37- El traidor

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Por la mañana recibo una llamada que me despierta de mi sueño.

-¿Elaine?- Escucho la voz de mi tío al teléfono.

-Dime- Contesto apenas puedo.

-Ya tengo tu encargo listo. Esta justo frente a mí- Me dice y con eso me despierto por completo.

-Esa es una excelente noticia- Digo.

-Mandare a alguien para que pase por ti en dos horas.

-Genial, estaré lista.

-Te veo entonces- Dice por ultimo y cuelga la llamada.

Me volteo y despierto a Jean.

-¡Cariño despierta ya! Hay buenas noticias- Digo feliz.

-¿Que pasa? Esa no es una bonita manera de despertar- Dice con voz ronca.

-Me acaban de llamar. nuestro encargo ya esta listo, y nos llevaran a verlo en dos horas- Le suelto.

-Hubieras empezado por ahí. Esa si es una buena noticia- Dice con una sonrisa.

-Bien. Ahora hay que desayunar y arreglarnos- Me levanto de la cama.

Entro al baño a darme una ducha, cuando termino salgo enredada en la toalla, tomo algo de ropa casual y me cambio. Jean se ducha y se arregla, luego bajamos a desayunar y ahí ya estaba Lili sentada viendo su teléfono.

-Buenos días hermanita- Saluda Jean.

-¡Y esas caras de felicidad a que se deben?- Pregunta Lili curiosa.

-Hoy nos hemos despertado con buenas noticias- Dice Jean sentándose.

-Digamos que después de hoy comenzaremos una guerra- Le sigo.

-Ah, espero que todo salgo bien- Dice.

-Nosotros igual.

Nos traen el desayuno, cuando terminamos nos quedamos en la sala de estar a esperar que se llegue la hora.

Cuando ya estamos listos salimos y subimos a un auto que nos esperaba en la entrada. Después de 40 minutos de un largo camino llegamos a lo que parece ser una bodega. Bajamos, nos indican que entremos y así lo hacemos, al entrar nos encontramos con mi tío.

-¿Y? ¿Donde esta?- Pregunto ansiosa.

-Detrás de esa puerta- Señala.

-Genial. Vamos- Camino pero me toma del brazo deteniéndome.

-Sabes que después de esto se vendrá una guerra. Y con ella se vienen muertes- Cuestiona mirándome a los ojos.

-Lo se mejor que nadie- Me zafo de su agarre.

-Muy bien. Vamos- Abre la puerta.

Y ahí estaba, atado a una silla, con los ojos vendados, y los labios sellados con cinta adhesiva. Me acerco a él y le arranco la cinta de un tirón a lo que él se queja de dolor, comienza a hacer preguntas, se le escucha desesperado y yo aún no digo nada.

-¿Cuanto tiempo creíste que podrías verme la cara de estúpida?- Hablo finalmente.

-¿Elaine? ¿Que demonios? ¿Por que me haces esto? ¿Que te hice?- Pregunta con desesperación.

-No has contestado mi pregunta. No puedo creer que todo este tiempo me hayas estado engañando, eres muy buen actor. Te creí hasta la ultima palabra que me has dicho.

-¡No se de que estas hablando!- Me grita interrumpiéndome.

-Es que eres un puto experto mentiroso. Pero no lo harás más- Continuo.

S H E ✔️ [Sin Corregir] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora