Capítulo 8

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Me desperté en las piernas de Marc, mientras él me acariciaba las mejillas con su dedo índice y jugaba suavemente con mi pelo ondulado y marrón.


—buenos días bella durmiente— sonreí súper dormida

—¿cómo estás después de lo de antes?— dije preocupada.

—bien, ya te dije que realmente no me importaba...ahora hay una persona que si me importa realmente— me sonrió y levantó sus cejas, seguido de una mueca bastante graciosa.

—no por nada, pero ella no aportaba nada bueno— fui totalmente sincera

—lo sé, ni siquiera sé en qué momento pensé que salir con ella sería algo bueno—



Quedamos hablando un rato más, hasta que a ambos nos entró hambre y nos levantamos del sofá para ir a la cocina.

—pero cocino yo— dije corriendo hacia la cocina

—déjame a mi, eres la invitada— me dijo él corriendo detrás mío hasta que me atrapo y me agarró de la cintura por la espalda.

—Marc suéltame— dije riendo

—déjame cocinar a mi— me hacía cosquillas

—no....M...Marc....jaja....para— no podía parar de reír

—¿que hay que decir para que pare?— que capullo, pensé.

—vale, cocinas tu— me soltó suavemente y me tiré en el suelo para poder recuperar aire.

—siéntate aquí y así me cuentas algo más sobre ti— dijo

—¿qué quieres saber? Soy muy aburrida— me apoye con los codos encima de la mesada y mi cabeza la coloqué sobre mis puños.

—¿por que quisiste trabajar con nosotros?—

—necesitaba el dinero y de todas formas me acabaron echando de la casa, mi primo me había dicho anteriormente que probase ya que era muy buena y seguro con ese sueldo pagaba todas mis deudas—

—¿y no cobraste aún?— negué con la cabeza —si quieres podría dejarte algo de dinero—

—no, por favor, no, te lo agradezco, pero ya me las puedo apañar yo solita, como siempre hice— Marc se puso ha hacer la cena.




Cenamos en bastante silencio, hasta que decidí romper el hielo.


—cocinas demasiado bien, aunque sean macarrones, créeme que son los mejores que he probado nunca— era la verdad

—por eso tenía que cocinar yo y no tu— reí

—que gilipollas...— se le escapó la risa y me escupió todo el agua encima mío y me dejó empapada.

—lo sien...— ya le había tirado el vaso entero de agua encima suyo y empecé a correr por la casa mientras me reía y él me perseguía con más agua.



Me fui a meter en su cuarto pero la puerta estaba cerrada con llave y logró alcanzarme. Estaba acorralada contra la puerta, mientras él reía me entraron unas ganas terribles de ¿besarle?, prometí no sentir nada por él, pero me costaba contenerme.


—Vete a cambiar anda— dijo riendo Marc y mirándome de arriba a bajo.

—que aburrido eres— contuve mi risa y se fue alejando de la habitación mientras negaba con la cabeza y sonreía.



Me fui a mi habitación y me cambié, me puse unos pantalones de chándal negros de Nike y de una camiseta del Barça, básicamente uso eso para dormir a veces. Me hice un moño en el pelo y fui a la cocina para recoger el desastre que habíamos hecho los dos, ya que Marc ni siquiera sé donde está.
Mientras recogía todo y limpiaba, escuché unos gritos afuera y decidí salir, para ver que pasaba.


—Marc, ¿qué pas..?— dejé hablar cuando vi a mi primo ¿discutiendo con Marc?...

—Martina entra dentro— me dice Marc posando sus manos en mis brazos y mirándome fijamente a los ojos.

—quiero saber que pasa— me cruzo de brazos y los miro desafiante aunque Marc haya sido amable conmigo.

—Vete— me dice de nuevo

—no me voy a ir hasta saber que pasa— dije subiendo mi tono de voz

—Martina, de verdad no es nada, entra dentro, ahora voy yo— dice preocupado, pero necesito saber que es lo que pasa y porque mi primo está tan cabreado.

—Marc, quiero saber QUE COÑO pasa— estaba preocupada

—¿quieres saber que pasa primita?— me habló mal mi primo

—a mi no me hables así eh, sabes que si quieres guerra, conmigo estás muy equivocado— me acerqué a él y le advertí de mala leche.

—pasa que tu queridito amiguito o folla amigo— le di una ostia en la cara, dejándosela roja y girándole para el lado la cara.

—ni se te ocurra insinuarme de esa manera gilipollas— mi primo empezó a reírse

—pasa que tu querido AMIGO MARC MÁRQUEZ, ha hecho que la empresa que mayor dinero nos ofrecía, se ha ido y nos ha dejado...— seguía sin entender nada

—¿y que ha hecho Marc para que pase eso?—

—dejar a Sandra— oh Dios mío pensé...no podía ser

—no te preocupes, sé cómo arreglarlo, mañana ya estará todo solucionado, vete a dormir primo— nos despedimos y cogí brutamente del brazo a Marc y lo entré dentro de la casa.

Dentro de la casa

—sabias las consecuencias, ¿por que lo hiciste?— dije estesada, yo no sabía que algo así podía llegar a pasar.

—No estaba feliz— me dice tan pancho

—Marc, dependemos de lo que hagas, tienes que volver con ella— por mucho que me doliera, así debía ser.

—¿qué?! Ni de coña— dice riendo

—debes hacerlo...aunque sea una gili...y lo que sigue, tienes que hacerlo por el equipo— se ríe

—alguien está ¿celosa?— era para matarlo, aunque un poco si, no quiero que vuelva con esa, espera ¿qué?

—más te gustaría Márquez— sonrio

—muy bien voy a volver con ella— me sentí hecha mierda en ese momento.

—estaré en mi cuarto, ven cuando termines— asiente y me voy a mi cuarto.




Mientras Marc hablaba con Sandra, me sentí fatal, él me daba un techo y comida y lo que hacía yo era convencerle para que volviese con la tóxica de su ex y volviese a estar infeliz.
Soy una mierda.

Inesperado | Marc Márquez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora