Un Amor De Juguete [Jason The Toymaker y tu]

38

Al día siguiente no saliste de tu habitación aunque la hora de entrar a clases ya estaba por terminar.

-Debemos ir a clases _____, ¿estás bien o no estás dispuesta ahora?.- le escuchaste preguntar del otro lado de la puerta.

Sentías vergüenza, habías actuado muy estúpidamente ayer y no sabías el porqué.

Pero era cierto que no estabas bien, no era la gran cosa solo un dolor de cabeza por no haber podido dormir esa noche.

-Voy a pasar.- anuncio y abrió dándose paso.

Lograste taparte con tu manta antes de verle a la cara.

-¿Qué te pasa ____? No me gusta verte así.- su voz salía queda como buscando tranquilizarte.

-Solo me duele la cabeza, en verdad no quiero ir hoy.- dijiste sin más y quitandote la sábana de encima.

-Entonces no vayas a clase, solo por hoy.- dijo y acarició tu pelo.

-¿Y tú?.- preguntaste mirándolo.

-Tampoco iré, me quedaré contigo.- sonrio y tú también lo hiciste.

-Van pensar mal de nosotros.- dijiste.

-Dejalos que hablen, igual no vivimos de ellos.- se encogió de hombros.- Iré a buscar algo para desayunar, así que prepárate para salir de la cama.

-Es muy temprano aún.- te quejaste cerrando los ojos de nuevo.

-Te quería presentar a alguien ahora que tenemos tiempo.- al decir eso los abriste de nuevo y le miraste.- Solo si quieres, claro.

-¿A quién?.- preguntaste frunciendo el ceño.

-Mónica.- sonrió.

Y él pudo ver como te brillaron los ojos, te levantaste en seguida.

-¡¿En serio? ¿Puedo ver a la niña?!.- preguntaste emocionada por aquello.

Este asintió.

-Pero primero comeremos y luego te daré tu espacio para que puedas arreglarte bien.- dijo recordando que no podía sacarla de la nada.- Tengo que ir por ella todavía a su casa en mi auto.

-¡Esta bien, vamos, vamos!.- tu entusiasmo le hizo reír cortamente.

Luego de unos minutos ambos estaban desayunando juntos por primera vez en esa casa, se sentía relajante ese silencio que no los incomodaba a ninguno de los dos.

Más tarde el primero en levantarse de la silla fue Jason.

-Tú continúa.- te dijo.- Lavare mi plato e iré a arreglarme para ir por Mónica.- aunicio.

Cosa que te hizo ponerte de pie rápidamente.

-¡Yo los lavo!.- hablaste entusiasmada.- Tú ve a cambiarte yo haré esto y luego subo yo.

-¿Segura? No quiero que sea una carga.- te miro con preocupación.

-No, no para nada, anda ve.

Este asintió y luego de dejar todo en el lavado subió.

Tú estabas muy emocionada por conocer todo aquello que se relacionaba con tu amigo, te gustaba que te incluyera en cosas importantes si es que se podía.

Brincaste de alegría luego de acabar para salir corriendo hacia tu cuarto, el piso frío golpeaba contra tus talones, pero eso no te importaba mientras buscabas que ponerte.

Era una niña, por lo tanto le gustaba jugar, así que debías usar ropa cómoda para ello.

-Ya voy a salir por Mónica, _____.- hablo del otro lado de la puerta.- No tardo en regresar.