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Unos días después cuando llegó tu descanso Jason te pidió salir con él de nuevo, solo que esta vez no te llevaría a un lugar tan apartado en donde esos hijos de puta pudieran arruinar su día de nuevo.

Fueron a un centro comercial, al cual no habías entrado antes porque no conocías del todo la ciudad aún y no habías tenido tiempo entre la escuela y el trabajo.

Entraron en el notando la cantidad de tiendas que había de todo tipo, lo primero que hicieron fue comprar ropa pues ambos había quedado en hacerlo en cuanto las combinaciones entre sus ropas se habían acabado.

Luego fueron a comer y ambos opinaron que la pizza era una buena opción ya que era más rápida, gran error pues tardaron aproximadamente una media hora en tenera.

Posteriormente vieron una película en el cine y ahora estaba en una tienda de cosas orientales.

-Me gusta salir contigo.- dijiste de repente sin dejar de mirar un llavero con forma de bola de cristal el cual hacía la misma función que una normal.

-¿Sí? ¿Por qué?.- pregunto mirando el objeto en tus manos recordando que él tenía una más grande la cual planeaba regalarte.

-Me haces recordar que estoy viva.- dejaste el llavero de lado y le miraste para luego seguir tu camino por el pasillo y seguir mirando en este.

Él se quedó en su lugar procesando lo que dijiste por un momento y luego lo eliminó de su mente para volver a seguirte.

-A veces no tengo tiempo para estas cosas, pero cuando estoy contigo el tiempo pasa lento y me gusta porque me siento cómoda contigo.- dicho esto le abrazaste rodeando su cadera con ambos brazos los cuales aún cargaban la bolsas de tus compras.

Él sin dudarlo te regreso el abrazo y sentiste como sus bolsas habían chocado con tu espalda, sin embargo eso no importó. El abrazo duro poco, pero lo justo.

-Quiero pasar mi vida entera a tu lado.- dijiste sin más cuando te separaste y este se quedo en su lugar mirándote.- Espera... No quise decir... Yo no... Agh, no me malinterpretes, no lo dije de esa forma.

Jason sonrió por tu torpeza al intentar darte a entender y te revolvió el cabello antes de jalarte de nuevo a él y abrazarte otra vez.

-Te entendí bien linda.- dijo y tú sonreiste cerrando tus ojos mientras recostabas tu cabeza sobre su pecho disfrutando del leve sonido de su respiración.

Aunque no oias su latido, sin embargo eso quedó en segundo plano cuando ambos tuvieron que separarse para no interferir con el paso a los demás en ese pasillo.

Mientras seguías mirando las cosas y le decías al pelirrojo cosas que realmente no estaba escuchando pues solo te miraba mientras pensaba en ti y en Mónica y lo que tenía con ustedes.

Había niños que eran más listos que otros, otros más caprichosos, otros eran aislados y otros simplemente eran niños, pero Mónica era diferente de otros niños.

Y tú, había conocido chicas, igualmente unas más listas que otras, más bellas tal vez, aunque para él la belleza era superficial (cuando no las cazaba para tenerles de muñecas), otras eran más extrovertidas y otras simplemente se fijaban en la apariencia física y era lo único que les importaba y atraía de él.

Sin embargo ahí estabas tú, siendo sincera, sin buscar nada a cambio, solo buscando compañía y comodidad, solo siendo tú y eso le gustaba a él, además que eras la única en años que también se interesaba por él y su vida. No recordaba cuando había sido la última vez que alguien preguntaba por él.

Luego de un rato él decidió decirlo por fin.

-Me voy a mudar del edificio.- auncio de repente tu amigo.

Un Amor De Juguete [Jason The Toymaker y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora