Capítulo 22

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Narra Martina:

Somos martes, ya llegamos por fin a Cervera de nuevo, recogimos ya a mi hermano en casa de mis padres y recogí las cosas que tenía en casa de Àlex, para llevármelas a casa de Marc otra vez.



—muy bien hermanito—

—que me llames por mi nombre que te he dicho— me reí, el mismo carácter de mierda que el mío

—muy buen Marcos, vas a dormir en esta habitación—

—¿puedo traer a tías?— Marc empezó a reír y dijo...

—máximo las que quieras, mínimo una— que tonto es

—de puta madre entonces— se puso a acomodar las cosas en su nuevo cuarto y yo me fui a instalar con Marc al suyo.

—bebé, este es tu armario y esta tu cajonera, tú Zapatero aún no llegó, pero si quieres podemos usar los dos el mismo— más mono joder, pensé.

—a mi me da igual amor, tampoco tengo tanta ropa para tanto armario ni cajonera— era cierto.

—eso es porque voy a llevarte de compras— me abrazó y reí

—no hace falta, yo ya cobré y créeme que es mucho más de lo que me pensaba— Marc rió

—mejor nena— ¿nena? Me encanta

—¿y la cama como de cómoda es?— dije acercándome a Marc y de repente a él le cambió la cara, menudo personaje está hecho.

—¿quieres probarla?— me reí y empezó a besarme.



Poco a poco me iba quitando la ropa mientras me besaba y después hice yo lo mismo con él.
Caímos sobre su cama, él encima mío y ambos nos dimos el amor que nos tenemos.
Al terminar, nos vestimos de nuevo y fuimos a ver qué tal está mi hermano con su nueva habitación.

—Marcoosss abre la puerta— me hizo caso y la abrió

—¿qué queréis?— preguntó y pasamos dentro

—nos vamos a comprar cosas— dijo Marc —vamos que te vienes con nosotros— añadió

—Marc que te dije....—

—vamos no pasa nada, me hace ilusión— rodé los ojos

—¿es enserio?— preguntó mi hermano

—claro, vamos— respondió Marc

—me pido conducir— dije gritando por toda la casa mientras corría hacia el recibidor donde Marc deja siempre las llaves de su bmw deportivo color negro precioso.

—amor ese no— me giré enfadada

—porque no?— parecía una niña pequeña

—no entramos— dijo

—joder pues vaya mierda— mi hermano y él rieron

—pues vamos en el otro, en gti— dije

—coge tu coche y vamos en él— dijo mi hermano rodé los ojos y después me di cuenta de que yo no tengo coche

—yo no tengo coche— dije confundida

—ahora si— Marc me tapó los ojos, me dio las llaves de un coche y me saco afuera a la calle.

—dios mio de mi vida, Marc, no hacía falta, de hecho vas a usarlo tú, te habrá costado un ojo de la cara y me siento mal— dije muy muy rápido

—hermana no me jodas, que tienes coche cógelo y quédatelo— me reí

—gracias mi amor, pero no hacía falta— lo abracé y le besé toda la cara mientras él se reía y trataba de safarse de mi agarre.




Subimos en el coche, lo arranqué y fuimos hasta el centro comercial.
Mientras íbamos camino al centro comercial, sonó de repente una de mis canciones favoritas y empecé a cantarla a todo pulmón.

Ella iba caminando sola por la calle,
Pensando: Dios que complicado es esto de amor.
Se preguntó a sí misma cuál habrá sido el detalle
Que seguro cupido malinterpretó

El daba como cada noche vueltas en la cama...

—SONÓ DE PRONTO UNA CANCIÓN ROMÁNTICA EN LA RADIOOOOO, QUIZÁ FUE MICHAEL BOLTON QUIEN METIÓ EL DEDO EN LA LLAGA.
Y COME LE FALTA SUEÑO FUI A BUSCAARLOOO
LOS DOS ESTABAN CAMINANDO EN EL MISMO SENTIDO, Y NO HABLO DE LA DIRECCIÓN ERRANTE DE SUS PASOS,
ÉL LA MIRÓ, ELLA CONTESTÓ CON UN SUSPIROO
Y EL UNIVERSO CONSPIRÓ PARA ABRAZARLOS— yo cantaba a todo pulmón

—DOS EXTRAÑOS BAILANDO BAJO LA LUNAAAA,SE CONVIERTEN EN AMANTES AL COMPAAAASSS DE ESA EXTRAÑA MELODÍA, QUE ALGUNOS LLAMAN DESTINO, OTROS PREFIEREN LLAMAR CASUALIDAAAAD— esta vez se unió mi hermano a cantar conmigo

—se nota que sois hermanos, uno menos normal que el otro— me reí y le pegué flojito en el brazo




Llegamos por fin al centro comercial y mi hermano loco yendo hacia todas las tiendas, le dejó casi seca la tarjeta a Marc... en cambio yo no me compré nada.


—vamos amor, cómprate lo que quieras, no pasa nada enserio— me dijo mientras me daba la mano

—es que me sabe mal, no hace falta que me lo pagues tú, puedo pagarlo yo también—

—va no seas aguafiestas— rodé los ojos y asentí



Fui a una tienda de ropa interior, mientras que Marc seguía comprándole cosas a marcos, como si fuera su hijo.
Compré un par de cosas y esperé a que viniese Marc, para que lo pagase.
Me miró de manera pícara al ver que llevaba ropa interior nueva y me reí, parece todavía un adolescente.
Compre un par de cosas más para rellenar un poco el espacio vacío de mis muebles y nos fuimos a casa de nuevo.

Inesperado | Marc Márquez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora