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Habían pasado tres días desde que habías decidido reparar la cajita, pero te habías atrasado puesto que ya comenzaban a dejarte tarea en la universidad.

Pero hoy finalmente habías terminado de desdoblar la manivela y de darle su forma original con pequeños golpes de martillo, también la habías pintado de dorado con un spray que habías comprado un día antes.

Así que cuando ya estaba del todo seca la tomaste y re ensamblaste el aparato que tocaba la música y habías podido destrabar el cerrojo por lo que ya no necesitaba llave.

Miraste maravillada la caja orgullosa de lo bien que te había quedado, tu curiosidad ya te estaba matando por lo que no pudiste resistirte e intentaste de darle cuerda para escuchar su canción.

Sin embargo antes de poder hacerlo alguien llamo a tu puerta y tú bufaste por haberte interrumpido tu momento, dejaste la caja sobre tu cajonera para luego ir a la puerta para atender sin haber notado que la cajita musical había caido bajo tu cama puesto que no había sonado gracias a la alfombra que cubría el suelo de tu departamento.

Al abrir la puerta viste a James con unas bolsas de frituras y una Coca Cola.

-¿James, qué haces aquí?.- preguntaste con una voz tan dulce que sentiste tu cuerpo tiritar un poco.

-Bueno, pensaba en que tal vez podíamos pasar un rato viendo una película o platicando solamente.- respondió alegré a lo que tú sonreiste.

-Claro, pasa.- dijiste dando paso para que ingresara.

Una vez dentro viste los movimientos del azabache.

James se había vuelto una buena compañía desde que pudiste cruzar palabra con él.

Cabía recalcar que no siempre podian estar juntos, puesto que no había él tiempo suficiente para ello.

Luego de preparar todo James puso una de tus peliculas favoritas de terror y miraban cada toma con mucha atención.

Ya habías visto esta película varías veces, pero debes en cuando saltabas cuando en tu concentración no recordabas lo que seguía y James solo reía divertido con eso.

Al terminar la película no sabían cómo, pero ya estaban en el suelo acostados mirando el techo mientras hablaban de ustedes.

Cada cosa que decias acerca de ti o tu familia podías sentir como James ponía toda su atención en ello como tú cuando él lo hacía, sentías que descargabas muchas cosas que al parecer no habías notado que guardaste por mucho tiempo.

Contabas con alegría los hechos más importantes de tu vida sin notar la sonrisa que James tenía al oírte hablar de esa manera.

Para él eras una de las personas más misteriosas que había conocido, eras semejante a una cajita con un tesoro, tu forma de pensar o hablar eran todo lo contrario de lo que había conocido por años y por fin sentía que estaba con una persona real cuando te tenía cerca.

Para ti James era una persona muy radiante, decía exactamente lo que pensaba o sentía, nada parecido a las personas que hipócritamente se guardaban su descontento con tal de ser aceptada.

Su platica se alargó tanto hasta un punto en que se plato un silencio comodo entre los dos, así que cuando sentiste el sueño llegar a ti miraste a James, pero este ya estaba dormido junto a ti.

Tenías que despertarlo, mañana era viernes y por obviedad aún tenían clases.

Tocaste su hombro y comenzaste a sacudirlo, pero este solo respondía con pequeños sonidos de sueño y muecas de incomodidad.

Por mucho que quisieras parecía que no podías despertarlo.

Al final te rendiste y fuiste a tu cuarto, tomaste dos de tus almohadas, tu manta y buscaste otra en tu armario.

Volviste a donde James y con cuidado de no despertarlo colocaste la almohada bajo su cabeza y lo cubriste con la manta.

Después colocaste tu almohada sobre el sofá para después acostarte y cubrirte, miraste una ultima vez a James y luego te dedicaste a dormir.

Luego de unas horas despertaste un poco alterada y por el tono de tu móvil. Habías tenido una pesadilla, toda tú estabas sudando frío y respirando cortadamente, miraste abajo donde deberías estar James, pero no lo encontraste notando que tenías la manta que le habías puesto sobre la que tu habías usado y sobre la mesa estaba la almohada con una nota que decía "regresé a casa mientras dormías, gracias por no despertarme".

Te sentiste más relajada luego de ver la nota de tu amigo, miraste tus piernas cubiertas por las sabanas, notandolas temblar un poco.

Trataste de recordar lo que habías soñado, pero solo recordabas la silueta de un hombre alto y unos potentes orbes verdes en la obscuridad.

No diste mucha importancia, al fin y al cabo era solo una pesadilla.

Rápidamente te preparaste para ir a la universidad y al salir de casa viste a James recargado sobre su puerta.

-Buenos días.- saludó de forma divertida.

Tu solo sonreiste y caminaste a su lado para luego ambos ir juntos hasta la universidad.

Un Amor De Juguete [Jason The Toymaker y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora