Os pongo en situación. Estamos a 16 de noviembre y nos encontramos con el equipo en Valencia, como sabéis tanto Marc como yo somos de Cataluña, por lo que nos queda cerca de casa. No sé nada de mi hermano e intenté llamarlo pero me tenía bloqueada. Sinceramente no encuentro que mi conversación con Marc hubiera sido nada del otro mundo y aunque discutimos, no fue tanto como para que esté montando todo este numerito, en fin. Era sábado de cronos y habían estado Dani y Marc entrenando toda la semana para hoy hacer muy buenos tiempos y salir mañana en una de las dos primeras líneas de salida de la parrilla, así que el equipo estaba en bastante tensión.
Vinieron a verme dos amigas mías de aquí, ambas son mayores que yo, pero siempre nos hemos tratado como si fuéramos todas de la misma edad. Son fanáticas de las motos y solemos apostar por quién ganará cada carrera. Al estar a distancia, nos llamamos todos los fines que hay motos y hacemos videollamada mientras las vemos, pero eso dejó de pasar cuando empecé a trabajar con ellos y empecé a salir con Marc. Efectivamente, lo que estabais pensando, dejé a un lado a mis amigas para estar con mi novio y no es que lo hiciera a propósito, al contrario, con el embarazo, cambio de casa, trabajo nuevo y salir con Marc, no había hablado con casi nadie de mis amigas ni amigos, ni siquiera con Laura.-Martina ponte las pilas que tienes que terminar eso antes de que vuelva a salir Marc- me dijo mi primo, poniéndome más nerviosa de lo que ya estaba. Sabe perfectamente lo exigente que soy en todo lo que hago y sin embargo lo único que hace es ponerme más presión encima.
-Cállate un rato ¿quieres?- le dije y todos rieron. No les hice caso ya que se la pasan riendo de mi cuando me enfado y no paran de decir que es por las hormonas con el embarazo. Lo peor es, que Marc está de acuerdo.
-Soy capaz de lo incapaz por ti mi cielo...- comenzó a cantar mi primo y me levanté de la silla con el ordenador en la mano y salí del box, para meterme en el motorhome y así estar tranquila de una vez por todas.
-¿Estás muy ocupada?- dijo alguien entrando al motorhome y no supe quién era hasta que me di la vuelta, porque yo estaba de espaldas.
-¿Qué haces aquí?- le pregunté a Alex.
-Me han dicho que estás de muy buen humor últimamente- se aguantó la risa y rodé los ojos.
-Si vas a vacilarme tu también, ya te puedes ir- contesté señalando la puerta y se sentó delante mío.
-Y yo lo acabo de comprobar- dijo y lo miré levantando una ceja. -Vale, lo siento. Solo quería ver cómo estabas...-
-¿Ha pasado algo de lo que no me he enterado todavía?- negó, pero su cara decía totalmente lo contrario y claramente supe que me mentía. -Desembucha- dije
-¿Te apetece ir a tomar una cocacola?- propuso, pero es que, siento repetir, que Alex disimula peor que un niño pequeño cuando ha hecho una trastada enorme y piensa que es capaz de engañarte.
-Vale, pero tengo que volver a dejar el ordenador porque tienen que imprimir lo que estoy haciendo- comencé a levantarme.
-¿Dónde tienes que volver?- preguntó nervioso y me puse delante de la puerta del motorhome para salir hacia el box.
-¿Pues dónde va a ser?- contesté sin entender nada.
-Oh no, no hace falta que dejes el ordenador allí, déjalo aquí y vamos a por las coca colas ya- insistió mucho.
-Marquez... estás muy raro- abrí la puerta negando y salí en dirección al box, pero Alex se puso delante de mi caminando marcha atrás.
-Dame, ya lo llevo yo- se ofreció mi primo cuando me vio justo en la puerta para entrar y miró a Alex muy raro... aquí estaba pasando algo que no me gusta nada...
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Inesperado | Marc Márquez
Novela JuvenilUna chica, cuyo primo es mecánico de Repsol, Honda, le ofrece, un puesto de trabajo para trabajar con ellos. Mientras que el famoso Marc Márquez, disfruta de tenerla con él.