DIECISEIS

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It's the way that you know what I thought I knew
It's the beat that my heart skips when I'm with you
But I still don't understand

Just how your love can do what no one else can...

Estaba teniendo un buen sueño, hasta que escuchó que en la lejanía mencionaban su nombre repetidamente... la voz cada vez era más insistente, hasta que de pronto sus ojos se abrieron de par en par y se percató de que estaba en el hospital. El que la llamaba era James, que recién salía de la anestesia.

Se levantó y dejó la manta a un costado para tallar sus ojos y desperezarse antes de acercarse a la cama donde su esposo se removía y se apresuró a detenerlo. No creía conveniente que se moviera, después de una cirugía en la que le habían colocado clavos y un montón de cosas que no quería ni pensar, para mantener viable su brazo izquierdo.

—James, tranquilo... aquí estoy.

—Nat... mi brazo, no puedo moverlo. ¿Qué sucede?

—Necesito que mantengas la calma— Natasha sostuvo la mano derecha del castaño entre las suyas— Tuviste un accidente la tarde de ayer... no tengo los detalles, pero ahora estás bien, saliste de cirugía y debes mantener tu brazo inmóvil. Más tarde el doctor vendrá a revisar el post operatorio y podremos preguntar sobre la recuperación, ¿Bien?

—Solo recuerdo llegar a la florería de camino a casa, quería verte... quería decirte que no puedo dejarte ir así... estaba solo a unas calles del apartamento y de repente desperté aquí.

—James...

Un millón de pensamientos cruzaron por su cabeza en solo segundos. Si él estaba postrado en esa cama era por ella, si hubiese contestado su llamada hubiera evitado que la buscara, si hubiera sido clara desde el inicio de semana, definitivamente ese accidente jamás habría ocurrido.

—No lo digas, no ahora.

—Sólo iba a decir que necesitas descansar— La pelirroja peinó el cabello del hombre y después le ayudo a reacomodar su almohada.

—Estás aquí, Nat... todo esto vale la pena si estás aquí.

—Duerme un rato, en un par de horas las enfermeras y doctores van a pasear por aquí y no te dejarán descansar.

—¿Te irás?

—No, solo estaré en el sofá. Cuando despiertes estaré en este mismo lugar.

James asintió aún algo sedado y volvió a cerrar los ojos, sin soltarse del agarre de la mano de Natasha, que se levantó hasta que percibió que su respiración era acompasada y estaba durmiendo.

Steve ya estaba despierto, seguramente había escuchado toda la interacción. La pelirroja se sentó a su costado y recargó la cabeza en el hombro masculino, mientras él besaba su cabellera y pasaba distraídamente su mano por la espalda de Natasha.

F O R B I D D E NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora