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Viste a las personas verlos preocupados, aquello te hizo sentir nerviosa, Jason lo noto al verte soltar cada vez más lágrimas.

El pelirrojo soltó un gruñido a verse cada vez más rodeado de gente, los miro mal, no sabían leer el momento, lo estaban arruinando, él aún quería estar en esa posición.

Por tu parte estabas en shock aún, no podías moverte.

Sin perder tiempo te cargó en brazos y salió de ahí.

¿Por qué la gente tenía que ser tan metida?

Después de unas cuadras te bajó, pero aún así te tomó de la mano hasta llegar a la parada.

Ya sentados tú no hiciste más que verlo aún con sorpresa, Jason te vio y sonrió.

-Perdón, te vi muy nerviosa y sinceramente yo también lo estaba, así que no supe que más hacer.- rasco su nuca dicho eso.

-No, esta bien y... Gracias Jason, no se que me pasó, pero gracias por salvarme.- dijiste sincera.

-No fue nada.- revolvió tu cabello y con una sonrisa.

Como ya era costumbre en ti, James nuevamente atacó tus pensamientos, pensaste en como hubieran sido las cosas si él se hubiera salvado.

Ahora estaría a tu lado y no lejos, tal vez él estaría con Alicia, aunque pensar en eso te hizo sentir una presión en el pecho, ¿qué era? ¿Era solo por su amistad o era...? ¿Realmente habías descubierto que te gustaba hasta este punto? ¿Por qué simplemente no fue de otra forma?

Y sin evitarlo lloraste nuevamente al pensar en lo que habías perdido, pero esta vez fue Jason quien te estaba ahí consolando.

Llegaron a sus departamentos sin decir nada, muy a regañadientes Jason entendía que necesitabas tu espacio, pero eso no impidió que al estar solo fuera rápidamente a su mansión, escogió a tres de sus muñecas para que le ayudaran, siendo así una pequeña de pelo corto castaño y lacio dueña de unos bellos ojos grises, otra era una rubia de ojos miel y la ultima era la pelinegra de ojos obscuros que había cuidado de ti.

Las guió hasta el cuarto donde estaban los juguetes que hacía él y comenzó a escoger principalmente muñecos de pelpa que no eran mucho de su agrado y otros que si, le ordenó a la rubia llevarlos hasta el departamento y ordenarlos todos en la sala.

La castaña tuvo un trabajo más minucioso el cual era llevar varias muñecas de porcelanas igualmente al departamento y por ultimo la pelinegra llevaba las estatuillas de cerámica, una caja músical, unos globos de agua con figuras dentro y por ultimo figuras de madera.

Por ultimo al tener todo en el departamento les ordeno acomodarlas en un orden especifico que daba dentro de una habitación vacía.

Al estar todo listo las muñecas regresaron a la mansión luego de que les agradecieran su labor.

Su plan no podía fallar.

Era la mañana siguiente luego que de pasaras gran parte de la noche llorando por lo tonta que habías sido, porque ya no podrías ver a tu amigo y que nunca le podrías decir tus sentimientos.

Hoy era fin de semana y no tenías ganas de hacer nada en ese momento, solo llorar más.

Oíste tu puerta ser tocada por lo que fuiste a ver quien podía ser, pero al abrir lo primero que viste fue un oso de felpa color caramelo con un pequeño sombrero y de traje gris a la altura de tu cara sujetado por Jason.

-Buenos días.- dijo haciendo una voz tierna mientras movía al osito simulando que hablaba el.

-Oh, buenos días.- seguiste el juego divertida.

-Soy el señor elegante y quería saber si tú quisieras aceptarme en tu casa.- dicho eso Jason lo bajo a la altura de tu pecho entregándotelo.

-Esto es mucho Jason, no quiero que me regales tus obras solo así por que si.- dijiste dando por seguro que ese oso también era hecho por el pelirrojo.

-Realmente ya he hecho demasiados que no se cuantos tengo.- dijo sincero, era verdad, desde que se había vuelto juguetero había hecho osos de felpa y ya había perdido la cuenta de cuantos tenía en su mansión después de cuatro siglos.- Además luego de lo que pasó ayer quise darte esto para que supieras que estare siempre contigo.

Al oírlo sentiste tu pecho contraerse, nuevamente alguien te estaba brindando una amistad sincera.

O al menos eso pensabas.

-Gracias Jason.- tomaste el peluche abrazándolo contra tu pecho.- Me hace feliz saber que cuento contigo.- sonreiste agradecida.

Jason miró eso ese acto como digno de fotografía, ¿era posible que alguien de tu edad pudiera seguir siendo tierna e inocente?

Miraste nuevamente el oso viendo lo bien hecho que estaba, no te sorprendía luego de ver el gran trabajo que había hecho con la muñeca de porcelana, la cual por cierto habías llamado Daiana.

-Que hermoso eres, te pondre junto a Diana, seremos grandes amigos.- le aseguraste volviéndolo a abrazar.

Jason solo te miraba, había dado muchos regalos en muchos años, la mayoría de las niñas pequeñas no sabían cuidarlos y eso le molestaba al igual que cuando daba regalos de ese estilo las adolescentes solían decir que eran hijos de ambos, ¡Ja, claro! Jason padre de un peluche que el había hecho para una persona que terminaría muerta o en su estante. Pero ahora estabas tú aquí, viendo con ternura al oso, siendo tierna con él y diciendo que serían grandes amigos, ¿eras de verdad real?

Luego de eso Jason tuvo que irse, esta vez tocaba turno de estar con la hermosa Monica por última vez antes de dejarla sola por un tiempo.

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Es todo un reto encontrar imágenes que vayan de acuerdo a los capítulos, pero se hace lo que se puede.

Espero que les haya gustado, nos leemos pronto. ♡

Principe_Senpai

Un Amor De Juguete [Jason The Toymaker y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora