coger tu coche, acercaste mucho tus labios a los míos y fue un impulso, si, un impulso..— dijo nerviosa

—¿así de cerca?— le pregunté poniéndome exactamente igual de cerca y nos besamos de nuevo, era un beso lento y apasionado, besarla era como estar tocando el cielo, algo maravilloso.