❋
Something always
brings me back to you
It never takes too longNo matter what I say or do
I'll still feel you here
'till the moment I'm gone...❋
Todo el día anterior, se había sentido como un león aprisionado; intentó concentrarse en cualquier otro tema, en ejercitarse o terminar pendientes de trabajo y nada surtía efecto. Steve no podía pensar en nada más, que en la falta de Natasha.
Estaba más que habituado a su presencia, a abrazarse a ella en su sofá, solo viendo alguna película que les hacía caer dormidos solo un rato luego del inicio. La realización de que cada vez quería más de la pelirroja era algo que lo aterró al principio, pero ya no era un niño; incluso si parecía absurdo, a sus treinta y ocho estaba tan enamorado, que ya no habían otras mujeres, solo ella... No quería pasar el resto de su vida de otra manera.
Y aunque se sentía claro en eso, de vez en cuando sentía incertidumbre respecto a los sentimientos de Natasha; Verla en ese momento con el que un día fue su mejor amigo, en la fotografía del matrimonio perfecto, de alguna forma se sentía como un puñal enterrado en el pecho.
No obstante, había pasado tanto tiempo observándola, que sabía exactamente cuando una sonrisa era genuina... Sus ojos eran tan sinceros, que con una sola mirada supo que la pelirroja no deseaba estar en medio de esa mentira.
Palpó en su bolsillo la pequeña caja que contenía el detalle que consiguió para Nat, esperando encontrar el momento para entregarlo a su dueña.
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.Al centro del restaurante había un pastel lleno de bengalas, regalos, un montón de amigos, familia política y compañeros de trabajo... Una persona normal estaría sorprendida, agradecida y rebosante de felicidad; Lo opuesto a Natasha, quien sentía el espacio cada vez más pequeño y el oxígeno más escaso.
Apenas los presentes comenzaron a cantar el feliz cumpleaños, presa del nerviosismo, la pelirroja buscó con la mirada la salida más próxima, reparando en Steve, que sobre salía entre los invitados y le dedicó una media sonrisa.
—Feliz cumpleaños, Cielo— James se abrazó a su costado y besó su mejilla, como si no estuvieran en medio de un divorcio.
Esos cortos segundos tenían sabor a pasado, cuando él aún era lo único seguro que tenía... las cosas nunca volverían a lo que un día fueron y todo lo que los había llevado precisamente a ese momento, no podía borrarse, ni ponerse detrás de ellos. Natasha plantó su palma en el pecho masculino y apartándolo con disimulo, trazando nuevamente la línea que su ex pareja no lograba discernir entre ellos.
Barnes le miró interrogante.
—No tenías que hacer esto— Ella murmuró en medio de una sonrisa incómoda, intentando mantener la apariencia de estar feliz con la sorpresa más que inoportuna.
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F O R B I D D E N
Romance«No desearás a la mujer de tu prójimo» (Éx. 20,17) ROMANOGERS / WINTERWIDOW AU Contenido +18 muy explícito.