•X• Red Lunam

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—No me pondré eso.

—Solo póntelo.

—No voy a ponerme algo que no quiero.

—Aquí no importa si quieres o no, trabajas aquí y harás lo que digamos.

Minyi apretó la mandíbula ante la exigencia del alfa frente suyo, su mánager era un maldito hijo de puta como siempre lo describió. Un hombre de unos 40 años aproximadamente, con una apariencia arrogante, demasiado para el parecer de Minyi al no ser la primera vez que le hace estas cosas.

No le gustaba la exigencia y mucho menos de un alfa. Lamentablemente le tocó lidiar con uno, con Song Seungheo.

—Le diré a mi padre— quejó, retrocediendo unos pasos con tal de alejarse del hombre, quién de pronto entró sin su consentimiento a uno de los vestidores del lugar de su próxima sesión fotográfica.

—Dices ser un adulto y vives a cuestas de tu padre. Dime ¿Cuántas veces me amenazaste con lo mismo? Hasta perdiste la cuenta, niño— el alfa avanzó unos pasos, buscando intimidar al pequeño omega, más Minyi no retrocedió ni un solo paso, se mantuvo firme con los ojos fijos en el otro— No me impacientes y haz lo del protocolo. ¿Hoy no es tu estúpido evento de nobles? Hazlo rápido y no pierdas el tiempo.

Querer reclamar es poco, Minyi quiso molerlo a golpes segundos antes que el alfa abandonara el lugar, dejándolo a solas con un perchero repleto de las próximas prendas a usar, muy feas e incómodas para su gusto, aunque precisamente no era su gusto el impedimento para colocárcelas, sino por el hecho de lo delicada que es su piel con ciertas telas, su espalda en especial.

Seda y algodón eran los más amigables con él, las mismas no hallándose en el dichoso perchero.

Carajo

No le quedó de otra, realmente era desagradable, pero no podía hacer mucho porque de cierto modo era su trabajo, firmó un contrato en el cual debía seguir ciertas reglas... ¡Pero no estás!

No obstante, Minyi abandonó el vestidor, y ya con un nuevo cambio se dirigió al centro de la sesión, siendo interceptado por unos cuántos estilistas que se encargaron de maquillarlo y peinarlo, observando a una omega que se arrodilló frente suyo para hacer unos agujeros a su cinturón, algo sorprendida porque normalmente Minyi le hacían cinco agujeros extras, pero esta vez solo fueron dos.

—Ha subido de peso, Majestad— dijo la chica, acomodando el accesorio lo mejor posible.

—Es bueno ¿No crees? Estoy alimentándome bien.

La chica se abstuvo de responder simplemente asintió con una sonrisa apretada en sus labios y se levantó del suelo, dejando ir al joven Min hacia la plataforma fotográfica, empezando un nuevo martirio.

Las luces eran las más detestables, el flash de la cámara sobre todo, el cual lo cegaba por unos cuantos segundos y le hacía ver hilos de colores en el aire. Aunque agradece la gentileza y comprensibilidad del fotógrafo al otorgarle hacer diversas poses sin importar cuán ridículas podrían llegar a ser, al fin y al cabo siempre tomaba varias y salía bien.

Perfectamente bien.

Al terminar, los piernas no pudieron más y terminó tumbado en pleno piso con la espalda contra la misma, sintiendo el frío de las losetas calmar el ardor de la picazón de su espalda, cuya piel comenzó a enrojecerse por la tela sintética de la prenda.

Tras ello, Minyi no pudo soportarlo más, ignoró las miradas de las personas presentes y optó por quitarse la camiseta, pero unas manos lo retuvieron en seguida, siendo Amber al posicionarse frente suyo, mirando de lado a lado al encontrar unos alfas mirar a su dirección.

ETERNITY | DUO KJS&MMYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora