Día 4.
Querido amigo:
Ya han pasado treinta y cuatro días, ochocientos dieciséis horas, cuarenta y ocho mil novecientos sesenta minutos y dos millones novecientos treinta y siete mil seiscientos segundos desde que te escribí por última vez.
Tal vez te estarás preguntando porque no te he enviado nada, o quizás, y ojalá fuera así, hayas ido a preguntar al correo si no ha llegado algo para ti, aunque la respuesta será siempre negativa.
Han pasado tantas cosas estos últimos días, cosas que no sé si sería capaz de recordar así como sí nada. Desearía contarte como me ha ido, pero dado el hecho de que no hemos "hablado" pues preferiría que estos acontecimientos se quedaran en incógnita, al menos por ahora, pronto te contaré todo. No seas impaciente, aunque dudo que lo seas, sino, no seríamos amigos ¿No crees?
Ya sé que puede parecer que me he distanciado de ti, pero no es así, en todo caso te doy tu espacio, te doy un respiro, aunque para ser sincera mis espacios son muy extraños, te escribo durante varios días seguidos, y después dejo pasar semanas para volver a escribirte, debería ser un tipo de crimen acosarte y después dejarte.Ya lo he decidido, hoy será el inicio.
Así que, prepárate.
No quisiera decir que siempre he sido una mártir, más bien, no quisiera quedarme en esa categoría, a lo largo de mi vida siempre me he sentido de una forma en la que aún hoy en día me cuesta trabajo entender.
No pondré fechas, ni días exactos, tampoco pondré nombres reales, todo será con nombres o seudónimos que me gusta ponerle a las personas con las que me encariño.
Pues de eso se trata esto. Convierto a mis seres queridos en literatura, quizás sea literatura barata, mediocre, o baja para muchos, pero de esto se trata el mundo, a algunos les gustará y para otros no será más que algo que jamás leerían.
No importa cuál sea el resultado, lo importante es que la persona que lo escribe se sienta conforme con ello, lo digo porque he estado trabajando en una "obra" no es muy larga, y tampoco es muy buena, porque yo no lo soy, me cuesta bastante expresarme, de hecho de forma escrita, aunque parezca que no, también.
Vale, de nuevo lo hago, me desvío del tema, de cualquier forma estoy segura de que no te molesta eso, ya que tú también lo haces.
Nací hace bastantes años, no demasiados, pero los suficientes como para saber de qué va el mundo.
Mi nacimiento no fue un acontecimiento que haya cambiado la realidad de nadie, al menos creo que sólo cambió la vida de mis padres, pero es como todo ¿no? Así es la llegada de muchos bebés. Algo común.
Llegué a este mundo un día cualquiera, en uno de los doce meses que hay en el año, en un año en el que seguramente más de mil personas nacieron. Supongo que al nacer lloré mucho, mis primeras lágrimas por estar en este horrible mundo. Ya sé, ignora mi dramatización.
En fin, mis primeros años de vida, no fueron tan malos, al menos no lo fueron porque no tengo conciencia de ello. Mi madre, en alguna ocasión me contó sobre cómo era todo cuando aún no tenía uso de razón. Decía que fui una niña muy querida por todos lo que me rodeaban, que mi difunta abuela me adoraba mucho, ella murió cuando yo aún tenía bondad en el corazón. Te estoy hablando de cuando tenía aproximadamente de 3 a 4 años, tal vez menos.
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Cartas que nunca leerás
Teen FictionInexistente. • Para cuando leas ésto habrán pasado horas, tal vez días, inclusive años, o quizá, nunca leas ésto. • •Así como mis cartas desparecían por horas, días, e inclusive meses, él también lo hacía, y así, en la distancia, yo lo quería.• •De...