Capítulo 33

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Os pongo en situación. Estamos a 16 de noviembre y nos encontramos con el equipo en Valencia, como sabéis tanto Marc como yo somos de Cataluña, por lo que nos queda cerca de casa. No sé nada de mi hermano e intenté llamarlo pero me tenía bloqueada. Sinceramente no encuentro que mi conversación con Marc hubiera sido nada del otro mundo y aunque discutimos, no fue tanto como para que esté montando todo este numerito, en fin. Era sábado de cronos y habían estado Dani y Marc entrenando toda la semana para hoy hacer muy buenos tiempos y salir mañana en una de las dos primeras líneas de salida de la parrilla, así que el equipo estaba en bastante tensión.
Vinieron a verme dos amigas mías de aquí, ambas son mayores que yo, pero siempre nos hemos tratado como si fuéramos todas de la misma edad. Son fanáticas de las motos y solemos apostar por quién ganará cada carrera. Al estar a distancia, nos llamamos todos los fines que hay motos y hacemos videollamada mientras las vemos, pero eso dejó de pasar cuando empecé a trabajar con ellos y empecé a salir con Marc. Efectivamente, lo que estabais pensando, dejé a un lado a mis amigas para estar con mi novio y no es que lo hiciera a propósito, al contrario, con el embarazo, cambio de casa, trabajo nuevo y salir con Marc, no había hablado con casi nadie de mis amigas ni amigos, ni siquiera con Laura.

-Martina ponte las pilas que tienes que terminar eso antes de que vuelva a salir Marc- me dijo mi primo, poniéndome más nerviosa de lo que ya estaba. Sabe perfectamente lo exigente que soy en todo lo que hago y sin embargo lo único que hace es ponerme más presión encima.

-Cállate un rato ¿quieres?- le dije y todos rieron. No les hice caso ya que se la pasan riendo de mi cuando me enfado y no paran de decir que es por las hormonas con el embarazo. Lo peor es, que Marc está de acuerdo.

-Soy capaz de lo incapaz por ti mi cielo...- comenzó a cantar mi primo y me levanté de la silla con el ordenador en la mano y salí del box, para meterme en el motorhome y así estar tranquila de una vez por todas.

-¿Estás muy ocupada?- dijo alguien entrando al motorhome y no supe quién era hasta que me di la vuelta, porque yo estaba de espaldas.

-¿Qué haces aquí?- le pregunté a Alex.

-Me han dicho que estás de muy buen humor últimamente- se aguantó la risa y rodé los ojos.

-Si vas a vacilarme tu también, ya te puedes ir- contesté señalando la puerta y se sentó delante mío.

-Y yo lo acabo de comprobar- dijo y lo miré levantando una ceja. -Vale, lo siento. Solo quería ver cómo estabas...-

-¿Ha pasado algo de lo que no me he enterado todavía?- negó, pero su cara decía totalmente lo contrario y claramente supe que me mentía. -Desembucha- dije

-¿Te apetece ir a tomar una cocacola?- propuso, pero es que, siento repetir, que Alex disimula peor que un niño pequeño cuando ha hecho una trastada enorme y piensa que es capaz de engañarte.

-Vale, pero tengo que volver a dejar el ordenador porque tienen que imprimir lo que estoy haciendo- comencé a levantarme.

-¿Dónde tienes que volver?- preguntó nervioso y me puse delante de la puerta del motorhome para salir hacia el box.

-¿Pues dónde va a ser?- contesté sin entender nada.

-Oh no, no hace falta que dejes el ordenador allí, déjalo aquí y vamos a por las coca colas ya- insistió mucho.

-Marquez... estás muy raro- abrí la puerta negando y salí en dirección al box, pero Alex se puso delante de mi caminando marcha atrás.

-Dame, ya lo llevo yo- se ofreció mi primo cuando me vio justo en la puerta para entrar y miró a Alex muy raro... aquí estaba pasando algo que no me gusta nada...

Inesperado | Marc Márquez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora