Inesperado | Marc Márquez

Capítulo 7

Q2, el momento definitivo. Estábamos todos nerviosos, esto dependía de lo que mañana pudiera pasar. Subieron ambos a las motos, Gonzálo y Ramón les encendieron las motos, fueron a pista los dos y se pusieron a rodar.

Rossi: 1:33:12 (vuelta rápida)

Márquez: 1:33:10 (vuelta rápida)

Gritamos de alegría todos, en el último momento Marc logró hacer el mejor tiempo.

Dani: 1:34:00

Bien joder, mañana iba a ser un gran día para todo el equipo.

Al terminar de trabajar hoy, me llamó el dueño de la casa, que ya habían precintado la puerta del apartamento, la policía había sacado la ropa de dentro y todas mis otras cosas.
Me sentí apagada de repente.
Todos se fueron y quedaba Àlex Márquez y Marc.

—¿no te vas?— me preguntó Marc

—no...yo....— no sabía que responderle.

—ves a tu casa, recoge tus cosas y vente a la mía— ¿cómo lo sabía?

—tu..¿como?...— no entendía nada

—me acordé lo que me dijiste el otro día, y escuché la conversación con el dueño— suspiré

—Marc no hace falta, puedo quedarme aquí como los demás...— me agarró de la mano

—vas a venir conmigo, no dejaré que te quedes durmiendo en la calle— sonreí y me mordí el labio —pero eso si, vuelves ha hacer eso y créeme que no me pienso dos veces en comerte la boca— reí

—gracias Marc— lo abracé y me sentí complementada sin accesorios, él era todo lo que a mi me hacía falta.

Subí en mi moto y Marc me siguió con el coche, Àlex nos ayudó a bajar las maletas y meterlas en el maletero del coche, para después dejarlo a él en su casa y irnos Marc y yo a la suya.

—no hagáis nada que yo no haría— dijo Àlex al bajarse del coche y reímos todos. Creo que Àlex tendría que conocer a mi mejor amiga...Me emociono con tan solo imaginármelo.

Mientras Marc iba en el coche, yo iba detrás con mi moto, pensando en él y en porque tenía cambios de humor tan repentinos conmigo.
Le agradezco que me haya dejado quedarme en su casa, ya que de los que conocía, nadie tenía más espacio para que me quedase yo.

—es aquí— dijo bajándose del coche, antes de que yo me sacase el casco.

—Marc, enserio gracias— sonrió y asintió, cogimos entre los dos todas las maletas y abrió la puerta de su casa.

Era Preciosa, ni grande, ni pequeña, tenía un perro marrón, muy mono y una piscina.
Por dentro todavía era más bonita, estaba demasiado bien decorada, me apuesto lo que sea a que se lo escogió todo Sandra. Me había olvidado de ella, hasta que vi una foto de ellos dos juntos. Si tanto decía que no la quería, ¿porque tenía una foto de ellos dos juntos, en su casa?.
Me llevó, hasta donde iba a ser "mi habitación", por el momento, hasta que pudiera alquilar otra casa.

—dios, es perfecta— la ventana daba a las vistas de toda la montaña.

—no ha dormido nunca nadie aquí, tampoco Sandra— ¿era la primera?.

—está Preciosa decorada y el armario es realmente grande, pero el tamaño perfecto— reí al escucharme.

—avísame cuando hayas organizado todo a tu gusto— asentí y cerró la puerta.

Mientras organizaba todo, me sentía en deuda con él, nos conocemos de prácticamente menos de una semana y ha sido capaz de ofrecerme su casa, para que no duerma en la calle. Sinceramente, cambió en parte, mi concepto sobre él, como persona.

—ya terminé— dije yendo hacia el comedor donde pensé que estaría él.

—¿qué haces aquí?— dijo Sandra

—yo...eh...— Marc vino por detrás mío y me puso una mano en la espalda para que me tranquilizase, no quería causar problemas.

—le dije yo— habló Marc y Sandra me miró con cara desafiante.

—¿y porque le dijiste que viniera, si se puede saber?— se cruzó de brazos

—Sandra, te quiero fuera de mi casa— se me abrieron los ojos como platos

—y que sepas que lo nuestro se terminó— añadió Marc

Sandra cogió su bolso y se fue dando un portazo, Marc solamente me sonrió y se sentó a mirar la televisión. Me senté al lado suyo y quedé completamente dormida.