ETERNITY | DUO KJS&MMY

•III• Solstitium

Sugerencia: cualquier playlist de vals. Pero La Valse de L'Amour es la principal en este capítulo.

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—Jeongsan.

El alfa se dio la vuelta y sonrió apenas, convirtiéndose en risas enseguida cuando Hamin le rodeó el cuello con un brazo y lo inclinó para revolverle el cabello. El mayor lo liberó y quejó bajito ante un golpe en una de sus costillas.

—Feliz vigésimo solsticio, Príncipe Kim.

—Gracias, Hyung.

El mayor sonrió grande, peinándole unos mechones desaliñados mientras le rodea un brazo por los hombros, llevándose al elogiado hasta una mesa de tragos.

—Vamos a beber— dijo sonriente, tomando dos copas de champagne, una entregándole al otro.

—Beberás un poco, la otra vez terminaste vomitándome todo el traje.

Hamin frunció el cejo.

—Claro que no.

—Después besaste a una estatua.

—Ese fue mi papá Jin.

—Los dos besaron a una estatua y le bailaron.

—Oh vaya, la estatua tuvo suerte.

Jeongsan lo ignoró y dio un trago, la espumante bebida burbujeándole en la punta de la lengua hasta quedar un picor fantasmal, sonriendo complacido por la sensación.

—Prefiero la ginebra— dijo, observando su copa—. Ginebra con Dubonnet, rodajas de limón y mucho hielo.

—Gustos refinados. Dignos de la realeza— comentó Hamin sirviéndose otra copa— Para mi gusto el Martini es el mejor ¿Qué tal?

Jeongsan lo miró y asintió.

—Buena elección, Hyung.

Y algo raro pasó. Los ojos de los presentes yacieron en una de las entradas del salón de eventos, algunos con expresiones sorprendidas, labios separados y murmurando muy bajito. Jeongsan iba a preguntar, más se obligó a callar cuándo encontró la misma expresión en la cara de Hamin, quién casi se le resbala la copa de las manos si no fuera porque le chasqueó los dedos directo a los ojos.

— ¿Qué te pa-

Su mandíbula fue tomada, girándola con fuerza hasta quedar frente a la entrada.

Y ¡Diosa Luna!

Un omega...

Un omega con blusa transparente y lentejuelas, sus hombros y clavículas polvoreados por un brillante azúcar, la piel de su cuello adornado con un collarín de diamantes y colgar de sus orejas unos hermosos pendientes de zafiros, cabello plateado peinado hacia atrás y unos ajustados pantalones negros.

Joder, el joven Kim quedó paralizado, embelesado por tanta belleza. Y para su mala suerte o buena suerte es que ese precioso omega se trataba de nadie más que Minyi.

Oh, Dios...

—Q-quien... ¿Quién es ese, San?— pero Jeongsan no respondió, impacientando al mayor—. Dime joder, ¿Quién carajos es ese bello omega?

—Es... Es Minyi.

Hamin parpadeó atónito.

— ¡¿Minyi?! ¡¿Min Minyi?! ¡¿El adorable niño que te lo pasabas cuidando y cortejando desde niños?!

—Shh— siseó— Si...

—Diosa Luna, Jeongsan. Yo de ti ahora mismo me acerco y empiezo a cortejarlo— le sugirió en un murmuro cómplice, inclinándose poquito hacia el otro—. Mira, los alfas han comenzado a formar fila, no pierdas el tiempo.