•I• Gratissimum

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—Fíjate en la posición de tus manos, y nunca bajes el mentón. Tu boca es tu guía.

Rodó los ojos por enésima vez sin protestar, los gestos expresados con sutileza cuando la distracción del mayor le otorga la oportunidad. Lamentablemente Kim Jeongsan no contó con aquella perspicacia, porque los ojos fijos en él le despabilaron en un brinco.

—San...

—Ya entendí, te agradecería dejarme disparar la flecha, las manos me duelen y el calor me está matando— espetó cortando rápidamente la voz amarga con un ápice de advertencia, casi costumbre en los últimos días.

—Eres un chillón.

Jeongsan suspiró, agotado.

—Papá Tae, estamos aquí cuatro horas. La piel me arde y tú estás más bronceado de lo que eres. A papá Koo no le gustará vernos así.

Taehyung se mofó y no dudó en tomar un arco y flechas de una banca, fastidiado porque el menor tiene completamente la razón. Están cuatro horas expuestos a los rayos del sol y sin ninguna protección, pues no creyeron demorar tanto con una simple lección de arquería, por lo que el protector solar y las gorras fueron completamente dejados de lado.

—Esta es la última vez, apunta directamente al punto rojo.

—Es la trigésima vez que lo dices.

—Te prometo que esta será la última, tu papá Koo ya debe haber regresado.

El menor bufó exhausto. Aun así le concede la petición y apunta directamente al blanco. Con un ojo cerrado, el arco alzado y la flecha estirada, dispara, frunciendo el cejo y quejar segundos después cuando el tiro cayó sobre una estatuilla.

—Prefiero el esgrima— dijo en un bufido, tomando otra flecha y dejando de lado el "esta es la última vez". ¿Y cómo no? Kim Jeongsan es muy competitivo, tal y como cierto Rey Omega.

—Volvamos

—Tiro al centro y nos vamos.

—No, nos vamos ahora.

No suele refutar, pero el príncipe Kim no iba a irse sin lograr su objetivo. Por lo que apuntó otra vez y decidido disparó la flecha. O eso quiso hacer antes que cierto beta entrara al campo y reverenciara ante ellos, cubriendo su cabeza con sus manos ante el infernal sol de primavera.

—Tio Hoseok, ¿por qué no usa una gorra?— el menor bajó el arco, la atención recayendo en el beta quién exhala fuerte tras correr medio palacio.

—Eso debería preguntarles. A Jungkook no le gustará verlos así.

Las palabras del mayor quedaron al olvido, simplemente padre e hijo regresaron a las armas y rieron cuando Hoseok frunció el cejo y soltó una queja para sacar segundos después un iPad de los bolsillos internos de su saco.

—Príncipe, el Rey JK ha pedido su opinión con respecto a su vigésimo solsticio, necesita que confirme unas cosas.

El mencionado asintió despacio sin mirarlo al retomar el arco y concentrarse en el blanco. Hoseok jadeó y miró a Taehyung, la mirada de este sobre su hijo ante su ignorancia.

—¿Quiénes vendrán? No quiero que vengan a mi solsticio personas que no conozco. Es incómodo ver caras no familiares en un ambiente donde debería sentirme cómodo.

—Si hacemos eso solo habrá alrededor de veinte personas.

—Mejor, una velada tranquila.

—Jeongsan— Taehyung lo miró con el cejo fruncido, en una advertencia ante su tono déspoto. Aunque no le negará, es su solsticio y es él quien elegirá a los invitados, y como noble la servidumbre debe acatar sus órdenes—. Invita a las familias de linajes y clanes de tu agrado, solo eso.

ETERNITY | DUO KJS&MMYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora